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Opera Piccola, en Hamburgo: de niños y para niños

14 de febrero de 2011

Niños y artistas profesionales ensayan juntos desde hace diez años para la Opera Piccola, un proyecto de la Ópera Estatal de Hamburgo. Algunos de estos niños serán quizás profesionales de este arte en el futuro.

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Kay (Anton Florey) en el frío reino de las nieves. Sara-Maria Saalmann interpreta a la reina.Imagen: Albrecht

Es la presentación de aniversario de la Opera Piccola. Tal vez por ello, todos están un poco más nerviosos que de costumbre. Tras los bastidores de la sala K2, en el complejo Kampnagel en Hamburgo, se maquilla y se viste a los artistas. El mundo gira en torno a unos muy jóvenes cantantes de ópera.

Opera piccola
Tigran, vestido para representar un copo de nieve.Imagen: Albrecht

Antes de salir al escenario, los pequeños “aclaran” y “aceitan” sus voces. Se reúnen en torno al director, Benjamin Gordon, sentado al piano. Ben, como le llama su joven equipo, los observa atentamente. “¡Sigue, sigue, con ganas!”, anima cariñosamente a sus artistas.

La mayoría se entrega con fervor. “Yo interpreto un copo de nieve, un pájaro, un demonio y un sirviente”, enumera Tigran, de nueve años. El rol que más le divierte es el de sirviente, “porque hago de consejero secreto y tengo una maleta y un sombrero, y debo estar siempre pendiente de todo el mundo”. Esta es su primera actuación en la ópera infantil. A Tigran le gustan las voces de la ópera, sobre todo las italianas, pero también escucha rap.

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Sara-Maria Saalmann, la Reina de las Nieves.Imagen: Albrecht

De la ópera infantil a la escuela de canto

Con “La Reina de las Nieves”, de Perangelo Valtinoni, basada en el cuento de Hans Christian Andersen, celebran los niños y jóvenes el décimo aniversario de la Opera Piccola. La reina sale al escenario vestida de blanco, con una gran corona plateada sobre la cabeza. Su canto es claro, majestuoso, sublime... e infunde cierto temor.

Sara-Maria Saalman tiene el rol protagónico, el único de un adulto en la obra. “Lo más difícil de este papel es que se basa exclusivamente en la voz”, dice Saalman. La joven veinteañera estudia canto desde hace un semestre en la Escuela de Música de Hamburgo. Aún recuerda cuando asistió a la primera función de Ópera Piccola, hace diez años.

Saalman actúa por cuarta vez como cantante de ópera. Antes interpretó papeles infantiles con la Ópera Estatal de Hamburgo. Pero no es lo mismo. En la Ópera Estatal uno es un niño, que interpreta un papel de niño, “pero en la Opera Piccola uno puede interpretar un rol protagónico, uno es el elemento central y eso hace una gran diferencia”, sonríe Saalman. Uno se enfrenta de forma muy diferente al escenario cuando sabe que es una parte importante de la obra y comparte con amigos toda la responsabilidad por el resultado, explica.

Ensayos con artistas de la Ópera Estatal

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Benjamin Gordon, director musical de la Opera Piccola.Imagen: Albrecht

También a los niños se les nota ese sentimiento en el escenario. Da igual si interpretan un rol protagónico o un rol secundario en el coro. Todos están orgullosos de formar parte de la presentación. “Los niños lo dan todo en el escenario”, dice el director musical de Opera Piccola, Benjamin Gordon. Por otra parte, se hace también más fácil motivar al público joven hacia la ópera si son sus coetáneos quienes dominan el escenario.

Aquí, los niños y jóvenes traen consigo el gusto por el canto. Pero para que de ello resulte una ópera de calidad realmente superior a las típicas actuaciones escolares, los chicos de entre ocho y dieciséis años de edad ensayan junto a artistas profesionales de la Ópera Estatal de Hamburgo.

Para empezar se les entrena la voz por seis semanas. “No se trata sólo de la formación y fortalecimiento de la voz. Los niños deben aprender lo que significa cantar un texto”, algo que a muchos les resulta difícil, aclara Gordon.

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Anton Florey (Kay) y Sina Irmak (Gerda). Lo mejor, al final, es el aplauso.Imagen: Albrecht

El aplauso: sencillamente “cool”

Sina Irmak tiene el papel de Gerda, uno de los protagónicos. Se trata de una figura que acompaña toda la obra. Gerda busca a su amigo Kay, que ha seguido a la Reina de las Nieves hasta su frío reino. “Uno trabaja durante mucho tiempo, pero ve que el trabajo ha valido la pena. Ahora te dan un rol más importante y la próxima vez te toca de nuevo uno menor, pero al final vale la pena”, asegura Sina.

Sina estuvo a poco de no poder presentarse. Se contagió con un virus y no pudo cantar en el ensayo general. Ahora le han dado un micrófono porque aún no puede cantar muy alto. “Por suerte salió bien, gracias a como diez tés y muchos caramelos para la tos”, respira aliviada.

Al final, todos los chicos se dan las manos y agradecen juntos, desde el escenario, el aplauso del público. Sina está feliz: “todos te aprueban y dicen ‘sí, tú puedes’, eso es sencillamente cool”.

Autor: Janine Albrecht / Rosa Muñoz Lima

Editor: Emilia Rojas Sasse