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Operativo desbarata enorme red de tráfico de inmigrantes chinos

10 de agosto de 2013

Policías de Francia y España trabajaron coordinadamente durante dos años para conseguir desmontar una compleja organización. Hay 75 detenidos.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Una operación conjunta de las policías de España y Francia consiguió desbaratar una red de tráfico de inmigrantes chinos, deteniendo a 75 personas que colaboraban para introducir a los ciudadanos orientales en Estados Unidos y diversos países de Europa, de acuerdo a lo informado por la Dirección General de la policía española.

Cincuenta y uno de los arrestados estaban en España y 24 en Francia, aunque la red tenía su epicentro en Barcelona, ciudad por donde ingresaba la mayoría de los inmigrantes. Sin embargo, las autoridades policiales presumen que el máximo responsable de la organización se encuentra en China. Los inmigrantes adquirían una deuda vitalicia con la banda de entre 40.000 y 50.000 euros por los traslados y algunos eran forzados a prostituirse.

En el operativo fueron hallados diversos instrumentos con los que se falsificaban pasaportes de países como España, Francia, Grecia, Reino Unido, Italia, Irlanda y Turquía, además de Estados Unidos. Además, fueron decomisados 81 pasaportes de Corea del Sur, Malasia, Japón y Singapur.

Compleja red

La investigación policial comenzó en julio de 2011, aunque la policía reconoció que demoró más de lo esperado debido a que la banda estaba muy atomizada y actuaba de forma independiente en distintos países, lo que dificultó los avances. Los chinos se hacían pasar por turistas y eran acompañados en todo momento por miembros de la red, que conocían los aeropuertos, entregaban la documentación y cambiaban las rutas, para dificultar su detección.

Los traficantes captaban personas interesadas en abandonar China y los ponían en contacto con los “pasadores”, quienes eran personas de total confianza de la organización. Estos sujetos residían mayoritariamente en China y volvían a ese país tras realizar la operación, para dificultar su localización.

Las autoridades indicaron que España era la última escala de los viajes y el trampolín para alcanzar el destino final, normalmente Reino Unido y Estados Unidos. Además de en el aeropuerto barcelonés de El Prat, también hubo detenciones en los de Madrid, Girona, Alicante, Mahón, Málaga, Palma de Mallorca y Reus.

DZC (dpa, El País)