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Más que una máquina publicitaria

Silke Wünsch (JC/PK)17 de diciembre de 2015

Los medios de comunicación tienen sus páginas llenas de artículos sobre la nueva entrega de Star Wars. ¿Demasiada expectación? ¿Son víctimas, acaso, de una maquinaria publicitaria sin precedentes? No, dice Silke Wünsch.

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Star Wars Episode V The Empire strikes back Yoda
Imagen: picture alliance/Mary Evans Picture Library

Ni los lectores de DW se libran de Star Wars. Los medios también compartimos la preocupación de la factoría Disney por “El despertar de la fuerza”. Con nuestra cobertura del estreno mundial de la película, ayudamos a promocionar la película. Pero, ¿necesita realmente publicidad Star Wars?

No. Star Wars se ha convertido en un universo propio. El éxito de “La guerra de las galaxias”, la primera película de la saga estrenada en el año 1977, fue la constatación de que algo grande acababa de surgir: el lanzamiento de la primera parte de la trilogía original fue celebrado por millones de fans en todo el mundo y elogiado por los críticos cinematográficos. Obtuvo seis premios Óscar “menores”: efectos especiales, montaje, sonido, música, diseño de producción y diseño de vestuario. Además, con esta película George Lucas revolucionó el mundo del cine. Y es que hasta ese momento, nunca antes se habían visto batallas espaciales y persecuciones de ese tipo en la gran pantalla.

Todo esto acompañado de una historia entendible para todo el mundo: una batalla entre el bien y el mal, en la que no sólo se combate con armas, sino también a un nivel espiritual. En el mundo Star Wars, la religión es la “fuerza”, un tipo de energía que mantiene unido el universo. La fuerza tiene dos caras, una buena y una mala, como el Jing y el Jang, o el cielo y el infierno. Ambas se necesitan mutuamente para mantener el equilibrio porque, de lo contrario, el mundo se acabaría. Para acabar de encumbrar esta sencilla historia hay numerosos paisajes, escenas de lucha y batallas multitudinarias, efectos especiales, armas gigantescas y alienígenas cargados de fantasía cuyo comportamiento se parece mucho al de los humanos. George Lucas creó un mundo fascinante. Tan fascinante que muchos niños y jóvenes lo incorporaron en su vida cotidiana. Y a ello ayudó el merchandising –artículos de promoción comercial.

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Silke Wünsch, redactora de DW.

“Mucho que aprender todavía tienes” (Yoda)

Niños de todo el mundo han construido naves espaciales y armas con Lego. Las habitaciones en las que niños y niñas lucharon con sables de luz –láser- haciendo ruidos con la boca se cuentan por millones. En muchos lugares del mundo no faltan los imitadores del peculiar e invertido lenguaje que utiliza Yoda. Casi todo el mundo conoce o por lo menos escuchó alguna vez la célebre frase de Darth Vader: “No Luke. Yo soy tu padre”. Y, aunque parezca un chiste, no lo es: un amigo mío llamó a su hijo Robin Anakin, en honor a Anakin Skywalker, el nombre original de Lord Vader.

En las casi cuatro décadas que han transcurrido desde el estreno de la saga, el número de seguidores de Star Wars ha ido aumentando. Los primeros fans tienen más de cincuenta años. Star Wars es un fenómeno intergeneracional. Los adultos siguen fascinados por la historia. Nosotros, “los mayores”, nos alegramos de que nuestros hijos compartan nuestra pasión. Y ellos, nuestros hijos, nos entienden cuando, después de traer a casa malas notas, les decimos algo así como: “Mucho que aprender todavía tienes, joven Padawan”.

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El nuevo pesonaje de "El despertar de la fuerza", Kylo Ren.Imagen: Disney/Lucasfilm

Cultura popular

Star Wars pertenece a la cultura popular. Este tipo de devoción funciona en otras producciones capaces de crear mundos de fantasía: Harry Potter, El señor de los anillos o Juego de tronos son algunos ejemplos.

A nadie le extraña que periodistas experimentados y representantes de medios de comunicación queden boquiabiertos al contemplar un sable de luz, o traten de imitar la voz de Chewbacca. A pesar de que a la gente le encanta el merchandising, una de las preocupaciones de Disney es si la inversión de 4.000 millones de dólares que pagó a la productora de George Lucas –Lucasfilm- por los derechos de la saga regresará, o no, a las arcas “imperiales”. Y eso que antes de la compra de Lucasfilm ya había figuritas, réplicas de las naves espaciales y sables de luz de plástico.

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Han Solo, la princesa Leia y Luke Skywalker en una escena de "La guerra de las galaxias".Imagen: picture-alliance/AP Photo

Por último, no está de más que de vez en cuando el triunfo del bien sobre el mal sustituya en las portadas de los medios de comunicación al terrorismo sangriento de Estado Islámico.