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La ONU, obsoleta en el nuevo mundo

Ines Pohl24 de septiembre de 2016

La disputa sobre el ataque a un convoy humanitario en Siria muestra que la ONU no tiene estrategias reales para ayudar a personas en zonas de guerra. El papel de Alemania podría ser más importante, opina Ines Pohl.

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Syrien Angriff auf Hilfskonvoi
Imagen: Getty Images/AFP/O. Haj Kadour

Las Naciones Unidas están en las últimas. Sus estructuras han demostrado ser obsoletas. La ONU ya no funciona en el mundo actual, donde los conflictos ya no tienen lugar en las fronteras, donde no se lucha por ganar territorios, sino por la hegemonía ideológica. Ahora, con los insultos verbales del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, hacia su contraparte rusa, Sergei Lavrov, el mundo tiene pruebas en video: la superagencia burocrática no tiene idea de cómo ayudar al pueblo sirio.

El bombardeo sobre un convoy humanitario destinado a aliviar a miles de personas es la horrorosa prueba de que todas las negociaciones políticas han sido en vano. La gente sigue muriendo día y noche. La gente muere mientras usted lee estas líneas.

Experiencias de la Segunda Guerra Mundial

El mundo era otro cuando la ONU fue fundada en 1945. Las experiencias de la Segunda Guerra Mundial estaban aún frescas. Y, para prevenir que algo similar sucediera en el futuro, ciertas estructuras fueron creadas: se le dio poder de veto a las cinco naciones permanentes del Consejo de Seguridad con el fin de evitar que cualquier superpotencia llegara a ser más poderosa de lo necesario. Hoy día, poderes económicos como India o Brasil no tienen puesto en la gran mesa. Y la Alemania de la posguerra tan solo se convirtió en miembro de la organización hasta 1973.

La estructura central de la ONU ha cambiado muy poco. Todavía es posible para países como Rusia, China, y hasta Estados Unidos, vetar cualquier decisión mayoritaria que no les guste; lo que aplica también, por cierto, al proceso de elección del secretario general. Así, la estructura impide que un hombre o una mujer, con una visión clara y valiente, pueda aspirar al puesto máximo de la organización. En definitiva, terminará ganando un candidato que tome un camino medio y mantenga a todos felices, evitando tomar una posición fuerte en asuntos espinosos.

DW Mitarbeiterin Ines Pohl
Ines PohlImagen: DW

Poca voluntad de renovación

En un mundo lleno de terrorismo, con Estados y estructuras políticas desintegrándose, la ONU es más importante que nunca. Sin embrago, la organización parece no tener ni el valor ni la fuerza para renovarse. Esto se debe, en parte, a que las potencias victoriosas de la Segunda Guerra Mundial se niegan a aceptar que solas no pueden resolver un conflicto como el de Siria; deben ceder parte de su poder para que la Asamblea General de la ONU sea en realidad un instrumento poderoso para el entendimiento entre pueblos.

A pesar de todas las negociaciones, el sufrimiento en Siria sigue
A pesar de todas las negociaciones, el sufrimiento en Siria sigueImagen: Reuters/A. Ismail

Con las frías relaciones entre Estados Unidos y Rusia, cualquier reforma en el futuro cercano parece estar más que distante, lo que es irónico que haya sucedido bajo el mandato de un presidente estadounidense como Barack Obama, quien había identificado con antelación que las disputas ideológicas actuales no pueden ser superadas sin que antes se acepte y adopte un nuevo orden mundial.

El papel de Alemania es cada vez más importante

En medio de esta situación sin salida, Alemania ha anunciado su candidatura para ser miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU por un periodo de dos años desde 2019. Y la posibilidad de ser elegida no es baja. Por lo menos en el conflicto en Ucrania, Berlín ha demostrado estar calificada para mediar. Personas con conocimiento interno dicen que Alemania, el cuarto contribuyente financiero más importante, podría llegar a ser miembro permanente del Consejo de Seguridad.

Pero ¿ayudará esto de alguna forma? A fin de cuentas hay que tener presente que es mejor que políticos se griten unos a otros a que se rehúsen a hablar del todo entre sí, dejando, a cambio, las armas como interlocutoras.

Por último, y no menos importante, esta Asamblea General de la ONU expone una vez más que Alemania debe, asimismo, actuar en pro de sus propios intereses en el escenario global. El conflicto sirio ha sido una brutal prueba de que, hoy día, hasta las guerras lejanas llegarán en algún momento a la puerta de tu casa.

Para aprender: aquí puede usted leer la versión original de este artículo en alemán.