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¿Peligra la autoridad de Xi Jinping?

Christoph Ricking (JC/EL)17 de marzo de 2015

El jefe del Estado chino está tomando medidas contundentes contra sus críticos y la corrupción. Pero, ¿le están fortaleciendo o está aumentando la oposición? Observadores no descartan la caída del hombre fuerte de China.

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China / Volkskongress / Präsident Xi Jinping
Imagen: Getty Images/AFP/G.Baker

Al término de la reunión anual de la Asamblea Popular Nacional, el primer ministro Li Keqiang prepara a su país para reformas dolorosas. Por delante llegan tiempos difíciles. “No es como cortarse las uñas, sino más bien como operarse la propia carne con un cuchillo”, aseguró Li Keqiang ante los periodistas. China deberá romper las cadenas emocionales y superar los intereses colectivos, advirtió el primer ministro antes de la apertura de la reunión anual, once días antes. “Los problemas sistemáticos, institucionales y estructurales impiden implantar las reformas”, añadió. Un aviso claro para los opositores: el gobierno chino no va a permitir que nadie detenga sus planes.

Sin embargo, los observadores atisban un incremento de la oposición contra el jefe del Estado y del partido chino, Xi Jinping. Recientemente, un artículo publicado por el reconocido politólogo estadounidense David Shambaugh en el “Wall Street Journal” causó gran revuelo en el país. En el texto, Shambaugh, experto en asuntos chinos de la Universidad George Washington, expuso la posibilidad de que el régimen comunista chino se encuentre en su fase final. “Yo no descartaría la posibilidad de que Xi sea derrocado como resultado de una lucha de poder o de un golpe de Estado”.

Campaña contra la corrupción

Shambaugh proporciona evidencias de la decadencia que sufre el régimen: las élites chinas, al igual que los científicos, ya no creen en el sistema en el que viven. Según una encuesta, dos tercios de los millonarios y multimillonarios chinos consultados planean emigrar o ya han abandonado el país. Y continúa argumentando: un gobierno seguro de sí mismo no estaría actuando de forma tan represiva contra sus críticos, véase contra los medios de comunicación, activistas por los derechos civiles, organizaciones no gubernamentales o minorías étnicas. “Es un síntoma profundo de temor e inseguridad en la dirección del partido”, señala Shambaugh. Al parecer, la mayoría de altos cargos estaría fingiendo ser leal al régimen. La propaganda ya no funciona.

China Präsident Jiang Zemin
El ex jefe del Estado, Jiang Zemin, sigue teniendo mucha influencia en el partido.Imagen: picture-alliance/dpa

También la campaña que está llevando a cabo Xi contra la corrupción representa algo negativo para Shambaugh: la corrupción está tan profundamente arraigada que va a ser imposible de erradicar a menos que haya un cambio de sistema. Y es que la lucha de Xi parece ser más una “limpieza selectiva” que una campaña contra la corrupción. Está dirigida, principalmente, contra los aliados del ex jefe del Estado Jiang Zemin, que gobernó China entre 1993 y 2003. El político de 88 años está considerado como una eminencia dentro del Partido y aún conserva gran poder de influencia. Algo que complica mucho los movimientos de Xi. Por último, Shambaugh critica el desarrollo económico de China. A pesar de que Xi Jinping anunció reformas en el año 2013, en realidad ha conseguido implantar muy pocas de ellas. ¿La razón? Los afectados y las grandes empresas estatales habrían bloqueado todas esas reformas.

En una entrevista con el “New York Times” Shambaugh justificó su opinión. El régimen autoritario podría estar intentando detener su declive mientras dirige su transformación. Algo que se pudo ver en China hasta 2009. Después, la situación cambió abruptamente. Desde entonces, el gobierno se ha dedicado a combatir a sus opositores por medio de la represión.