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Ecología, en positivo

19 de agosto de 2014

Durante años, la exhortación a proteger el medio ambiente ha venido acompañada de avisos de destrucción y extinción. Algunos activistas ahora han decidido cambiar de táctica y probar con tendencias más positivas.

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Montague Island, NSW
Imagen: CC BY-SA 3.0/Binarysequence

Cálidos salientes rocosos, hermosos acantilados y dunas de arena. Una colonia de focas disfruta del sol mientras pequeños pingüinos juegan en el agua. ¿Estamos en un paraíso?Ciertamente. La isla de Montague, en la costa sur de Nueva Gales del Sur, en Australia, es una de las reservas naturales mejor gestionadas del país.

Pero esto no ha sido siempre así. Hace poco, el frágil ecosistema de la isla se encontraba en peligro a causa de la introducción de especies de hierbas como el kikuyu. Estas acabaron imponiéndose a la vegetación local en algunas zonas, lo que afectó enormemente al hábitat de las especies salvajes que buscaban refugio o un lugar de apareamiento en la isla. Las autoridades del parque natural tuvieron que llevar a cabo una serie de medidas para erradicar estas hierbas, restaurar los hábitats naturales e incrementar la población de pingüinos de la isla.

Por todos estos esfuerzos, la isla de Montague ha recibido varios premios en Australia. Ahora, los empleados del parque esperan que su trabajo también sea reconocido a nivel internacional. La reserva restaurada tiene muchas posibilidades de ser una de las primeras en entrar en la nueva Lista Verde de Áreas Protegidas bien Gestionadas, creada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

“Definitivamente, necesitamos mensajes positivos para dar motivación”, dice James Hardcastle, de la UICN. Él será uno de los participantes en el lanzamiento de la Lista Verde en el Congreso Mundial de Parques Naturales de la UICN en Sídney el próximo mes de noviembre. En contraste con la conocida Lista Roja de Especies Amenazadas, que enumera las especies en mayor peligro de extinción, la Lista Verde de Áreas Protegidas resalta el éxito de parques naturales y áreas silvestres bien gestionadas. “Tenemos una gran cantidad de mensajes negativos, parece que las cosas siempre van mal. Necesitamos indicar también cuándo las cosas sí funcionan”, dice Hardcastle.

Hace unos años, la UICN creó un video promocional titulado “Love. Not Loss” (“Amor, no Pérdida”). Destacaba la importancia de los mensajes positivos y el énfasis de la conexión humana con la naturaleza, en un intento de animar a la gente a que se preocupara por la pérdida de especies y cambiara sus hábitos de conducta.

Llamada positiva a la acción

Además de señalar proyectos ejemplares, la Lista Verde también podría establecer nuevos hitos medioambientales. Tener un puesto en esta lista podría llegar a ser un sello de calidad para un área protegida, al igual que lo es el sistema de certificación global de bosques FSC para madera y productos de papel, o la certificación “Blue Flag” para playas y zonas costeras que cumplen con los estrictos requisitos medioambientales y estándares de calidad.

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Los animales domésticos de Arche Warder, en peligro de extinción.Imagen: CC BY 2.0/Björn Láczay

Los expertos de la UICN esperan que las áreas protegidas que entren en la Lista Verde se beneficien del reconocimiento internacional, del mayor apoyo político y económico y de la atención de la industria del turismo que ello conllevaría. Su esperanza es que todo esto anime a otras áreas protegidas a seguir el ejemplo y esforzarse por cumplir los estándares de la Lista Verde.

Se trata de una estrategia cada vez más usada por organizaciones solidarias y ONG. Según los resultados de un estudio realizado por Facebook, que analizaba las actualizaciones de los estados de más de mil millones de usuarios, un mensaje positivo anima a otros a compartir ese positivismo, y lleva eventualmente a la acción.

El concepto de “Ark Warder” se basa en esta premisa. Ark Warder es uno de los centros más grandes de animales domésticos raros y en peligro de extinción, y se encuentra en el norte de Alemania. Sus empleados trabajan para conservar especies antiguas que durante mucho tiempo se consideraron valiosas, aunque ahora apenas se recuerdan. Su objetivo es sacar a las especies más vulnerables de la Lista Roja de Especies Amenazadas.

Los visitantes pueden descubrir en este parque especies raras de cerdos, patos, asnos, ganado y caballos, y también pueden acariciarlos y darles de comer. Asimismo, con pequeñas donaciones pueden “adoptar” su animal favorito. Incluso pueden llevarse a casa alguna especie de pato o gallo y cuidar de él.

“Nuestros visitantes aprenden que pueden participar activamente en la protección de estas especies amenazadas. Es muy reconfortante para ellos”, explica Stefanie Klingel, del equipo de Ark Warder. “Con este mensaje positivo nos beneficiamos mucho más que dando la triste imagen de la realidad”.

No puede haber Lista Verde sin la Lista Roja

Este enfoque no está limitado solo a la protección de la biodiversidad. La idea de una Lista Verde de prácticas ejemplares para inducir un cambio en los hábitos de la sociedad también ha llegado a la industria de la moda. Kirsten Brodde trabaja para la campaña Greenpeace Detox, que ejerce presión sobre las marcas de ropa más populares para que colaboren para detener el vertido de sustancias químicas peligrosas en cauces de agua.

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Los trabajadores de la industria textil en Bangladesh trabajan en pésimas condiciones.Imagen: CC BY 2.0/Tareq Salahuddin

En su tiempo libre, Brodde es editora de un blog de moda ecológica, y ha creado Listas Verdes de marcas y tiendas respetuosas con el medio ambiente que abogan por la producción de ropa de algodón sin pesticidas en condiciones laborales justas. “El mensaje que llega especialmente a la gente joven es que hay mucha ropa con estilo y no muy cara, y que, al mismo tiempo, se produce de forma justa y ecológica”, dice Brodde.

No obstante, añade, nadie se interesaría por estos productos si una ONG como Greenpeace no hubiera señalado y puesto en evidencia a los productores convencionales. “Estoy convencida de que primero hay que ponerle las cosas difíciles a los malos de la película para que las alternativas positivas pasen a tener protagonismo”, dice.

Esto también parece ser cierto en el caso de las especies amenazadas: si nadie supiera de su amenaza de la extinción, nadie tendría motivos para apoyar su protección. La Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN ya lleva activa 50 años. “No podríamos contar con un barómetro mejor para concienciar a la gente sobre la mala situación actual”, dice James Hardcastle. “No creo que en ningún momento podamos olvidar las cosas malas, ese aspecto siempre estará ahí”.

Autora: Hilke Fischer / lab
Editora: Emilia Rojas