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Reactivación del diálogo transatlántico

Christoph Hasselbach6 de marzo de 2009

Éxito de la primera visita a Bruselas de Hillary Clinton. El viento fresco de América ha llegado al viejo continente. ¿Tienen los cambios en las relaciones transatlánticas sólo un carácter verbal o hay algo más?

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¡Tanta relajación, tan buen ambiente, tanto aplauso y sonrisa! La presencia de Hillary Clinton en Bruselas, junto a sus colegas de la OTAN y de la Unión Europea (UE), fue como una gran fiesta. El alivio por el cambio de gobierno en la Casa Blanca es palpable en Europa. Tras la arrogancia de la era Bush, ahora toca cooperación entre socios. "He venido a escuchar", comienza Clinton. Es como si todo el continente exhalara un profundo suspiro y quisiera estrechar a Hillary contra su corazón.

Su salida a escena en Bruselas y el efecto en conjunto del gobierno de Obama en Europa se debe sobre todo al contraste con el gabinete anterior, especialmente en el tono. Pero muchos se plantean en este punto preguntas críticas: ¿son todo solamente palabras?, ¿se diferencian realmente tanto uno de otro los ejecutivos de Bush y Obama cuando hablamos de su acción de gobierno en el día a día? Naturalmente, tras tan pocas semanas en el cargo, aún está pendiente poner a prueba las expectativas.

Rebajar la euforia

La propia Clinton se ha encargado de rebajar la euforia. "No tenemos otra elección, debemos reunirnos", dice con la mirada puesta en la crisis económica más grave en décadas. En realidad, entenderse no es suficiente. Los políticos no se reúnen para decirse qué agradables que se encuentran los unos a los otros. Tienen el deber de solucionar los problemas. Aunque claro, si la química funciona, eso que tienen ganado.

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Christoph Hasselbach, corresponsal de Deutsche Welle en Bruselas.Imagen: DW

Por otra parte, es un poco curioso que aquí la química, en conjunto, parezca funcionar. El entusiasmo en Europa es tan omnipresente que resulta sospechoso. Quizás el caso más evidente -y más sospechoso al mismo tiempo- se observe entre los líderes políticos británicos. De repente, todos encuentran maravilloso lo que dice Obama, cuando antes encontraban maravilloso todo lo que decía Bush.

Hay que aprovechar la sintonía

Pese a algún oportunismo por parte europea, efectivamente existe ahora una gran coincidencia entre América y Europa. Debe ser utilizada para superar la crisis. En la situación de urgencia en la que nos encontramos, ambas partes reconocen no solamente que se necesitan mutuamente, sino también cuánto tienen en común y que juntos pueden moverse más que cada uno por su lado. La crisis económica podría revelarse como el nacimiento de una nueva cooperación transatlántica.