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Rousseff, Merkel y la reforma del Consejo de Seguridad

Fernando Caulyt (ERC/EL)19 de agosto de 2015

La declaración conjunta que será publicada tras el encuentro de las jefas de Gobierno de Brasil y Alemania incluirá una alusión a la reforma del Consejo de Seguridad, una moción que ambos países exigen desde hace años.

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Si fuera por Brasil y Alemania, el semicírculo del Consejo de Seguridad de la ONU sería ligeramente más grande.
Si fuera por Brasil y Alemania, el semicírculo del Consejo de Seguridad de la ONU sería ligeramente más grande.Imagen: picture-alliance/dpa/J. Szenes

La reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la consecuente ampliación del número de Estados con asientos permanentes en su seno es uno de los temas a abordar por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, este miércoles (19.8.2015), cuando comiencen las primeras consultas gubernamentales entre ambos países. Brasil es la tercera “economía emergente” con la que Alemania realiza estos encuentros bilaterales eminentemente políticos; las otras son India y China.

Fuentes cercanas al Ministerio de Exteriores brasileño señalaron que la reestructuración del Consejo de Seguridad será aludida en una declaración conjunta tras la reunión de las mandatarias. De cara al 70º aniversario de la ONU (24.10.2015), ha habido mucho movimiento en torno a este asunto, tanto en la Asamblea General de las Naciones Unidas como en el Grupo de los Cuatro (G4), una alianza que aglutina a los países que aspiran a puestos permanentes en el Consejo de Seguridad: Alemania, Brasil, India y Japón.

“Si la representación de las regiones y de las potencias no se ajusta en la ONU, este organismo corre el riesgo de continuar perdiendo credibilidad como foro de gestión y solución de crisis”, sostiene Vladimir Feijó, profesor de Relaciones Internacionales en el Instituto Brasileño de Mercado de Capitales (IBMEC), en Minas Gerais.“Lo que falta es llegar a un consenso sobre cómo llevar a cabo esa reforma. Cuando se alcance un acuerdo se pasará a discutir los criterios de selección de los nuevos miembros del Consejo de Seguridad”, acota Feijó.

Rousseff y Merkel ya se habían reunido en Brasilia, pero las de este año son las primeras consultas intergubernamentales germano- brasileñas.
Rousseff y Merkel ya se habían reunido en Brasilia, pero las de este año son las primeras consultas intergubernamentales germano- brasileñas.Imagen: Reuters

Grandes obstáculos

En 1945, la ONU estaba integrada por 51 Estados y su Consejo de Seguridad, por un total de once. Actualmente, los miembros de las Naciones Unidas ascienden a 193 y los de su Consejo de Seguridad, a quince: cinco permanentes y diez no permanentes elegidos para mandatos de dos años. La estructura del Consejo de Seguridad sólo ha sido alterada una vez. En 1965, cuatro asientos para miembros no permanentes se sumaron a los seis ya existentes. Y todo apunta a que una nueva reforma demandará arduas labores de persuasión.

Para entrar en vigor, una reforma como la promovida por el Grupo de los Cuatro necesita la aprobación del Consejo de Seguridad en su actual constelación –China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia– y de dos tercios de la Asamblea General de la ONU. “En este sentido, el principal obstáculo es la inercia institucional”, asegura Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getúlio Vargas. “Muchos Estados creen que hay problemas más urgentes por resolver hoy en día”, agrega el experto.

Berlín, un paso al frente

“Es necesaria una campaña global y dedicar mucho tiempo, diplomacia y foco”, comenta Stuenkel. No obstante, dos miembros permanentes –Francia y el Reino Unido– se han mostrado favorables a la reforma del Consejo de Seguridad. El resto se opone categóricamente. China y Rusia son los más intransigentes; de hecho, estos países son los únicos que rechazan explícitamente la posibilidad de que otros Estados BRICS opten individualmente por un escaño permanente en el Consejo de Seguridad.

Algunos especialistas consideran que Alemania avanzó hacia la obtención de un puesto permanente en el Consejo de Seguridad al participar junto a China, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y Rusia en las negociaciones que condujeron a un acuerdo nuclear con Irán. “Durante el mandato de Lula, Brasil se esforzó por intervenir, pero el intento terminó siendo contraproducente. Alemania, en cambio, obtuvo una credencial adicional”, dice Roberto Abdenur, exembajador de Brasil en Alemania (1995-2001) y miembro del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (CEBRI).