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Social-Bee: la agencia de empleo para refugiados

Richard Fuchs
12 de febrero de 2018

Encontrar empleo en un nuevo país no es tarea fácil: hoy, 500.000 refugiados buscan trabajo en Alemania, y las perspectivas son sombrías. Una empresa emergente de Múnich fundó una agencia para mejorar esta situación.

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Social Bee -  soziales Start-Up aus München, das Geflüchtete in Jobs vermittelt
"Yo trabajo en equipo; las habilidades interpersonales pueden venir por el camino difícil", reza la pancarta de la campaña de la agencia de trabajo Social-Bee. La campaña busca combatir el estereotipo de que los refugiados son candidatos más débiles en el mercado laboral.Imagen: Social Bee

Muchas de las verduras que coloca Masood Sutanzadeh para los clientes en un supermercado de productos orgánicos en el área metropolitana de Múnich eran desconocidas para él antes de llegar a Alemania desde Afganistán. Ahora, el joven de 24 años está mejorando su alemán conversando con los clientes. "Mi objetivo es muy simple", dijo Sutanzadeh. "Quiero tener una vida normal. Lo único que me importa es que haya un entorno seguro", dijo.

Agencia de trabajo temporal

En Afganistán, Sutanzadeh trabajó como electricista para el ejército de Estados Unidos, lo que lo convirtió en un objetivo talibán. En 2015, decidió huir y llegó a Alemania a través de Irán, Turquía y los Balcanes. A los pocos días de su llegada, se inscribió en un curso de alemán. Un año después comenzó a postularse para trabajos y rápidamente se hizo evidente lo difícil que sería para él ganar un espacio en el mercado laboral. "De vez en cuando, recibía cartas de rechazo, pero en la mayoría de los casos no recibía ni siquiera una respuesta", confesó Sutanzadeh. De hecho, su trabajo actual solo lo pudo conseguir gracias a la persistencia de una empresa emergente en Múnich. "Social-Bee me ha dado una oportunidad", dijo Sutanzadeh.

Social Bee -  soziales Start-Up aus München, das Geflüchtete in Jobs vermittelt:  afghanische Flüchtling Masood Sutanzadeh
Sutanzadeh es responsable del departamento de frutas y verduras en un supermercado orgánico.Imagen: Social Bee

Maximilian Felsner y Zarah Bruhn fundaron Social-Bee después de decidir que no podían quedarse mirando mientras cientos de miles de refugiados eran excluidos del mercado laboral alemán. Tanto Felsner como Bruhn querían escuchar historias de éxito, por lo que desarrollaron la idea de una "agencia de trabajo temporal sin ánimo de lucro" que sirviera como puente hacia el mercado laboral.

"Actuamos como un amortiguador"

La idea de Social-Bee es simple: "Contratamos a refugiados y solicitantes de asilo para que trabajen para nosotros, y luego los transferimos a compañías asociadas", explica Felsner. Los trabajadores también reciben apoyo sociopedagógico, desarrollo del lenguaje y otra capacitación adicional. Además, reciben un salario regular de la empresa emergente, que los fundadores pretenden financiar en el mediano plazo mediante tarifas de transferencia, pero que actualmente está cubierto por fundaciones benéficas.

El objetivo, dijo Felsner, es que los empleados de Social-Bee finalmente sean contratados como personal de las empresas asociadas a más tardar después de 18 meses. La gran ventaja, dijo, es que "podemos eliminar de antemano todos los obstáculos burocráticos para las empresas y hacer frente a todas las preguntas frecuentes que surgen a raíz del estatus de asilo". El equipo de Social-Bee ha pasado por el proceso varias veces y, por lo tanto, puede aligerar mucho la carga a las empresas asociadas. "Muchos se desaniman por la burocracia y con frecuencia no saben cómo podrían emplear refugiados y solicitantes de asilo", dijo Felsner.

Social-Bee quiere cerrar esta brecha y ofrecer un servicio con un "valor social agregado". Algunas compañías ya han sido persuadidas, como Aldi, Würth, Zeppelin y Sys Microtech, así como también pequeñas y medianas empresas del área metropolitana de Múnich. Especialmente importante es la "gestión de expectativas", explica Felsner. Los malentendidos pueden surgir. Los gerentes a menudo creen que están contratando a alguien que debe estar extremadamente agradecido por el empleo que le dan y que, por ende, se adaptará rápidamente a él. Si estas expectativas no se cumplen, pueden surgir conflictos interpersonales rápidamente. "Por un lado, actuamos como amortiguadores, preparamos a los refugiados para tales situaciones y, por otro, ayudamos a las empresas a comprender a los empleados de manera adecuada", dijo Felsner.

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Una de las cabezas detrás de Social-Bee: el fundador Maximilian Felsner Imagen: Social Bee

1.000 refugiados obtendrán empleo en los próximos tres años

Como organización sin ánimo de lucro, las ganancias de Social-Bee vuelven a su trabajo y, por tanto, a apoyar a las personas que buscan empleo. Hasta el momento, la empresa emergente tiene más de 50 empleados. Y más de una docena de ellos ya han recibido contratos permanentes. Felsner expresó su optimismo de que la empresa continuará expandiéndose. "Para fin de año, queremos tener 100 empleados, incluso en otras ciudades", dijo. Si todo va según lo previsto, en los próximos tres años, hasta 1.000 personas desplazadas pasarán de tener empleo a través de Social-Bee a conseguir contratos permanentes con las empresas que los recibieron. Hasta ahora, el plan ha funcionado. "Más del 90 por ciento de los empleados que han trabajado para nosotros ahora están trabajando en puestos permanentes, han comenzado a capacitarse o han comenzado a estudiar", dijo Felsner. En cualquier caso, Sutanzadeh está listo para contarles a otros refugiados sobre Social-Bee: "Siento que soy parte de una familia real aquí".

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"Yo tengo mucho aguante": los solicitantes dicen que a veces las experiencias migratorias traumáticas los preparan para el trabajoImagen: Social Bee

Campaña: capacidades interpersonales debido a las difíciles experiencias

El próximo plan es llevar el servicio a nivel nacional. A los fundadores se les ocurrió la idea de una campaña de información para que las empresas se muestren menos reservadas a la hora de contratar personas como Sutanzadeh. El mensaje de la campaña es que las personas que han logrado llevar a cabo la   peligrosa migración a Europa deben tener las habilidades para ingresar al mercado laboral alemán. "Sobreviví con 85 personas en un bote pequeño", dice Zeray, de Eritrea, en uno de los carteles promocionales. "Yo juego en equipo", añade el cartel (en portada). Esto está dirigido directamente a los prejuicios prevalentes en muchos departamentos de recursos humanos de Alemania y tiene la intención de enviar una señal clara de que las personas desplazadas no deben descartarse automáticamente como candidatos más débiles en el mercado laboral. "Las experiencias por las que han tenido que pasar pueden convertirse en una fortaleza", aseguró Felsner.

Sutanzadeh es un ejemplo de esto. Ya ha superado muchos obstáculos para encontrar trabajo y llegar a una nueva cultura. Sin embargo, todavía enfrenta un obstáculo legal: desde hace varios meses, ha estado bajo la amenaza de deportación después de que su solicitud de asilo fuera rechazada. "No podría dormir por la noche si no fuese por la gente de Social-Bee", dijo Sutanzadeh. Su trabajo en el supermercado orgánico lo ayuda a seguir adelante. Pase lo que pase, agregó, valió la pena venir a Alemania.

Autor: Richard Fuchs (few/rrr).

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