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Tipos de cambio libre y fijo: causas y efectos

Pablo Kummetz
17 de mayo de 2017

El tipo de cambio refleja las relaciones entre la oferta y la demanda de moneda extranjera en un país. El precio de las divisas puede dejarse “flotar” o controlarse. Aquí, las características de ambos sistemas.

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Symbolbild Euro DAX Börse
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler

Es observable que el tipo de cambio de una moneda varía a menudo, incluso diariamente, en mayor o menor medida. Cuando las transacciones se realizan en mercados de divisas libres, las oscilaciones tienen por lo general cuatro causas: el aumento de los intereses en un país, mayores inversiones del exterior, las expectativas de los actores en el mercado e intervenciones del Banco Central.

El aumento de los intereses genera un mayor interés en el exterior por dar créditos al país, aumenta la oferta de moneda extranjera y hace bajar su precio, es decir, hay que pagar menos, por ejemplo, por un dólar. La moneda nacional se aprecia. El mismo efecto tienen mayores inversiones externas: las divisas deben ser cambiadas a moneda nacional, cuya demanda aumenta: la moneda nacional es más "fuerte". En ambos casos, el Banco Central puede emitir más moneda nacional, para compensar ese efecto, porque una moneda nacional muy apreciada dificulta las exportaciones. Esa emisión está cubierta por la moneda extranjera, en forma de reservas. Al revés, cuando se produce una fuga de capitales, es decir, que aumenta la demanda de moneda extranjera en el mercado local, su precio aumenta y la moneda nacional se deprecia. Cuando los actores en el mercado cuentan con una devaluación, tratan de asegurarse asimismo moneda extranjera al precio actual, lo que aumenta la presión sobre el tipo de cambio, es decir, refuerza también la tendencia a que la moneda nacional se deprecie. 

 

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El papel del Banco Central

También el Banco Central de un país puede influir a corto plazo sobre el tipo de cambio: vendiendo o comprando divisas en el mercado, puede hacer subir o bajar el tipo de cambio. Esa política del Banco Central tiene sus límites, particularmente cuando se trata de hacer bajar un tipo de cambio, en las reservas de divisas que posea. Como para hacer bajar un tipo de cambio debe vender divisas, cuando estas se le agotan, sus posibilidades de intervención se truncan.

Cuando un tipo de cambio es libre, se dice que "flota”, de acuerdo con la oferta y la demanda. A veces, las oscilaciones pueden ser grandes, por motivo coyunturales, por ejemplo, ingreso súbito de una gran inversión en moneda extranjera, especulación o expectativas de los actores en el mercado.

Para evitar grandes oscilaciones, que dificultan o encarecen (por los seguros de tipos de cambio) el comercio exterior, los bancos centrales, a menudo, permiten "flotar” el tipo de cambio en un determinado "corredor” hacia arriba o hacia abajo y solo intervienen cuando este traspasa esos límites superior o inferior.

Cambio fijo y mercado negro

Otro panorama tenemos cuando un país se decide por tipos de cambios fijos. Ya que es difícil "fijar” un tipo de cambio solo a través de intervenciones en el mercado (falta de reservas), hay gobiernos que optan por tipos de cambio "fijos" administrados. En ese caso, las divisas a disposición son repartidas administrativamente a diversos sectores económicos.

La administración de divisas supone que estas no alcanzan para satisfacer toda la demanda. De lo contrario, no sería necesario administrarlas. La falta de divisas al tipo de cambio fijo hace surgir de inmediato un mercado paralelo o "negro”. En ese mercado, los demandantes están dispuestos a pagar por las divisas más que en el mercado regulado. El tipo de cambio en el mercado negro es generalmente muy superior al tipo de cambio en el mercado oficial. Tal es el caso en Venezuela.

Una de las causas principales de la caída del tipo de cambio de una moneda nacional es una emisión descontrolada. Cuando los gobiernos financian sus gastos no con la recaudación de impuestos ni con la emisión de bonos, sino con la impresora de billetes, el circulante vale cada vez menos y los precios de los artículos aumentan. La inflación opera como una mayor oferta de moneda nacional en relación con las divisas disponibles. El precio de esta aumenta, al igual que el precio de todos los artículos comercializados en el país, cuya producción, a igual que el volumen de divisas, tampoco aumenta.