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Trump y Nixon: los paralelos

Carla Bleiker
8 de junio de 2017

James Clapper trabajó en los servicios secretos bajo George H. W. Bush y Barack Obama y compara las conexiones de Trump con Rusia con el caso Watergate, el mayor escándalo político en la historia de EE. UU.

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James Comey, exdirector del FBI en comparecencia ante Senado de EE. UU.
James Comey, exdirector del FBI en comparecencia ante Senado de EE. UU.Imagen: Reuters/J. Ernst

Este 8 de junio, el exdirector del FBI, James Comey, testifica ante el Comité de Inteligencia del Senado. En la agenda: la investigación del FBI sobre los esfuerzos de Rusia para influir en las elecciones presidenciales de 2016, las posibles conexiones entre Rusia y la campaña de Donald Trump, y, más concretamente, lo que pasó entre Trump y Comey antes de que el presidente lo despidiera, el pasado 9 de mayo.

 

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Para comprender la dimensión de las palabras de Clapper, y las demás comparaciones con Watergate que han surgido recientemente, hay que saber exactamente cómo se desarrolló el escándalo de Watergate, que terminó con la presidencia de Richard Nixon.

El comienzo de Watergate: capturas, mentiras y dimisiones

A las 2.30 de la madrugada del 17 de junio de 1972, cinco hombres fueron arrestados por incursionar en oficinas al Comité Democrático Nacional (DNC) en el hotel Watergate y el complejo de oficinas en Washington DC.

Mientras el jefe de la campaña de reelección de Nixon, del Partido Republicano, negó, inicialmente, cualquier conexión con los cinco hombres capturados, el Washington Post publicó varios informes que lo refutaban. A pesar del escándalo, Nixon fue reelegido con una victoria aplastante el 7 de noviembre de 1972. Pero en abril de 1973, pocos meses después del comienzo del segundo mandato, varios altos funcionarios de la Casa Blanca tuvieron que dimitir por Watergate. El abogado de la Casa Blanca, John Dean, fue despedido.

En mayo de 1973, Archibald Cox fue nombrado fiscal especial del Departamento de Justicia para Watergate, que debía investigar qué tanto estaba involucrada la Casa Blanca en las escuchas telefónicas del DNC. El 20 de octubre de 1973, en lo que se conocería como la "Masacre de la Noche del Sábado", Nixon despidió a Cox, que lo investigaba, y abolió completamente la oficina del fiscal especial. Esto elevó la presión para abrir el juicio contra Nixon.

¿Repetirá Trump la trágica historia de Nixon?
¿Repetirá Trump la trágica historia de Nixon?Imagen: Reuters/J. Roberts - picture-alliance/CNP/AdMedia/Arnie Sachs

Obstrucción de la Justicia y dimisión

Durante la investigación, se reveló que Nixon había grabado todas las conversaciones y llamadas telefónicas en sus oficinas desde 1971. Él se negó a entregar las cintas al fiscal especial, pero la Corte Suprema lo obligó a hacerlo. Las grabaciones demostraron que Nixon quiso encubrir su participación en el escándalo de Watergate. Es por eso que la acusación contra el presidente en julio de 1974 se basó en la obstrucción de la justicia. Para evitar un juicio, Nixon renunció el 8 de agosto de 1974.

Elección ganada, renuncia de Flynn e investigación

Incluso con esta versión simplificada de Watergate, los paralelos con la presidencia de Trump son evidentes.

Hackers rusos son acusados ​​de influir en las elecciones presidenciales de 2016. En julio de 2016, incursionaron en los servidores de correos del DNC, filtrando miles de correos electrónicos confidenciales a los medios de comunicación.

Trump y su equipo de campaña han negado categóricamente que tuvieran algo que ver con las actividades de los hackers rusos. Trump resultó favorecido por el efecto de esas revelaciones, ganó las elecciones y asumió el mando el 20 de enero de 2017.

Pero el 13 de febrero, casi un mes después de que Trump asumiera el cargo, su consejero de seguridad nacional, Michael Flynn, se vio obligado a dimitir después de haber mentido sobre sus conexiones con funcionarios rusos.

Flynn había afirmado que nunca había discutido las sanciones de Estados Unidos contra Moscú con el embajador ruso en Estados Unidos, algo que resultó ser falso. El Departamento de Justicia, así como el expresidente Obama, le habían advertido a Trump que Flynn podría ser vulnerable al chantaje ruso

En marzo de 2017, el entonces director del FBI, James Comey, confirmó que su agencia había estado investigando los esfuerzos de Rusia para influir en las elecciones de 2016 y la posibilidad de coordinarlo con la campaña de Trump, desde el ataque pirata en julio.

Despedida de Comey y obstrucción de la justicia

Trump supuestamente no estaba contento con Comey y supuestamente le pidió que abandonara la investigación del FBI sobre Flynn. El 9 de mayo, el presidente despidió a Comey, el mismo hombre que investigaba su administración y su campaña.

Si las acusaciones contra Trump resultan ser ciertas, algunos juristas consideran que su comportamiento podría constituir una obstrucción de la justicia, que se define como intentos ilegales de "influir, obstruir o impedir" la "debida y correcta administración de la ley".

Otro paralelo con el caso de Nixon: Trump dio a entender que grabó conversaciones en la Casa Blanca. "James Comey, es  mejor que no haya 'cintas' de nuestras conversaciones antes de que empiecen a filtrarse a la prensa", tuiteó Trump en mayo. Los paralelos entre la administración de Nixon y la de Trump son evidentes, pero sigue siendo un misterio si las dos historias tendrán finales similares.

Carla Bleiker (JOV / DZC)