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Un siglo de Violeta Parra

Victoria Dannemann
4 de octubre de 2017

Al cumplirse 100 años del nacimiento de la artista chilena, su hija Isabel Parra da luces sobre la intensa vida de la autora de “Gracias a la vida”.

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Violeta Parra chilenische Musikerin und bildende Künstlerin
Imagen: Consejo Nacional de la Cultura de Chile

Su vida fue vertiginosa e intensa, al igual que sus creaciones, que abarcaron desde la música a la poesía y del bordado a la pintura en óleo. Canciones suyas, como "Gracias a la vida” se han convertido en verdaderos himnos entonados en todo el mundo. Violeta Parra (1917-1967), la cantora popular que rescató y difundió las tradiciones de su tierra, es quizás la artista más universal de Chile y Latinoamérica.

En entrevista con DW, su hija Isabel Parra, recuerda a la cantora y la madre, a la bordadora y la mujer apasionada. La que expuso en el Louvre, viajó invitada por ciudades europeas y denunció las injusticias sociales. Su obra musical, poética y visual, siempre vigente, congrega a estudiosos y seguidores.

Al cumplirse 100 años de su nacimiento, el mundo la recuerda y la celebra con diversos homenajes, conciertos y exposiciones. Su hija, la compositora Isabel Parra, quien acaba de recibir en Barcelona el premio Barnasants a la trayectoria artística, es la gran difusora del legado de Violeta. como Presidenta de la Fundación Violeta Parra y a través del museoque reúne la obra de su madre. 

Deutsche Welle: ¿Por qué la obra de Violeta Parra tiene esta trascendencia?
Isabel Parra:
La Viola, mi madre, decía "ustedes van a ver lo que va a pasar a futuro”, cuando nosotros, niños ingenuos, no teníamos idea de la dimensión de esta mamá. Ella tenía la certeza de que su obra dejaría la huella que constatamos día a día. Por una lado me sorprendo y por otro, sonrío  y me digo 'mi mamá tenía razón'. Todo el amor que la gente siente por la Violeta y recibe de ella, para  su familia es una satisfacción inmensa y lo recibimos con inmenso amor también.

¿De dónde venía esa capacidad creadora en tan variadas expresiones artísticas?
- Es un misterio para todos nosotros. La gente habla de la familia Parra como la gran familia creadora, pero en Chile hay miles de familias creadoras. Habría que estudiar en los genes para saber de dónde viene ese torrente de creatividad de estos tíos, hijos de mi abuelo músico y de mi abuela que tocaba la guitarra. Yo creo que fundacionalmente tiene que ver con eso, pero la Violeta tenía su propio campo de acción y una capacidad que nos asombra a todos.

¿Por qué su obra sigue siendo tan actual?
- Ella es una artista que se sale de los cánones habituales y el hecho de que tenga un museo lo demuestra. Ahí está la Violeta íntegra, sus pinturas, bordados, poesía, música. Ella abarcó muchos campos creativos. Eso es lo que más alerta e interesa a los jóvenes, que la cantan y también se inspiran en ella para hacer sus canciones. Ellos producen la gran revolución de la difusión de su música. Por otra parte, la artesanía chilena se ve muy valorada a través de sus bordados. La Violeta tiene esa sencillez de llegar a la gente. Está ahí presente, propicia para inspirarse, para reír y sufrir con ella, para mostrarnos el Chile que ella retrató y cantó. Ella decía "todo esto lo hago por Chile” y yo me imagino, éste es el Chile del que ella hablaba.

Motivo importante en su obra son los temas sociales. ¿De dónde viene este compromiso?
- Violeta nació en 1917 en San Fabián de Alico, una aldea abandonada del sur de Chile. Ella relata su infancia en sus décimas populares, cuando su hermano le dice que escriba su vida. Se pone a revisar su pasado y, a partir de ese relato, sus ojos y su corazón están puestos en la realidad de la gente, en la pobreza, qué pasa en los campos, cómo se muere la gente estropeada por el latifundio, y toma partido e instala la ideología politica en su canto. Esos cantos hoy día son vigentes porque las cosas en Chile no han cambiado mucho. La situación en la Araucanía, la indigencia del mundo mapuche, continúa casi exactamente igual, a pesar de los esfuerzos de algunos gobernantes.

La compositora Isabel Parra (segunda de derecha y izquierda) recibió en Barcelona el premio Barnasants a la trayectoria artística.
La compositora Isabel Parra (segunda de derecha y izquierda) recibió en Barcelona el premio Barnasants a la trayectoria artística.Imagen: Festival Barnasants

Otro eje importante en su obra es el amor...
-El amor de la Violeta es el de todos los seres humanos. A la gente le gustan sus canciones porque el amor y el desamor que proclama es el que ha vivido cada uno. Es amor y también dolor, frustración, sufrimiento, desgracia, soledad y abandono. La secuencia normal del amor, con alegrías y penas, que es lo que mueve al mundo, nos hace vibrar y llorar, y es con lo que nos identificamos.

Usted como hija, ¿de qué manera la recuerda?
- Los recuerdos con mi madre son infinitos. Yo nací por ella, tengo el oficio que tengo y fui estimulada en mi trabajo por ella. La Violeta era un ser magnífico, pero también era una madre complicada, difícil, conflictiva, como somos todas las mamás. La relación padres-hijos es difícil. La Violeta no escapaba de eso y nosotros tampoco. Además siempre teníamos una situación económica estrecha. La vida no fue fácil, pero ahí estaba mi madre apoyándonos y protegiéndonos a su manera, y eso lo valoro, lo recuerdo y lo añoro también, porque es difícil ser huérfana.

¿Qué significa para usted interpretar las canciones de su madre?
- Las canto desde que cantaba con ella, grababa discos y ella me compañaba en la guitarra. De pronto empecé a hacer mis propios cantos, ya no la tenía para pedirle canciones que ella me regalaba. Me puse a musicalizar muchos poemas de ella y a grabar sus cantos, que me fascinan. Hace rato que canto con voz propia, pero todo viene de ella. La fortaleza que me dio y el entusiasmo que me transmitió los uso cada día para vivir y cantar.

¿Alguna canción que tenga un significado especial para usted?
- En mi vida me he negado siempre a hacer canciones de amor que reclamen algo de la persona a quien se ama. Pero sí uso en ese sentido las canciones de mi mamá. Me encanta poder cantar ese dolor y esa fortaleza que ella transmitió. Ahí no tengo pudor. Si alguien quiere llorar conmigo o yo quiero llorar, tomo a la Violeta y lloro con ella.

Muchas de las composiciones de Violeta Parra son casi un patrimonio universal, cantadas por numerosos artistas en todo el mundo, como ocurre con "Gracias a la vida”...
- Sí, es lo que ha pasado con esa canción, que ha tenido una gran difusión. Violeta se las arregla para que su obra trascienda. También el "Canto para una semilla” es una obra sublime, que montamos en Chile con Luis Advis, gran maestro chileno, y la hemos seguido cantando. Este 4 de octubre, el día de su nacimiento, lo vamos a celebrar en el museo y por la tarde estaremos en los balcones del palacio presidencial cantando esas canciones, como "Gracias  a la vida” y "Volver a los 17”.

¿Cual es el principal legado de Violeta?
- Es su fortaleza en 50 años de vida, ese torbellino de actividad, que es algo poco común. Y también es la decisión de partir, que es una decisión terrible, sobre todo para sus hijos, que quedamos. Es algo que yo respeto y no analizo. Mi madre vivió como quiso y murió de la manera y en el tiempo que ella decidió. Quizás hizo tantas cosas porque estaba muy apurada. Fue una vida demasiado intensa y fatigosa. Creo que ella estaba cansada, del alma y del cuerpo. Pero ahí está su obra para enfrentar la vida frente a la muerte.