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Un techo para los refugiados

Christoph Hasselbach (ER/CHP)12 de agosto de 2015

Los municipios alemanes buscan desesperadamente lugares donde albergar a los numerosos extranjeros que llegan al país en busca de asilo.

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Imagen: picture-alliance/dpa/I. Fassbender

Las cifras van en continuo aumento. Las autoridades de inmigración contaban a comienzos de año con la llegada de unas 300.000 personas a Alemania en busca de asilo en 2015. En mayo corrigieron el pronóstico, cifrándolo en unas 450.000. El ministro federal del Interior, Thomas de Maiziere, señaló ahora que la cantidad será “considerablemente más alta que lo estimado hasta el momento”. La Federación alemana de Ciudades y Municipios vaticina por su parte que el número se elevará a cerca de 600.000. Eso equivale a la población de ciudades como Stuttgart o Düsseldorf.

Carpas, gimnasios o lo que sea

¿Cómo alojar a tanta gente? Ante la urgencia, en algunas ciudades se han erigido grandes campamentos. Puede ser una solución de emergencia para el verano, pero a largo plazo no resuelve el problema. Tras visitar uno de esos campamentos, el ministro del Interior de Sajonia, Markus Ulbig, dijo que la gente necesita un alojamiento sólido. El ministro de Asuntos Sociales e Integración de Renania del Norte Westfalia, Guntram Schneider, consideró que las carpas no son lo mejor, pero dijo no ver de momento otra alternativa. En su desesperación, Schneider busca también “galpones” de todo tipo, no solo gimnasios.

No se trata solo del primer punto de recepción. Ulrich Maly, alcalde de Núremberg y vicepresidente de la Consejo de Ciudades Alemanas, calcula que el 40 por ciento de esas personas permanecerán en el país. Por eso, hay que ocuparse también del alojamiento y la integración a largo plazo. Maly demanda la construcción de 80.000 nuevas viviendas al año, destinadas no solo a los solicitantes de asilo. Su intención es evitar que lugareños y refugiados compitan por viviendas baratas en las grandes urbes, cosa que podría acabar rápidamente con la disposición de la gente a recibir a los recién llegados.

Carpas en Hamburgo.
Carpas en Hamburgo.Imagen: picture-alliance/dpa/D. Bockwoldt

Integración y empleo

En Alemania sigue habiendo bastantes edificios desocupados, que tal vez podrían servir como albergues de refugiados. Solo que con frecuencia están en el lugar inadecuado, en su mayoría en zonas rurales, donde faltan posibilidades de trabajo. “Hay que instalar a la gente donde esta pueda conseguir empleo”, apunta Gerd Lansberg, gerente de la Federación alemana de Ciudades y Municipios.

En el este de Alemania hay numerosos edificios vacíos, por lo que algunos sugieren llevar allí a los refugiados. Pero eso no funcionará, debido al problema del desempleo, según el primer ministro de Brandeburgo, Dietmar Woike. Las autoridades de otras regiones del este rechazan la idea más bien por razones políticas, ya que en esos lugares hay menor disposición ciudadana a acogerlos y han tenido lugar numerosas agresiones contra extranjeros.

Viviendas desocupadas en Halle.
Viviendas desocupadas en Halle.Imagen: Gernot Lindemann

Gerd Landsberg considera que lo mejor sería albergar a los refugiados en forma descentralizada, repartidos en múltiples viviendas. Pero las cifras crecen con tanta velocidad que habrá que posponer esa meta. Piensa que una posibilidad de reducir la cantidad consistiría en clasificar a los solicitantes de asilo desde un comienzo y determinar quiénes tienen buenas posibilidades de obtenerlo, como aquellos que huyen de la guerra siria, y deben ser integrados tan pronto como sea posible. Otros, como los procedentes de países balcánicos, casi nunca lo obtienen. El primer ministro de Baviera, Horst Seehofer, se propone incluso alojarlos en campamentos separados, y deportarlos cuando les sea denegado el asilo.