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"Un veredicto poco convincente"

Gero Schließ (MS/JOV)16 de mayo de 2015

Sentencia de muerte para Tsarnaev, autor de los ataques de Boston. Gero Schließ muestra desde Washington sus dudas respecto a juicio y veredicto.

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Imagen: Reuters/J. Flavell

Fue el atentado más grave ocurrido en Estados Unidos desde el 11 de septiembre de 2001.Traumatizó a una ciudad entera y conmovió a toda la nación. Las terribles imágenes del atentado de Boston quedaron impresas en la memoria colectiva de los estadounidenses. Tres personas murieron y muchos de los 264 heridos no solo perdieron algún miembro de su cuerpo sino que su salud quedó dañada de por vida. Teniendo en mente todo esto, ¿es la pena de muerte el único castigo posible para el culpable?

El impacto creado por el propio atentado y la presión de la opinión pública parecen no haber dejado opción a la Fiscalía ni haber dado margen alguno para que la Defensa evitara la pena capital. El veredicto supone una victoria de la parte demandante y una amarga derrota para la abogada defensora, Judith Clarke, que alegó como atenuantes la personalidad influenciable y la infancia de Tsarnaev.

La acusación convenció al jurado, compuesto por doce personas, de que Tsarnaev es un asesino frío y calculador, que planeó y cometió el brutal ataque. Su alegato se sirvió de videos, que mostraron a los miembros del jurado la dimensión del atentado con sus detalles más cruentos, dejando claro que fue llevado a cabo por motivos políticos y constituyendo un acto terrorista.

Gero Schließ, de Deutsche Welle, opina que, tanto el juicio como la condena contra Tsarnaev, dejan un sabor amargo.
Gero Schließ, de Deutsche Welle, opina que, tanto el juicio como la condena contra Tsarnaev, dejan un sabor amargo.

Ninguno de los doce miembros mostró después objeciones. Pero, si se observa el proceso con la debida distancia y la cabeza fría, comienzan a emerger las dudas. Es bien conocido lo difícil que fue reclutar ciudadanos de Boston para formar parte del jurado. Casi todos los habitantes de la ciudad están de una manera u otra afectados por el ataque, ya sea de forma personal o a través de familiares y amigos. Resulta difícil de creer que los miembros del jurado, que finalmente participaron de forma obligatoria, fueron imparciales. A ello hay que añadir que fueron obligados a formar parte personas que no tienen problemas con la pena de muerte y que están dispuestas a imponerla. Se trata de un criterio de selección legal, pero que no deja precisamente en buen lugar al sistema de Justicia estadounidense.

Para empezar, fue un error que el juicio se celebrara en Boston. Una ciudad conmocionada por un ataque de tal magnitud no es el lugar más adecuado para impartir justicia de forma imparcial. Cuando se celebró el juicio contra los autores del sangriento atentado de Oklahoma en 1995, el caso fue trasladado a Denver. La nueva fiscal general estadounidense, Loretta Lynch, se apresuró a alabar la condena a Tsarnaev como el castigo apropiado para un horrible crimen. Pero sus palabras no consiguen eliminar el sabor amargo que dejan el juicio y la condena.

Para que no haya malentendidos: el ataque de Tsarnaev fue un espantoso crimen que debe ser severamente castigado. La cuestión es dilucidar si realmente el juez y los miembros del jurado tomaron su decisión de forma libre. Tengo mis dudas al respecto. Y la Defensa seguramente se apoyará en estos argumentos en su apelación. La fiscal Lynch dijo que esperaba que las víctimas y sus familias puedan cerrar capítulo con esta sentencia. Piadoso deseo. El proceso de apelación puede extenderse durante años. Y, mientras tanto, las imágenes del proceso continuarán atormentando a familiares y víctimas. Tsarnaev seguirá formando parte de esta historia.