1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Un viaje con significado

27 de marzo de 2012

El primer viaje al extranjero del nuevo presidente alemán, Joachim Gauck, comienza en Polonia y tiene especial relevancia dada la historia de los recorridos presidenciales inaugurales.

https://p.dw.com/p/14SmM
El nuevo presidente alemán, Joachim Gauck, saluda a su homólogo polaco, Bronislav Komorowski.
El nuevo presidente alemán, Joachim Gauck, saluda a su homólogo polaco, Bronislav Komorowski.Imagen: picture-alliance/dpa

Las relaciones entre países se parecen a las relaciones humanas. Están las profundas, que crecen con el correr de los años, pero también aquellas teñidas de celos, o de engaños. También las hay por obligación y hasta por sentido común. Las relaciones diplomáticas de los alemanes con los franceses son, por tradición, las más importantes, como resultado de la reconciliación de Alemania con Francia luego de la Segunda Guerra Mundial.

Más allá de las diferencias políticas, en los años 70 fue relevante la gran afinidad entre el ex canciller socialdemócrata Helmut Schmidt y el ex presidente francés ultra liberal Giscard d'Estaing, precedida por el apretón de manos de Konrad Adenauer y Charles de Gaulle. También al ex canciller alemán Helmut Kohl, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y al ex presidente socialista François Mitterand los unió una gran amistad, y ambos se tomaron de la mano en 1984 en homenaje a los caídos en la batalla de Verdún sentando una señal que hablaba por sí misma.

Helmut Kohl und Francois Mitterand rinden homenaje a los caídos en Verdún.
Helmut Kohl y Francois Mitterand rinden homenaje a los caídos en Verdún.Imagen: ullstein bild - Sven Simon

Pero más tarde, en 1998, llegó el momento de la primera “escapada”, cuando el ex canciller alemán Gerhard Schöder inició su gira al entrar en funciones viajando a Londres, y no a París. “Schröder aspira a una estrecha cooperación con el Gobierno británico”, anunció entonces el periódico Frankfurter Rundschau. El Gobierno francés en torno a Jacques Chirac se mostró disgustado, ya que veía una nueva alianza en ciernes entre Alemania y Gran Bretaña. Y en los medios franceses, Chirac apelaba a dar “nuevo impulso” a las relaciones germano-galas.

El especial significado del viaje inaugural

“No se trata tanto de si el canciller o el presidente alemán cree en el valor de las relaciones entre Francia y Alemania”, dice Stefan Seidendorf, del Instituto Franco-Germano (DFI). Según él, la indignación tiene que ver más bien con que no se cumplió con un rito, ya que el viaje inaugural al asumir el cargo sólo se lleva a cabo una vez.

El primer viaje al extranjero del jefe de Gobierno alemán es comparable a una declaración de amor. El Gobierno expresa sus preferencias con una serie de visitas iniciales poniendo de ese modo el acento en su futura gestión política. Justamente por eso son tan importantes esas visitas, y es por ese motivo que el viaje de Schröder fue interpretado casi como una afrenta.

También la gira del presidente alemán, el máximo representante del país, es una toma de posición. Tradicionalmente, al asumir el cargo, los primeros lugares que visita son las naciones vecinas, en primer lugar, Francia, luego Austria, Holanda, Polonia, la República Checa y Bélgica, así como las instituciones de la Unión Europea y de la OTAN en Bruselas. En los últimos años, los presidentes alemanes le dieron especial importancia a un país limítrofe: Polonia.

Horst Köhler se arrodilla ante el monumento a los héroes del levantamiento en el Ghetto de Varsovia.
Horst Köhler se arrodilla ante el monumento a los héroes del levantamiento en el Ghetto de Varsovia.Imagen: AP

Necesidad histórica y personal

Polonia fue invadido por los alemanes a comienzos de la Segunda Guerra Mundial, allí el régimen nazi hizo construir guetos y campos de concentración y las tropas alemanas asesinaron y expulsaron sin piedad a la población. Ya el ex presidente Richard von Weizsäcker, que fue soldado en el frente Oriental durante la II Guerra, dijo que “comenzó su carrera política a causa de Polonia”, que Alemania había herido y perjudicado enormemente a ese país, y que “por eso, la relación y reconciliación con Polonia eran los mandamientos más importantes y más esenciales, tanto para mí como para mi generación”.

Pero también von Weizsäcker y otros presidentes anteriores iniciaron su periplo en París. El primero que comenzó en Polonia fue el ex presidente Horst Köhler, en 2004, poco después de que ese país ingresara a la Unión Europea. Luego se dirigió a Francia, como lo hizo al comienzo de su segundo período, en 2009. Ahora, el recientemente electo presidente alemán, Joachim Gauck, hará lo mismo, ya que su primer destino será Varsovia.

Joachim Gauck, nuevo presidente alemán.
Joachim Gauck, nuevo presidente alemán.Imagen: picture-alliance/dpa

Gauck, que fue activista de derechos humanos en la ex República Democrática Alemana (RDA), vivió durante mucho tiempo en un sistema parecido al de Polonia. Con su viaje inicial, rinde homenaje a la lucha por la libertad de los polacos durante los años 80. Gauck ya había anunciado a principios de marzo, durante una disertación en la Universidad de Lodz, que también quería dedicar con especial atención a las relaciones germano-polacas. “Europa prefiere mirar hacia Occidente, sobre todo los alemanes, pero mi país podría aprender mucho de Polonia”, dijo.

Nuevas posibilidades de cooperación

“La elaboración del pasado histórico y la reconciliación con Polonia fueron los temas centrales de la política exterior alemana luego de la II Guerra Mundial”, dice el profesor Dieter Bingen, director del Instituto Germano-Polaco, en conversación con Deutsche Welle. Pero actualmente hay otros temas pendientes. “Polonia es un país clave en la Unión Europea. Y en ciertas cuestiones de contenido en la política actual, Alemania está más cerca de Polonia que de Francia”, explica, “por ejemplo, en lo que respecta a las relaciones con los países del Este europeo”.

También las primeras visitas de presidentes y primeros ministros polacos, como Donald Tusk, fueron a Berlín. “Desde el cambio en el sistema político, ahora hay una posibilidad de cooperación que no existía antes de 1989”, señala Bingen. El foco está puesto en la valoración y en la reparación de los crímenes alemanes durante la II Guerra Mundial. Y, en ese sentido, Alemania mantiene relaciones tanto con Francia como con Polonia.

Autora: Monika Griebeler/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López