Una feria viva

Hasta hace pocos años, la Art Cologne se presentaba a sí misma como la feria de arte más importante del mundo. Su historia la justificaba. “Los políticos locales de los años sesenta trajeron a Colonia a galeristas de todo el mundo. La ciudad fue durante un tiempo el punto de encuentro del arte mundial”, dijo a la emisora alemana Westdeutscher Rundfunk (WDR) Rudolf Kicken, especialista en el mercado internacional del arte.

Graves errores

Las cosas han cambiado. De acuerdo con Kicken, los éxitos de aquellos tiempos fueron seguidos por graves errores. “Uno de ellos fue abrir espacio a tantas galerías. 400 expositores en una sola feria no constituían una oferta razonable. Una feria de arte no es un mercado; importa la calidad, no la cantidad”.

Otros factores han minado la bonanza de antaño en esta exposición artística. Uno de ellos es el resurgimiento de Berlín como capital no sólo política, sino también artística, de Alemania. En los últimos años han sido muchos los galeristas que han abandonado sus locales de Colonia para mudarse a Berlín. Kicken es uno de ellos.

Además, la propia ciudad de Colonia atraviesa por grandes transformaciones; sus autoridades han promovido el establecimiento de grandes empresas de la comunicación.

Así, son muchos los que se quejan de una creciente banalización en el ambiente; Colonia, dicen, es ahora una ciudad con un alto costo de vida, que endiosa valores incompatibles con el arte y la cultura.

Finalmente, en el mercado artístico internacional han aparecido otras ferias como la Frieze Art, de Londres, o la sucursal en Miami de la feria de arte de Basilea.

En busca de alternativas

La Art Cologne, sin embargo, continúa luchando por su honor. A partir de este miércoles (16.04.2008) y hasta el 20 de abril, 150 expositores participarán en la versión número 42 de la exposición. Y lo hacen bajo buenos auspicios.

El próximo primero de mayo habrá un relevo en la dirección de la exposición artística. Daniel Hug, ciudadano suizo-estadounidense, será el encargado de definir un nuevo rumbo para la feria de Colonia.

De igual modo, desde hace años se ha abierto en el marco de la Art Cologne alternativas como el Open Space, foro abierto para la comunicación y el libre comercio de arte. Es una especie de mercado artístico, exposición y espacio experimental para artistas jóvenes.

Michael Beck, galerista de Düsseldorf, ve en éstas y otras iniciativas razón suficiente para seguir asistiendo a la feria de Colonia. “Queremos seguir apoyando a esta exposición internacional. Luego de mucho discutirlo, llegamos a la conclusión de que la Art Cologne es el foro adecuado para mostrar nuestras obras de arte”, dice.

La galerista Linn Lühn coincide. Consultada al respecto por la WDR, ella argumenta que “en Colonia encuentro más atención y apoyo del que quizá tendría en Berlín. Además, he notado que los artistas británicos sienten una gran afinidad por esta ciudad. Así que aunque Berlín esté de moda, no es lo único en el firmamento del arte”.