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Venezuela: sanciones de EE. UU. desatan airada reacción de Maduro

Pablo Kummetz16 de diciembre de 2014

Las sanciones que EE. UU. aprobó contra funcionarios venezolanos señalados por reprimir violentamente las protestas de comienzos de año son una bienvenida ocasión para sacar el foco de la crisis económica en el país.

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Maduro mit Demonstranten
Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins

­­Por fin un tema en el que puede explayarse a gusto, sin tener que abordar la calamitosa situación económica en que se encuentra Venezuela: Nicolás Maduro, el presidente venezolano, advirtió a Estados Unidos este lunes que “saldrá muy mal parado” si se aplican las sanciones contra funcionarios venezolanos que el Congreso norteamericano acaba de aprobar.

“Quien toca la tecla de la moral y del amor patrio a los venezolanos está jugando con la historia”, dijo el mandatario en un acto oficial luego de una masiva manifestación en Caracas organizada por el Gobierno. “¡Quién es el Senado de Estados Unidos para sancionar a la patria de Bolívar! Indignación y repudio es lo que siente nuestro pueblo frente a las amenazas de la Casa Blanca”, exclamó Maduro en su discurso.

Las sanciones son en todo caso un guante que Maduro recogió sin hesitar, ya que desvía la atención de los problemas de fondo del país. La economía de Venezuela sufre los efectos de una enorme inflación, la caída a la mitad del precio del petróleo en los mercados mundiales, la escasez de bienes básicos y la gangrena que significa la irresistible expansión del mercado negro.

No obstante, pueden hacer mella al Gobierno venezolano: “Muchos venezolanos tienen cuentas en Estados Unidos y entre ellos, naturalmente también funcionarios”, dice Nikolaus Werz, catedrático de Politología Comparada en la Universidad de Rostock, “por lo que las medidas efectivamente pueden tener un carácter más que simbólico”.

“Las sanciones también pueden deberse a un intento de calmar a demócratas conservadores, que exigen desde hace tiempo medidas contra Venezuela ”, resalta Werz. Y agrega que, no obstante, “la oposición no se beneficia de las medidas, como tampoco ha sacado partido hasta ahora de la relativa debilidad de Maduro”.

Más enemigos externos

En busca de otros enemigos externos, Maduro volvió a calificar en el mismo acto al expresidente del Gobierno de España José María Aznar de “asesino”: "No me retracto ni una coma, Aznar es un asesino, un heredero del fascismo de Francisco Franco y debe ir a la Corte Penal Internacional", exclamó, refiriéndose al apoyo que Aznar dio a la guerra contra Irak en 2003. “No solamente deben ser juzgados "los amos estadounidenses" sino también sus "súbditos", "sus esclavos pitiyanquis en el mundo", agregó, volviendo sobre la crítica a Estados Unidos.

Las relaciones diplomáticas entre Caracas y Washington son tensas desde la llegada al poder del fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013). Ambos países retiraron embajadores en 2010.

Demonstration in Caracas
Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins

El texto aprobado por el Senado prevé la denegación de visados y el congelamiento de activos en Estados Unidos de funcionarios o exfuncionarios de Caracas señalados como participantes activos o en la organización de “actos de violencia o violaciones de los derechos humanos, arrestos o la instrucción de causas judiciales contra manifestantes antigubernamentales en Venezuela”.

Violencia: “práctica sistemática de las fuerzas de seguridad”

Los graves enfrentamientos ocurridos de febrero a mayo de este año entre opositores al Gobierno y la represión, en la que participaron también milicias progubernamentales, dejaron un saldo de 43 muertos, en su mayoría del lado de los opositores. Human Rights Watch dice que la violencia durante las protestas fue “una práctica sistemática de las fuerzas de seguridad de Venezuela”.

Las medidas habían sido exigidas por diversos legisladores inmediatamente después de las manifestaciones. Barack Obama, sin embargo, calificó en su momento de inoportunas las sanciones contra el gobierno venezolano. Los vanos intentos de países latinoamericanos aliados de reducir las tensiones entre opositores y oficialistas hicieron que el presidente norteamericano cambiara, sin embargo, de opinión.

A ello se agrega la situación del dirigente opositor venezolano Leopoldo López, en la cárcel desde febrero pasado acusado de promover la violencia, y de la destituida diputada María Corina Machado, imputada días atrás por la fiscalía de participar en una supuesta conspiración para asesinar a Maduro.

“Las detenciones de Leopoldo López y María Corina Machado se enmarcan en el esquema amigo-enemigo que tanto cultiva el Gobierno. Contribuyen a conservar el poder, pero no por eso a la economía le va a ir mejor”, concluye Werz.

De cualquier forma, es posible que las cosas no pasen a mayores, ya que las relaciones comerciales entre ambos países siguen siendo buenas. Venezuela es actualmente el tercer mayor abastecedor de petróleo de Estados Unidos. En los primeros diez meses de este año, Venezuela exportó a Estados Unidos 242,3 millones de barriles de crudo, por un valor de 22.700 millones de dólares.