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Que un club de la Bundesliga pertenezca a un solo hombre es un escándalo en Alemania. Pero el odio a Hopp se atenúa entre los aficionados, preocupados ahora por el excesivo poder de consorcios como Red Bull o Volkswagen. A su lado, Hopp parece casi un aficionado normal, aunque muy rico. ¿Está usted entre la tradición y el futuro, señor Hopp?