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Convertido alemán: “Aún quiero morir como mártir”

Jens Thurau (FEW/JOV)1 de noviembre de 2014

Kreshnik B. es el primer combatiente del EI que será enjuiciado en Alemania. Quiere cooperar para conseguir una rebaja de la pena. Pero ahora, después de sus declaraciones, su plan puede fracasar.

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Terrorprozess gegen Syrien-Rückkehrer in Frankfurt (IS)
Imagen: Reuters/Ralph Orlowski

“¿Tienes frio? Se puede quitar el abrigo. No se preocupe, nosotros no le haremos nada”, le dijo Thomas Sagebiel, juez que preside el tribunal regional superior en Fráncfort, al acusado. Kreshnik B., de 20 años de edad y nacido en la ciudad de Bad Homburg, llegó al juzgado con pantalones deportivos y un grueso abrigo de invierno. Se quita el abrigo. Con voz baja y frases cortas empieza a hablar. En julio de de 2013 fue a Siria para unirse al milicia del Estado Islámico (EI), pero las cosas no resultaron como esperaba y en diciembre del mismo año regresó a Alemania. Sin haber disparado ni una vez, como él mismo recalca.

Kreshnik fue detenido en el aeropuerto de Fráncfort. Ser miembro de un grupo terrorista internacional puede implicar diez años en prisión, como se le reprochaba. El juez y la fiscalía le ofrecieron a Kreshnik la posibilidad de una condena menor si explicaba el porque y del cómo llegó a ser yihadista. Pero en medio de la interrogación pronunció la fatal frase: “De hecho, aún quiero morir como mártir”.

Hasta su abogado, Mutlu Günal, no pudo evitar su asombro. Él había convencido a su cliente a testificar, a lo que Kreshnik inicialmente se había opuesto. Una declaración escrita leída por Günal, en una audiencia previa, no fue suficiente para la corte, por lo que el acusado debió responder las preguntas en persona.

Defendiendo a “hermanos y hermanas”

Este testimonio no otorga claridad al proceso. La pregunta es: ¿quién lo radicalizó en Alemania? Kreshnik se rehúsa a acusar. ¿Cómo llego a Siria? Por Estambul, y de ahí un bus con otros seis reclutas. A pesar de haber sido entrenado en armas de fuego, Kreshnik nunca estuvo en el frente de batalla. “Ellos no querían que yo combatiera”, dijo Kreshnik, un poco ofendido. El acusado vio a muchos grupos islamistas pelear entre ellos: “Es muy triste. Yo quería defender a mis ‘hermanos y hermanas', atacados por el régimen de Assad en Siria”, agregó. Kreshnik aún piensa que está en lo correcto.

Las agencias de inteligencia han interceptado y grabado llamadas que el acusado ha tenido con su hermana, que demuestran que Kreshnik es, de hecho, un combatiente entusiasta. El tribunal también tiene un video, donde Kreshnik se le ve uniformado como combatiente armado. “Yo no recuerdo donde fue eso”, dijo Kreshnik.

Kreshnik dijo que su estadía en Siria fue aburridora. Dijo que combatió sólo tres veces y que en las tres ocasiones siempre “estuvo atrás, donde está el cuerpo médico”. Los combatientes árabes y chechenos del EI estaban siempre a cargo y no confiaban a los europeos las grandes responsabilidades. El juez Sagebiel le preguntó quien era su líder: “No tengo ni idea”, dijo Kreshnik.

Prozess Terrorverdächtiger Syrien-Rückkehrer in Frankfurt
Kreshnik B. durante una audienciaImagen: Getty Images/AFP/T. Kienzle

“Esto es muy poco para mi. Me tiene que ofrecer más”, respondió el juez. Kreshnik no dijo nada y miró a su abogado. Si sus respuestas satisfacen a la corte, Kreshnik podría salir tras tres o cuatro años de cárcel. Pero no parece que vaya a ser el caso.