Opinión: Cómo ignorar a los líderes de la testosterona

Dos encuentros con la prensa esta semana en Berlín. Este viernes (20.07.2018), la canciller alemana, Angela Merkel, se presentó como cada verano ante los periodistas que cubren la política federal de Alemania y se mostró aparentemente imperturbable. Y ello a pesar de las tormentas que la acechan, a izquierda y a derecha, arriba y abajo, en su país y en el extranjero, algunas de las cuales amenazan con tomar la fuerza de un huracán. Mientras que el martes (17.07.2018), el ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, de la bávara CSU, dio la cara en la sala de prensa de su ministerio, visiblemente afectado. Su tormenta solo hablaba de Baviera y Alemania.

Trump, Putin y la testosterona

¿Cuántas veces ha pasado ya que esta enigmática mujer de 64 años ha sido desafiada por hombres desesperados, emocionales y ansiosos de poder? ¿Y qué queda de aquello? Apenas nada. Merkel se ocupa de sus adversarios, pero no se implica en lo personal. Los brotes de testosterona le resbalan. Tiene el don de ignorarlos por completo. Algo en lo que ayuda el hecho de que esté libre de vanidad. Y precisamente por eso un hombre como Donald Trump se siente tan desafiado, alguien que está acostumbrado a que le veneren o le odien. El estilo de Merkel es otro: la política como la búsqueda de compromisos y punto. Hace tiempo que esa es la principal fortaleza del carácter de la canciller, que se esfuerza por aplicarla en su cargo.

Una buena semana para Angela Merkel

En su aparición ante los medios, Horst Seehofer se quejó de una prensa injusta que no le entiende. Sonó un poco como Donald Trump. Por el contrario, Merkel pasó la semana viajando por el país y visitó un asilo, una granja y un jardín de infancia. Parecía decir: fíjense en ella, estos son los temas que importan a las personas, no esa odiosa disputa en torno a la política de asilo. Ello a pesar de haber peleado enérgicamente sobre el tema la semana pasada. Y luego apareció ante los medios. El momento jugaba a su favor. La canciller vuelve a aparecer como vencedora.

Olvídense de las imágenes del Bundestag

No obstante, Merkel también ha dado señas de no haber llegado hasta aquí intacta. Las imágenes de la mandataria en el Bundestag dan fe de una líder cansada, agotada, que no sabía cómo continuar. Pero esas impresiones se desvanecieron este viernes. Nada sorprendente, pues sus contrincantes en el país se desmontan a sí mismos y los del extranjeros, con su desprecio, se topan con una Merkel que permanece fiel a sus convicciones básicas. Multilateralismo frente al nacionalismo, libre comercio frente a nuevos aranceles.

Esperar a que los populistas se hagan trizas unos a otros

Naturalmente, las obras son muchas y requieren trabajo. La relación con Estados Unidos está por ahora arruinada y Europa está dividida. Pero cuando Merkel habla como un mantra de la necesidad de encontrar soluciones europeas es porque sabe una cosa: los populistas no pueden conformar un frente común en su contra, porque se trata de populistas nacionales que al final del día acaban luchando entre sí. Como está haciendo la CSU en Baviera. A eso, al menos, Merkel puede esperar tranquila. Sus nervios son de acero. ¿Ha vuelto a tuitear Donald Trump? ¿Ha amenazado Seehofer con su dimisión? ¿se ha pronunciado Vladímir Putin con ánimo belicoso? Sí a todo.

Y, por fin, verano

Para la canciller, es más importante que Alemania ponga en práctica una estrategia para la inteligencia artificial. Eso dijo este viernes. El mensaje llegó al país: tan mal no pueden estar las cosas si la jefa está tan tranquila. Y ya llegan las vacaciones de verano. Algo verdaderamente bonito.

Autor: Jens Thureau (EAL / MN)

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