A Marte con un acuario en la maleta

Tensión permanente, completo aislamiento, nada de esfera privada, camas incómodas e insaboras comidas de tubo. La excitante vida de los astronautas exige prescindir de muchas cosas. Una situación que tiene que cambiar porque en el futuro los astronautas pasarán más tiempo en el espacio y probablemente volarán a otros planetas. Mientras un viaje de ida a la Luna dura una semana, a Marte dura dos años.

Las diferentes fases de un vuelo parabólico.

Como sería imposible transportar alimentos para cuatro años, en caso de un viaje de ida y regreso a Marte, científicos alemanes desarrollan una especie de acuario que surtiría a la tripulación con pescado fresco. “Los peces pueden ser alimentados con invertebrados como la daphnia o larvas de camarones”, dice la bióloga Maike Kirchgäßner, de la Universidad Técnica de Múnich, que asiste a la Agencia Espacial alemana.

“Las pulgas de agua o daphnia son excelente alimento vivo, pues se multiplican rápido, contienen proteínas y comen algas, constituyendo así un importante eslabón de la cadena alimenticia. Por eso queremos saber cómo se comportan en la falta de gravedad.”

El periodista alemán después de un vuelo parabólico en Colonia el 18 de septiembre de 2011.

Durante la ingravidez generada por los vuelos parabólicos del DLR, en la alemana Colonia y la francesa Bordeaux, las daphnias han demostrado ser muy prometedoras, apunta Kirchgäßner.

“En vuelos parabólicos hemos visto cómo las daphnias cambian su conducta y dan saltos en el agua. Esperamos que se acostumbren a la ingravidez y vuelvan a nadar normalmente. También hemos descubierto que poseen un sensor que creemos es su órgano de la ingravidez.”

Mientras los científicos de la Universidad Técnica de Múnich buscan mejorar el menú de los astronautas, investigadores de la Universidad deportiva de Colonia estudian el efecto de la falta de gravedad en la fisiología del cerebro humano. Con la ayuda de un programa individual de entrenamiento físico busca aumentar la capacidad física y mental de los astronautas. Stefan Schneider, del Instituto de Neurología y Deporte, de la Universidad deportiva de Colonia.

“Sabemos que el deporte con el que uno se identifica aumenta la capacidad intelectual. Si se obliga a un nadador a correr dos horas no lograr relajarse, mientras un atleta de fondo se emociona corriendo. Eso se conoce como ‘estado fluído' que es cuando el cuerpo produce hormonas de la felicidad. Nuestra meta es examinar a cada astronauta para identificar si prefiere hacer pesas o ejercicio de fondo.”

El periodista colombiano José Ospina-Valencia durante un vuelo parabólico en Burdeos, Francia, 2010.

Algunos resultados pueden implementarse en la vida cotidiana. Estudios demuestran cuán positiva es la actividad deportiva para mejorar la capacidad de aprendizaje de escolares, dice Stefan Schneider:

“Eso motiva la concentración mental que se traduce en mejores resultados escolares. También aquí está involucrada el área cognitiva responsable de la percepción, la memoria, el aprendizaje y el razonamiento lógico. Dicha área reduce su actividad durante y después de la práctica inmediata del deporte. El resultado: aumento de la capacidad cognitiva de la persona que hace deporte.”

Los vuelos parabólicos de la Agencia Espacial Alemana (DLR) se usan para la investigación de materiales, biología, fisiología humana y la física, disciplinas básicas para entender el espacio y preparar a los humanos para la vida allí. Lo especial en estos vuelos parabólicos es que los científicos tienen que experimentar en su propio cuerpo. En la investigación durante vuelos parabólicos Alemania es líder en el mundo.

Autor: Alexander Freund / José Ospina-Valencia
Editora: Emilia Rojas