1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Air Berlin: una caída anunciada

Henrik Böhme
16 de agosto de 2017

Después de años de agonía, la segunda mayor compañía aérea alemana se declara insolvente. Pronto se empezará a repartir el pastel. Henrik Böhme espera que se tomen decisiones a favor de los empleados.

https://p.dw.com/p/2iLW4
Imagen: Getty Images/S. Gallup

Cuando, el pasado viernes (11.08.2017), no llegó a la cuenta de Air Berlin el crédito por 50 millones de euros acordado con el accionista principal Etihad, tienen que haber sonado las campanas de alarma en la central de la compañía aérea germana. En ese momento se supo que los jeques de Etihad Airways habían cerrado el grifo del dinero. No es algo que sorprenda demasiado, ya que Etihad también tiene problemas de sobra. Su estrategia de invertir en competidores con problemas financieros ha fracasado completamente.

Una montaña de deudas

Henrik Böhme, de la redacción de economía de DW
Henrik Böhme, de la redacción de economía de DW

Tal vez el cálculo de Etihad había sido hacer sentir seguros a los competidores y luego dejarlos morir de hambre para finalmente poder recoger los restos e incorporarse las rutas. Pero con Air Berlin y Alitalia se incorporaron dos compañías que quemaban el dinero de manera espantosa. Air Berlin por si sólo ya tiene deudas por un valor de 1,2 mil millones de euros. Etihad invirtió desde 2011, año en que compró acciones de Air Berlin, más de 1,5 mil millones de euros en su filial alemana. Sin éxito tangible alguno, como se puede ver ahora. A principios de 2017, los jeques todavía habían prometido seguir financiando a Air Berlin por otro año y medio más. Nada de eso.

Cualquier pasajero podía comprobar por si mismo el mal estado en el que se encontraba la compañía aérea: cancelaciones de vuelo, muchos retrasos, aviones alquilados a las aerolíneas más curiosas. Probablemente también haya una ola de altas demandas de indeminzación.

¿Todo bajo control?

En la junta de accionistas de Air Berlin, a mediados de junio en Londres, los jefes de la aerolínea se mostraron optimistas. Anteriormente ya se había especulado sobre la precaria situación financiera de la aerolínea y se hablaba de posibles garantías estatales. No pasa nada, dijeron los jefes, todo está bajo control, aseguraron. Y ahora, tres meses más tarde, la quiebra. ¿Cómo podían estar tan ciegos los jefes de Air Berlin al no ver tampoco el mal estado en el que se encontraba la empresa matriz Etihad?

Así que ahora le toca de nuevo al contribuyente saldar la cuenta. Sin la garantía estatal de 150 millones de euros, Air Berlin hubiera tenido que cerrar sus operaciones inmediatamente. ¡Y eso en medio de la temporada de vacaciones! Evitar el caos en los aeropuertos como consecuencia de viajeros estancados es por lo menos una buena razón para la garantía estatal. Y en el caso de Air Berlin, se revelan ahora todos esos errores estratégicos de los últimos años. Con cada nuevo jefe y con cada decisión, la situación empeoró.

Ahora se empiezan a repartir el pastel. Lufthansa, que ya tiene 38 aviones con tripulación en sus manos, verá lo que puede utilizar y pasará el resto a su filial Eurowings. Esperemos que los 8.500 empleados, de los cuales la mayor parte no tiene la más mínima culpa en este desastre, pueda salvar su puesto de trabajo. En ese caso, la garantía estatal por un valor de 150 millones de euros tendría aún más sentido.

Autor: Henrik Böhme (GG/VT)