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Alemania ante el misterio de las matanzas en escuelas

12 de marzo de 2009

Tras la masacre de este martes en Winnenden, en donde un joven mató a 15 personas y luego se suicidó, revive en Alemania el debate sobre las razones que pueden generar tales hechos violentos y cómo evitarlos.

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Sobrevivientes y familiares de las víctimas de la masacre de Winnenden.Imagen: AP

Este jueves 12 de marzo de 2009 es un día de duelo en Alemania. Así lo decretó el Gobierno federal en vista de la tragedia ocurrida en el sur del país. Refiriéndose a esta última masacre escolar en Alemania, la canciller Angela Merkel expresó que "es inimaginable que en sólo segundos, estudiantes y profesores fueron asesinados, es un crimen horroroso", según la mandataria ante la prensa en Berlín. Veintiocho personas en Alemania y Estados Unidos cayeron ayer víctimas en dos crímenes similares.

El uso y acceso a armas de fuego, la personalidad, la educación de los padres y maestros, el trato o maltrato entre los mismos jóvenes y el uso de videojuegos son los aspectos más tenidos en cuenta a la hora de ventilar las causas de las matanzas en serie en Alemania que, entre tanto, parecen repetirse en los últimos años.

Desde el feroz ataque de un escolar en Erfurt en 2002, el caso se repitió en 2006 en Emsdetten. Ahora es Winnenden en 2009, el tercer lugar en Alemania que comparte el seño de haber sido el macabro teatro de operaciones de jóvenes que aparentemente no vieron otra forma de mostrar su frustración personal sino matando a otros.

Videojuegos: ¿pasatiempo inofensivo o llave para carrera criminal?

En la actual discusión en Alemania, se muestran inquietantes características comunes entre los tres escolares asesinos en serie de los últimos años. Tanto Tim K, de Winnenden, como los anteriores asesinos, eran considerados “perdedores”, como los describen a la revista Der Spiegel quienes los conocieron. A esto se suma que los jóvenes compartían además su gusto por los juegos de video en donde se asesinan personas para poder ganar la partida.

El vocero de la Policía alemana, Klaus Hinderer, citado por la agencia de noticias dpa, confirmó que dentro de los objetos confiscados en la casa de la familia del último chico homicida y suicida se encontraron juegos de video de “Counter Strike”, un portal que ofrece, entre otros, juegos violentos.

“El que asesinos en serie disparen indiscriminadamente en el momento de emprender la huida es algo que las personas aprenden en juegos de videos”, precisó a propósito el presidente de la Fundación alemana para la Lucha contra el Crimen, el criminólogo Hans-Dieter Schwind, en el diario Süddeutsche Zeitung, de Múnich.

Schwind, como políticos de casi todos los partidos, piden una prohibición total del uso y acceso a videojuegos violentos y una legislación aún más estricta sobre el almacenamiento, porte y uso de armas de fuego. “Casi nadie se imagina que en Alemania hay 10 millones de armas legales y unos 20 millones de armas ilegales”, dijo Schwind al diario Osnabrücker Zeitung.

Señales: del dicho al hecho…puede haber sólo pocas horas

Curiosamente el idioma alemán utiliza un término malayo para designar tanto el hecho como el autor material de las matanzas en serie. “Amoklauf” y “Amokläufer”, significa en su idioma original “enfurecido”. Fueron justamente los científicos asiáticos los que se ocuparon primero del “fenómeno” en cuestión.

Discriminación y rechazo, falta de perspectivas y fracaso. Muchos asesinos se sienten humillados, despreciados, malqueridos. Tim K., como reporta Der Spiegel, expresó justamente esto en un chat de Internet en la madrugada del 11 de marzo, unas 6 horas antes de la masacre. El joven anuncio incluso el crimen en la escuela Albertville de Winnenden: “Basta Bernd. Estoy hastiado de mi vida. Todos se burlan de mí. Nadie reconoce mi potencial. Tengo armas y en la mañana voy a asar a los de mi antigua escuela. A lo mejor salgo bien de ahí. Mantente atento. ¡Mañana escucharás hablar de mí!.“

El mensaje empero, no fue tomado en serio por el otro joven que sentado en algún cuarto de Baviera soltó una carcajada en los símbolos típicos de los chat: *LOL*. “Si el peligro hubiera podido ser identificado a tiempo, hubiéramos podido impedir el crimen“, dijo Erwin Hetger, director de la Policía del Estado federado de Baden-Württenberg, en rueda de prensa.

Entretanto, la misma policía ha retirado la versión dada a conocer en rueda de prensa del jueves que confirmaba que el joven asesino había anunciado el crimen a través de un chat. La policía pide ahora paciencia para seguir investigando.

Crimen y medios

De todas formas, la prensa misma y el eco que estos espectaculares hechos encuentran en los medios es también materia de discusión y crítica en Alemania. Hay expertos que afirman que la gran publicidad que reciben los autores materiales de estas masacres, llevan a otros a querer imitar a quienes terminan, a veces, siendo presentados como “héroes”, aunque muertos.

¿Pero qué tanto de las fantasías de violencia de una persona debe aflorar como para identificar un peligro latente o real? – “Un análisis retrospectivo casi siempre revela situaciones o señales que indicaban que la persona podría convertirse en el próximo asesino”, dijo Herbert Scheithauer, profesor de psicología del desarrollo personal, de la Universidad Libre de Berlín, en la cadena de radio alemana Deutschlandfunk. Los psicólogos hablan de características “leaking”, para describir lo que es precisamente difícil de identificar, sobre todo cuando no “sale a flote”, no se hace visible, evidente.

Un fenómeno también presente en España y América Latina

Pero antes de que la psicología avance en este difícil campo, tanto pedagogos como políticos piden también mejores condiciones de enseñanza y convivencia dentro y fuera de los planteles educativos. La violencia o el respeto empiezan por casa. Es en el seno de las familias en donde se aprenden las primeras lecciones tanto de convivencia en paz o en conflicto. Situaciones y actitudes que los chicos trasladan a las escuelas, a su vez que transportan a sus casas las igualmente buenas o malas experiencias sufridas o aprendidas en las escuelas y colegios. Según Scheithauer, un 12% de los jóvenes sufre el acoso verbal, psíquico o físico de sus propios compañeros. Otro fenómeno que en Alemania se ha dado por llamar “mobbing”, pero en el mundo sajón se conoce bajo “bullying”. También en el mundo de lengua hispana hay nombre para este tipo de violencia discriminatoria que puede llevar al fracaso a muchos jóvenes: el matoneo.

Resulta, en cierto modo, interesante el hecho de que mientras en Estados Unidos, Finlandia, Israel y Alemania las matanzas en escuelas o sitios de trabajo se han repetido, en América Latina no se ha presentado este fenónemo, por lo menos en términos comparables.

Autor: José Ospina-Valencia

Editora: Claudia Herrera-Pahl