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Alemania-Turquía: "Erdogan debe liberar a presos políticos"

Christoph Hasselbach
30 de junio de 2017

El Gobierno federal ha prohibido un arenga pública del presidente turco Recep Tayyip Erdogan en Alemania. Unos se alegran, otros se enfadan.

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El candidato a la cancillería de la socialdemocracia alemana Martin Schulz
El candidato a la cancillería de la socialdemocracia alemana Martin SchulzImagen: picture alliance/dpa/K. Nietfeld

La prohibición de un discurso público del líder turco en suelo alemán ha dividido profundamente a partidarios y detractores de Erdogan.

El portavoz de Erdogan, Ibrahim Kalin, calificó el veto de Berlín como una "decisión  electoral a corto plazo", advirtiendo a Alemania "no repetir el terrible error de la campaña del referéndum". Una respuesta no precisamente moderada.

Kalin tildó también la prohibición de que un político turco agite a sus connacionales en Alemania como "una prueba del doble rasero de los que quieren darle a Turquía enseñanzas sobre democracia, derechos humanos y  libertades". Y acusó además, a los "europeos de apoyar a organizaciones terroristas, golpistas e ilegales".

El Gobierno turco ataca principalmente al candidato a la cancillería de la socialdemocracia alemana Martin Schulz, quien dijo en el periódico Bild: "A los políticos extranjeros que pisotean nuestros valores, no se les debe permitir lanzar arengas agitadoras en Alemania". Schulz busca "restringir la libertad de expresión y de reunión", concluyó entonces el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ankara.

Un propuesta de Alemania a Erdogan

El ministro turco de Asuntos Europeos, Omer Celik, dijo, por su parte, que los derechos fundamentales para ciertos políticos alemanes eran "mera retórica, usada como instrumento con fines políticos”.

Pero no sólo el Gobierno de Ankara critica duramente a Alemania, lo hace también el líder de la oposición turca Kemal Kılıçdaroğlu, que considera el veto un "error": "Erdogan debe ir a Hamburgo y poder hablar a sus propios ciudadanos", dijo Kilicdaroglu.

Esta vez, los medios turcos han reaccionado con mucha más cautela a la prohibición de dar arengas políticas en suelo ajeno. Aunque la prensa oficialista muestra la lealtad esperada. El diario Yeni Safak, por ejemplo, habla de una " abierta hostilidad ", de Alemania frente aTurquía. Takvim, por su parte, titula: "Tienen miedo, como siempre."

En Alemania, el líder parlamentario de Los Verdes, de origen turco, Cem Özdemir, respondió con palabras claras y comprensibles: "Le propongo al presidente Erdogan que, si libera a todos los presos políticos, estamos dispuestos a debatir públicamente sobre democracia y el futuro de Turquía".

Christoph Hasselbach (JOV/MS)