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Alza bursátil pese a crisis de la zona euro

Rolf Wenkel 8 de mayo de 2013

El índice bursátil Dax alcanzó este martes un nuevo récord, debido en gran parte a la baja de los tipos de interés: los inversionistas no saben qué otra cosa hacer con su dinero. Los perjudicados son los ahorristas.

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El índice bursátil Dax alcanzó este martes un nuevo récord.Imagen: Reuters

Los ahorristas en Alemania se enfrentan a un creciente problema. Sus ahorros van perdiendo valor día a día. Desde que estallara la crisis de los mercados financieros en 2008/2009 muchos inversores privados han optado por depositar su dinero en cuentas a la vista, a pesar del descenso en las tasas de interés. Invertir en los mercados de valores es para muchos un juego demasiado arriesgado y eso pese a que el índice bursátil de referencia de la bolsa de Fráncfort (DAX) creció en un 30 por ciento el año pasado. Los alemanes, sin embargo, se mantienen cautelosos: ¿No será ese 30 por ciento un primer indicador de una nueva burbuja bursátil? ¿Y que pasará con los bonos estatales, si la crisis de la zona euro vuelve a desatarse? Economistas especializados en el comportamiento de los actores económicos tienen una explicación muy fácil para este tipo de actitud: cuando los inversores deben decidirse por un producto, pero se sienten inseguros por informaciones contradictorias, aplazan la decisión y guardan su dinero en una cuenta de la que puedan disponer en cualquier momento.

La crisis de rendimiento

No son pocos quienes han optado por invertir su dinero en cuentas de ahorro, a la vista o a plazos fijos. Aproximadamente 2 billones de euros, el equivalente al 41 por ciento del patrimonio monetario de los hogares estaba depositado en ese tipo de cuentas. En 2002, cuando la libreta de ahorro arrojaba un interés bastante más amplio, el patrimonio privado en dichas cuentas solo llegaba al 36 por ciento. En todo caso, en el pasado reciente, la cuenta mínima era que el rédito tuviese un saldo positivo una vez descontada la inflación. Sin embargo, actualmente el escenario para los ahorristas es bastante diferente. Por la política de dinero barato del Banco Central Europeo (BCE), que el jueves pasado redujo un cuarto de punto su principal tipo de interés hasta el nuevo mínimo histórico del 0,5 por ciento, se ha abaratado el acceso al crédito. En contrapartida al dinero barato (otorgado por los bancos en formas de créditos), los ahorristas a fines de 2012 apenas obtenían un 0,6 por ciento de interés por depósitos a la vista, antes de impuestos. Así se explica que ya no obtengan beneficios o se encuentren atrapados con sus ahorros en un rendimiento negativo, ya que la inflación se come el rédito.

El mercado bursátil como salida de emergencia

En un escenario con bonos de países con buena calificación como Alemania apenas rentables, y el precio del oro en declive, no quedan muchas alternativas. Una de ellas se llama acciones. El atractivo de la bolsa la ha llevado en los pasados días a alzas históricas. Por lo tanto la política del BCE de bajar los tipos de interés tiene una influencia directa en atraer a los inversores a la bolsa de valores.

¿Un vuelo sin descenso?

Por otra parte, no es solo el BCE que está inundando los mercados financieros con dinero. Sus equivalentes en Estados Unidos y Japón están comprando bonos de sus respectivos países por valores astronómicos, con lo cual abonan los mercados con nuevo contante.

Por lo tanto, el hecho de invertir en el mercado de valores es una decisión absolutamente racional y casi sin alternativas para los grandes inversores, como bancos, fondos de inversión y seguros.

Sin embargo, algunos observadores temen que dicho auge bursátil culmine en una abrupta caída en pocos meses. El analista de mercados Giuseppe Amato de la agencia de bolsa Lang & Schwarz, citado por la agencia de noticias Reuters, advierte que la economía real no es capaz de seguirle el ritmo al mercado de valores. O dicho en otras palabras, que estamos en presencia de una burbuja del mercado financiero, alentado por mucho dinero circulante que no guarda relación con los valores que la economía real puede producir.

¿Un déjà vu?

En algún momento, esa burbuja podría estallar, así como lo hizo la última vez en 2008/2009. Entonces, después de ser inflada por créditos hipotecarios otorgados a millones de familias en EE. UU. y en cuyos derivados invirtieron los bancos, fondos de inversión y demás inversores globales. La idea era, que los valores inmobiliarios estaban asegurados, en un mercado en el que las casas iban subiendo continuamente de valor, mientras que la Reserva Federal abría el grifo al dinero barato. Cuando comenzó a cerrarlo y las familias ya no pudieron seguir pagando los créditos, la construcción financiera se vino abajo.

Autor: Rolf Wenkel/MH
Editor: Pablo Kummetz