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América Latina: abogan por vacuna como bien público

Judit Alonso
25 de marzo de 2021

El coronavirus refuerza la inequidad mundial. Por ello, la Fundación Avina desarrolló un contador que muestra el ritmo de vacunación y lidera una iniciativa regional para que la vacuna sea considerada un bien público.

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Symbolbild I Erste PFIZER Impfdosen erreichen Kolumbien
Imagen: Guillermo Legaria/Getty Images

La vacunación contra el coronavirus mantiene en vela al mundo, mientras el número de casos de COVID no cesa de aumentar. Aunque todas las esperanzas están puestas en este proceso, en América Latina va a tardar años en conseguirse según una herramienta elaborada por la Fundación Avina, con datos de la Universidad John Hopkins y Our World in Data.

Esta herramienta pretende mostrar los diferentes ritmos de vacunación en el mundo, las desigualdades que eso conlleva y generar debate y conciencia al respecto. “América Latina tiene el 8% de la población mundial y el 30% de los muertos se dan la región”, dice a DW Gabriel Baracatt, Director Ejecutivo de la Fundación Avina, apuntando a la “falta de transparencia” y la “cultura del privilegio” que caracterizan a la región. Por este motivo, instó de “manera urgente” a abordar los procesos de vacunación.

“La gente está ahogada de información, tenemos tal sobreabundancia que necesitamos claridad”, asegura. Así, con el objetivo de proporcionar ejemplos concretos, se planteó el desarrollo de una herramienta de “información pública y transparente para cualquier persona” que muestre el ritmo de vacunación mundial.

Este índice recopila el número de personas infectadas y fallecidas por COVID-19, la cantidad de personas vacunadas hasta la fecha y las semanas que se va a tardar en terminar el proceso de vacunación de cada país. En el caso de la región muestra “un panorama bastante desolador. “Es algo que no vamos a superar el 2021”, avanza el directivo.

Según los datos de esteíndice, Chile se pone a la cabeza, con 7 semanas de espera, seguido por República Dominicana (30), Uruguay (31), Argentina (51), México (92) y Colombia (96). El resto de países superan el centenar de semanas, especialmente en Centroamérica, donde países como El Salvador y Guatemala figuran con 470 y 535 semanas, respectivamente. Sin embargo, a la cola se sitúan dos países sudamericanos: Paraguay y Venezuela.

Por ello, asegura que “hay que fortalecer los mecanismos de transparencia” y “reducir los niveles de acaparamiento”, a la vez que aboga por que la vacuna sea un bien público. “No hay mecanismos legales pero hay un imperativo ético”, recalca. “No hay solución individual si no le damos una solución global”, debido a la circulación de personas e intercambios de bienes en el mundo. Por este motivo, “si no es por convención ética es por conveniencia económica”, añade.

Infografik Impfdaten Lateinamerika ES
Aunque este mes de marzo ha empezado el proceso de vacunación en la región, el desempeño de los países, al igual que en el resto del mundo, es desigual. Un hecho que también queda reflejado en la herramienta de previsiones de la Fundación Avina.

Vacuna para todos: ¿realidad o utopía?

Para lograr este objetivo, apunta a alianzas a nivel global con organismos como la Organización Mundial de la Salud y el sistema de Naciones Unidas. En este sentido, hay que recordar que COVAX, la alianza global para garantizar el acceso equitativo a las vacunas COVID-19, ha contribuido a entregar más de 2,2 millones de dosis a la región hasta el momento, entre las que destaca el más de un millón de dosis a Brasil.

Según recuerda a DW Jarbas Barbosa, subdirector de la Organización Panamericana de Salud (OPS), “el Fondo Rotatorio de vacunas de la OPS, con su experiencia de más de 40 años de adquisición de vacunas para todos los países de América Latina, es el mecanismo de adquisición de vacunas en nombre del mecanismo COVAX para los países de América Latina y El Caribe”.

“COVAX ya empezó la entrega de vacunas en nuestra región: tenemos ya 11 países que las recibieron, otros países las van a recibir al final de esta semana. Todos los países van recibir su primer despliegue hasta la primera semana de abril”, detalla. “Van a recibir la vacuna sin necesidad de pagar por ella, lo que va a ser muy importante porque son países que iban a tardar meses hasta tener acceso a las primeras dosis”, recalca.

No obstante, reconoció que el mayor desafío es garantizar más acceso. “Son cantidades limitadas que deben ser utilizadas de manera inteligente, de acuerdo con los planes nacionales priorizando los grupos más vulnerables”, subraya. Igualmente, admitió que estas dosis “van a continuar limitadas por algunos meses”, de manera que “hay que mantener todas las medidas de salud pública y luchar por un acceso global más equitativo a las vacunas”.

Infografik Lieferung Covid-19 Impfstoffe nach Lateinamerika ES
Brasil concentra la mitad distribución de vacunas a través del mecanismo COVAX en la región que ha recibido más de dos millones de dosis.

Una pandemia que tapa una crisis

Para el subdirector de la OPS, “es el momento de que el mundo pueda hacer una reflexión respecto a contar con un organismo como COVAX como un mecanismo permanente, con reglas, con los fondos que necesita, para hacer todos los acuerdos con los productores y garantizar el acceso equitativo a las vacunas”.

Esta no es la única reflexión que se deriva la gestión de la pandemia. Baracatt recuerda que la pandemia de coronavirus está tapando otra temática que ha quedado en segundo plano y que representa una mayor amenaza mundial: la crisis climática, la cual está relacionada con la crisis sanitaria. Así, apunta que los países que no están actuando en lucha contra el cambio climático son los más afectados por la pandemia y señala a Brasil como ejemplo.

“Estos procesos están exactamente ligados", asegura. Y apunta que hay que poner a debate “cómo hacemos para evitar nuevas pandemias”, señalando a la gestión de recursos naturales, los modelos intensivos, la deforestación y el consumo de los bienes ecosistémicos en la llamada “nueva normalidad”.  

Por ello, desde la Fundación Avina se aboga por “repensar una economía justa y regenerativa, procesos de democracia en la era digital y gobernanza climática”.

(er)