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América Latina: el fin de las vacas gordas

Pablo Kummetz (LGC)7 de octubre de 2014

El crecimiento económico en América Latina está siendo dramáticamente revisado a la baja. La causa: la reducción de precios y de la demanda externa de materias brutas.

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Hafen in Buenaventura
Imagen: picture-alliance/dpa

El FMI revisó este martes (07.10.2014) dramáticamente a la baja sus previsiones de crecimiento económico para América Latina y el Caribe. Según sus cálculos, la región crecerá en 2014 solo un 1,3 por ciento. Hace apenas cuatro meses, en julio, lo había cifrado todavía en un 2 por ciento. Y para 2015 prevé ahora un 2,2 por ciento de crecimiento, en lugar del 2,6 augurado antes.

La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), por su parte, bajó en agosto su pronóstico a 2,2 por ciento, de un 2,7 que había estimado aún en abril y resalta que la desaceleración económica observada en el último trimestre de 2013 se profundizó en lo que va 2014.

¿Pertenecen al pasado los años de las vacas gordas en América Latina? Claudia Zilla, del think tank alemán Stiftung Wissenschaft und Politik dice: “Los años de vacas gorda pocas veces son eternos. América Latina se benefició durante una década del auge de las commodities, es decir, de la fuerte demanda de materias primas y brutas y sus altos precios en los mercados mundiales”.

Y agrega: “Con la excepción de Brasil, país en el que el motor del crecimiento fue sobre todo el mercado interno, los impulsos para la región provinieron principalmente del exterior. Cuando los precios internacionales de los principales productos de exportación caen o la demanda se reduce, también disminuyen las tasas de crecimiento. Esa es la situación que existe ahora en América Latina”.

La CEPAL tematiza en su más reciente informe debilidades de los países latinoamericanos, que, a todas luces, no aprovecharon la última década para poner a sus economías sobre bases más sólidas. Concretamente menciona la disminución de la demanda externa, un bajo dinamismo de la demanda interna, insuficiente inversión y un limitado espacio de maniobra de los Estados para implementar políticas que impulsen la reactivación.

Poca inversión en ciencia e innovación

Zilla ve también otros déficits en el aprovechamiento de los años de oro: “Las tareas pendientes fueron mejor o peor llevadas a cabo, según los países. Pero una cuestión decisiva es si se ha ahorrado para tomar ahora medidas anticíclicas. Allí donde se ha multiplicado el gasto público, por ejemplo en la Argentina, los Gobiernos comienza a tener dificultades”.

Otro factor esencial es la inversión en sectores claves que impulsen un desarrollo autosostenible. Allí también salen ahora a la superficie problemas previsibles: “La productividad es muy baja en la mayoría de los países latinoamericanos, porque se invierte muy poco en ciencia, tecnología e innovación. Además tampoco ha mejorado la calidad de la enseñanza. Se trata de inversiones para el futuro, de las que poco se realizan en la región”, dice Zilla.

En los casos de Argentina, cuyo PIB casi no crecerá este año, y Venezuela, para la que se prevé una contracción de -0,5 por ciento, los datos disponibles para los primeros meses del año reflejan además el impacto de algunos desequilibrios que se venían manifestando ya en los últimos años, dice la CEPAL. También Brasil crecerá poco: solo un 1,4 por ciento, mientras que el año pasado lo hizo en un 2,5 por ciento.

Una reprimarización de las exportaciones

Y eso no es todo. Casi todos los expertos cuentan con que a mediano plazo la región se verá confrontada con una demanda menos dinámica aún de sus principales bienes de exportación y un encarecimiento del financiamiento externo.

A ello se agrega que América Latina no ha logrado aumentar el valor agregado en sus exportaciones. Todo lo contrario: “En las ultimas décadas ha tenido lugar una reprimarización de las exportaciones, es decir, la participación de las materias brutas en el total de las exportaciones ha crecido. En Brasil se habla críticamente de una doble dependencia: de China como comprador y del mineral de hierro como producto de exportación”, resalta Zilla.

Y agrega: “Interesante es constatar que las economías latinoamericanas diversificaron la estructura de destino de sus productos, sus exportaciones ya no van solo a Europa y Estados Unidos. Pero cuando los mercados europeos y norteamericano eran los principales destinos, irónicamente el valor agregado de las exportaciones era mayor”.

El menor crecimiento de China previsto para 2014 es visto por la CEPAL ahora como el principal riesgo inmediato. Las economías latinoamericanas más especializadas en la exportación de materias primas a China podrían verse fuertemente afectadas si el gigante asiático no logra mantener un crecimiento de más del 7 por ciento. El FMI lo sitúa por ahora en el filo de la navaja: un 7,4 por ciento para 2014 y un 7,1 por ciento para 2015. Y un nuevo ciclo de vacas gordas, por ahora no está a la vista.