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Amnistía Internacional: "Venezuela sólo hay una"

José Ospina-Valencia
26 de junio de 2017

Las protestas callejeras contra el Gobierno de Nicolás Maduro han arreciado la confrontación en todos los frentes. DW habló con Carolina Jiménez, directora adjunta de investigación de Amnistía Internacional.

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Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Cubillos

DW: Lilian Tintori publicó un vídeo en el que, presuntamente, Leopoldo López, su esposo, dice ser "torturado". El medio venezolano Últimas Noticias publicó luego imágenes que buscan desmentirlo porque, supuestamente,"está bien". ¿A quién le sirve esta "guerra de versiones"?

Carolina Jiménez: Esa "guerra de versiones" nos la podemos ahorrar si las autoridades le reconocen a Leopoldo López, como a todas las personas en prisión, el derecho a ver a sus abogados.

¿Es correcto que Leopoldo López se encuentra incomunicado?

Desde hace 20 días no se le permite ver a su familia y desde el 7 de abril se le ha negado reiteradamente la entrada a la cárcel a sus defensores. Esto es una violación de los derechos fundamentales. Y si López grita su denuncia, es porque no ha podido presentarla a sus abogados.

AI hizo un llamado a las autoridades. ¿Qué esperan exactamente?

Siempre que hay una denuncia de maltrato, Amnistía Internacional hace un llamado a las autoridades para que la investiguen de forma expedita e imparcial, como la de tortura realizada por el prisionero de conciencia Leopoldo López, el día 23 de junio de 2017.

¿A qué tipo de tortura se está sometiendo a Leopoldo López?

El aislamiento es ya una forma de trato cruel, inhumano y degradante. Eso es tortura. Además, López se encuentra aislado en una torre de la prisión militar de Ramo Verde, sin permitírsele ver ni a su familia ni a su abogado.

¿Qué tanta credibilidad le da a las imágenes de Últimas Noticias?

Son las autoridades, y no un medio, las que deben responder por el estado del prisionero Leopoldo López. Es una verificación independiente la que puede dar fe su condición de salud. El hecho de que las autoridades quieran esconder la verdad, da lugar a esta "guerra de versiones". Todos los venezolanos, incluida su familia, tienen derecho a saber la verdad sobre su estado.

Carolina Jiménez, de Amnistía Internacional Venezuela.
Carolina Jiménez, de Amnistía Internacional Venezuela. Imagen: Amnistía Internacional Venezuela

AI Venezuela pide verificación del estado de los presos en el país. ¿Qué tanto creen ustedes en las autoridades?

AI lleva varios casos de tortura en cárceles de Venezuela. Nos cuesta creerle a las autoridades de justicia venezolanas cuando AI hace las denuncias de violaciones de los derechos humanos, pero estas no son investigadas. Tenemos, por ejemplo, el caso de 14 policías presos en Chacao, que se han declarado en huelga de hambre, pero a pesar de tener en sus manos una boleta de excarcelación de la propia justicia, las autoridades de inteligencia se niegan a reconocerles su libertad.

¿Hay acaso, un manejo político y militarizador de la Justicia?

Ambas cosas. El  Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) hace absoluto caso omiso de las órdenes impartidas por jueces y tribunales de dejar en libertad a muchas personas inocentes. El SEBIN se ha convertido en un ente paralelo a la Justicia.

En cuanto a la militarización de la Justicia es muy grave el uso de tribunales militares para juzgar a civiles. Una violación ya conocida antes de las protestas, como lo demuestra el caso la activista Steyci Escalona, pero que se ha agudizado. Según el Foro Penal Venezolano, 350 civiles son actualmente juzgados ante cortes militares. Además de ser una lesión de los derechos fundamentales, es un error histórico.

La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, dijo a El Comercio de Lima que la subordinación del Poder Judicial de su país ante los servicios secretos lo ha convertido en un "Estado policial", en lugar de uno en el que se defiendan los derechos de los ciudadanos. ¿Coincide AI con ella?

Celebramos que Ortega tome ahora partido por el ciudadano. La militarización de la política en Venezuela está agudizando también alarmantemente la crisis humanitaria. Todo esto solo contribuye a la erosión del Estado de derecho. La lucha por la retención del poder está relegando el respeto de los derechos humanos.

Después de hablar de realidad, hablemos de percepción: unos afirman que en Venezuela hay víveres y medicamentos y que la crisis es propaganda mediática. Otros, por su parte, hablan de hambre, muerte y desatención sanitaria. ¿Cuántas Venezuelas hay?

Sólo existe una. Esa en la que se sufren vejámenes diarios ante la imposibilidad de comprar leche u obtener un tratamiento médico básico, como le sucede a una buena parte de los venezolanos. La realidad del trabajo de AI con las víctimas a las que se les violan sus derechos, independientemente del color político que tengan, nos muestra que sólo existe una Venezuela. La restricción de los medios y el acceso a la información alimenta las versiones, aparentemente, irreconciliables. Pero la realidad es que los venezolanos se reencuentran cuando sus derechos  son violados, sin importar si es chavista, disidente u opositor.

José Ospina-Valencia (ers)

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