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Andrea Nahles: ¿madera de canciller?

Fabian von der Mark
22 de enero de 2018

Ningún miembro del SPD argumentó tan enérgicamente como Andrea Nahles en un día tan decisivo para el partido. Con su discurso influyó en el ánimo de los asistentes y salvó al SPD.

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Außerordentlicher SPD-Parteitag SPD-Fraktionsvorsitzende im Bundestag Andrea Nahles
Imagen: picture alliance/dpa/O. Berg

En la Sala de Congresos de Bonn se pudo palpar ayer (21.1.2018) el miedo de la directiva del SPD ante sus propios jóvenes socialistas, los Jusos. Su jefe, Kevin Kühnert, prometió alcanzar "algo grande”, si votaban "No” a la "gran coalición" con la CDU de Merkel o "Groko", de gran coalición como se la conoce en Alemania.

Kühnert, rozando la victoria

El líder del Partido Socialdemócrata, Martin Schulz, defendió en su discurso, antes que Kühnert, las negociaciones con la Unión Cristiana Demócrata (CDU) y la Unión Cristiana Social (CSU). Luego le tocó el turno a Andrea Nahles, quien hace 20 años fue jefa de los Jusos, pero que no mostró ningún tipo de solidaridad hacia ellos. La jefa de fracción del grupo parlamentario argumentó duramente y durante siete minutos contra los oponentes de la gran coalición.

Nahles, refiriéndose a las palabras de Kühnert preguntó "¿Qué es algo grande?”.  Contó el encuentro que tuvo con una señora en el aeropuerto, quien le habló sobre la política de pensiones del SPD. La delegación del SPD en torno a Nahles logró en las negociaciones con la CDU y la CSU una pensión mayor para las personas que hayan trabajado mucho tiempo. Dicha señora le dijo: "Apuesto por usted”, contó Nahles. Su voz tembló al decir que el salario mínimo es algo grande y que ella pertenece al SPD, "porque siempre he visto lo grande en las pequeñas cosas”.

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Nahles y su lucha por el salario mínimo

En el gobierno de Merkel, Nahles fue Ministra de Trabajo y Asuntos Sociales. Ella fue quizá la ministra del SPD más eficiente. El salario mínimo es uno de sus grandes logros. Y en el próximo periodo legislativo intentará abordar ciertos temas: un sistema sanitario justo, acabar con los contratos laborales temporales o implementar una política de refugiados justa. "No podemos sacar adelante todo con los conservadores”, pero por eso el partido se llama SPD, un partido "independiente”.

Haciendo autocrítica, Nahles reconoció que tendrían que vender mejor algunos de sus éxitos. "Ahí tienen ustedes razón”, dijo la jefa de fracción a los adversarios de la gran coalición. Desmontó con tanto ímpetu los argumentos de los oponentes a la "GroKo” que de vez en cuando los micrófonos del atril se tambaleaban. Golpeó, durante su discurso,  el atril con ambas manos y también lanzó un manojo de papeles al suelo. "No renunciamos al SPD en el momento en que decidimos gobernar con otros”, gritó.

Jefe de los Jusos, Kevin Kühnert.
Jefe de los Jusos, Kevin Kühnert.Imagen: picture alliance/dpa/K. Nietfeld

Nahles demolió los argumentos de sus oponentes

Una de las preocupaciones de los Jusos es que "no quede nada en pie" del SPD tras otra gran coalición. Kühnert y sus seguidores creen que el partido se podría renovar mejor desde la oposición. Nahles ya conoce esa postura. De hecho, el SPD ha perdido votos tras dos coaliciones con la CDU. Pero durante cuatro años, el SPD estuvo en la oposición y solo ascendió "del 23 al 25%”, explicó Nahles. Además, el descenso de la socialdemocracia alemana tiene que ver con lo que está pasando en Europa: otros partidos también pierden sin Angela Merkel y sin grandes coaliciones, dijo la política.

Su argumento más fuerte fue desde luego su postura en contra de las nuevas elecciones, que para ella suponen la alternativa más probable a la gran coalición. "No tengo miedo a nuevos comicios, tengo miedo de las preguntas de los ciudadanos”, dijo y explicó que la gente preguntaría por qué el SPD no había intentado sacar adelante en la coalición lo que está expuesto en su programa ahora. Y si el SPD respondiera que no lo había hecho, porque no conseguía imponer todo, entonces la gente diría que el SPD "está loco”. Afirmó que de celebrarse nuevas elecciones, los socialdemócratas no lograrían ni una mayoría absoluta ni sería posible una alianza de izquierda. Según las encuestas, al SPD, La Izquierda y Los Verdes les faltaría más del 10 de los votos.

Al final Nahles prometió al SPD negociar con los conservadores "hasta que chirríen”. Eso es lo querían oír los delegados, y entusiasmó a la Sala de Congresos de Bonn. Un entusiasmo que ningún otro miembro del partido pudo generar. Tantos los delegados "simples” como los analistas profesionales estuvieron de acuerdo en que Andrea Nahles salvó a toda la directiva del SPD y, en particular, a Martin Schülz. La antigua jefa de los Jusos cumplió con la labor de una jefa de fracción porque sonó como lo debe hacer en un día así una presidenta del SPD.

 

Fabian von der Mark (RMR/ER)

 

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