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Argentina: Videla admite que dictadura mató a más de 7.000 personas

14 de abril de 2012

El ex dictador Jorge Videla admitió por primera vez que en la última dictadura militar argentina (1976-1983) hubo robo de bebés y se asesinaron a "siete u ocho mil personas".

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Jorge Rafael VidelaImagen: dapd

"Reconozco que hubo chicos sustraídos, pero no fue un plan", dijo Videla en una entrevista con escritor Ceferino Reato y de la cual la emisora de televisión C5N difundió noche una parte en la noche del viernes.

"Yo soy el primero en reconocer que en ese período hubo chicos que fueros sustraídos, algunos con la mejor intención de que iban a una casa desconocida. Es un delito, pero no respondía a un plan sistemático. El gobierno no ordenó que se hiciera eso", añadió Videla en el Penal de Campo de Mayo, donde purga una condena a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad.

Según Videla, en la Argentina, entre los años 1976 y 1983, hubo una "guerra cruel". "Una guerra interna entre hermanos es doblemente cruel, pero a veces las sociedades deben enfrentar precios a pagar en virtud de objetivos superiores. Esta guerra, dentro del marco de crueldad que la caracterizó fue lamentablemente el precio que la Argentina tuvo que pagar para seguir siendo una República", dijo.

Más temprano, se habían dado a conocer algunos fragmentos del libro "Disposición final", de Reato -que mañana lanzará la editorial Random House Mondadori- y en el que Videla reconoce que las Fuerzas Armadas asesinaron civiles.

Diferentes organismos de derechos humanos dicen que fueron 30.000 los desaparecidos durante el proceso militar.

Los cadáveres fueron hechos desaparecer "para no provocar protestas”

El ex represor manifestó que los cuerpos de los asesinados fueron desaparecidos "para no provocar protestas dentro y fuera del país" y que el golpe militar de 1976 "fue un error" porque "no se necesitaba" para combatir "la subversión".

Videla afirmó además que los empresarios dijeron "'tendrían que haber matado a mil, a diez mil más'" y aseguró: "Dios nunca me soltó la mano".

"No había otra solución; (en la cúpula militar) estábamos de acuerdo en que era el precio a pagar para ganar la guerra contra la subversión y necesitábamos que no fuera evidente para que la sociedad no se diera cuenta. Había que eliminar a un conjunto grande de personas que no podían ser llevadas a la justicia ni tampoco fusiladas", dijo.

Videla, líder del golpe del 24 de marzo de 1976 y presidente de facto durante cinco años hasta marzo de 1981, señaló: "Pongamos que eran siete mil u ocho mil las personas que debían morir para ganar la guerra contra la subversión".

"Desde el punto de vista militar no necesitábamos el golpe”

Reato entrevistó a Videla durante veinte horas entre octubre de 2011 y marzo de 2012 en la celda número 5 de la prisión federal de Campo de Mayo.

El ex dictador confesó que hizo desaparecer cuerpos de personas muertas en tiroteos, como el del jefe del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Mario Santucho, porque "era una persona que generaba expectativas. La aparición de ese cuerpo iba a dar lugar a homenajes, a celebraciones. Era una figura que había que opacar".

Videla, según el libro, detalló que "no hay listas con el destino final de los desaparecidos. Podría haber listas parciales, pero desprolijas".

"Desde el punto de vista estrictamente militar no necesitábamos el golpe. Fue un error", señaló y sostuvo: "Nuestro objetivo (el 24 de marzo de 1976) era disciplinar a una sociedad anarquizada. Con respecto al peronismo, salir de una visión populista, demagógica; con relación a la economía, ir a una economía de mercado, liberal.

Queríamos también disciplinar al sindicalismo y al capitalismo prebendario".

A su vez, Videla afirmó que los empresarios "se lavaron las manos".

"Nos dijeron: 'Hagan lo que tengan que hacer', y luego nos dieron con todo. Cuántas veces me dijeron 'se quedaron cortos, tendrían que haber matado a mil, a diez mil más!'".

"Dios sabe lo que hace, por qué lo hace y para qué lo hace. Yo acepto la voluntad de Dios. Creo que Dios nunca me soltó la mano", dijo el dictador.

dpa/PK