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Inversiones chinas en Argentina: peligros de una nueva deuda

Cristina Papaleo
7 de febrero de 2022

La visita de Alberto Fernández a China plantea varias cuestiones: la sustentabilidad de las inversiones chinas, el interés chino por recursos naturales de Argentina y un nuevo endeudamiento en medio de la crisis.

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El presidente de Argentina, Alberto Fernández, con su homólogo de China, Xi Jinping. (6.02.2022).
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, con su homólogo de China, Xi Jinping. (6.02.2022).Imagen: Argentinian Presidency/AFP

La estrategia anunciada por el Gobierno de Argentina de diversificar las relaciones económicas con China, con inversiones chinas por más de 23.700 millones de dólares, estableciendo un marco conjunto "inclusivo y que contribuya al desarrollo sostenible”, se produce en medio de la grave crisis económica que golpea al país sudamericano, con una inflación del 50,9 % en 2021.

Dentro de la estrategia económica de China de formar un nuevo eje económico mundial, en el contexto de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el gigante asiático ve en Argentina un país que puede brindarle el acceso a una gran diversidad de recursos naturales y a alimentos a gran escala. Argentina es el vigésimo país de América Latina en integrarse a dicha iniciativa. Los acuerdos incluyen el intercambio de monedas o swap, que China firmado con distintos países del mundo, que permite trabajar en las monedas nacionales, en este caso, en pesos y yuanes.

"Dado que el intercambio comercial se realiza en las monedas nacionales de ambos países, y no en dólares, eso le ahorra a Argentina grandes sumas en costos adicionales”, explica a DW Federico Foders, profesor de Economía de la Universidad de Kiel. Y agrega que "China tiene interés en que cada vez más países sean miembros de sus nuevos bancos, para deshacerse del poder económico hegemónico de EE. UU.”

Argentina es uno de los 8 países latinoamericanos incorporados al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB, por sus siglas en inglés). Los otros países incorporados son Perú, Venezuela, Bolivia, Chile, Ecuador y Uruguay.

Alberto Fernandez prueba el simulador de un tren de alta velocidad chino.
Alberto Fernandez prueba el simulador de un tren de alta velocidad chino.Imagen: Xu Bingjie/Xinhua News Agency/picture alliance

El presidente Fernández viajó a China conmemorando los 50 años de relaciones bilaterales entre Argentina y ese país, que es su segundo socio comercial más importante después de Brasil. En 2021, China compró bienes argentinos por unos 6.300 millones de dólares, cerca del 7,9 % del total de exportaciones argentinas al mundo. Se trata de unos 500 productos, entre ellos, soja, aceite de soja y carne bovina. Argentina importa alrededor de 5.000 bienes de China, entre ellos automóviles, maquinaria, indumentaria y partes eléctricas. En 2021, lo hizo por un total de 13.538 millones de dólares, cerca de un 21,4 % del total de sus compras externas, según datos del INDEC. El intercambio bilateral entre China y Argentina se habría quintuplicado entre 2003 y 2020.

Según Alberto Fernández, China también apoyará el reclamo de Argentina de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) revise la política de sobrecargas de la deuda. Sin embargo, dice Foders, "Argentina tiene que cumplir con el FMI, así como el FMI también cumplió en otorgarle crédito. La pregunta que muchos se hacen es a dónde fue a parar el dinero de esos préstamos”.

Si Argentina no pudiera pagar la suma de 19.000 millones de U$S al FMI en 2022, "entraría en el octavo default de su historia. Casi no hay empresas occidentales que quieran invertir en Argentina”, continúa el economista, "esa es otra de las razones por las que Argentina se interesa en tener buenas relaciones con China, Rusia o Irán”. Y añade que "diversificar las relaciones comerciales, ya sea con China o con Rusia, y no exportar únicamente hacia Europa o Estados Unidos, no tiene nada de objetable”.

Alberto Fernández durante su nombramiento como profesor honorario de la Universidad de Tsinghua, en China. (4.02.2022).
Alberto Fernández durante su nombramiento como profesor honorario de la Universidad de Tsinghua, en China. (4.02.2022).Imagen: ESTEBAN COLLAZO/Argentinian Presidency/AFP

Pero si Argentina terminara no pudiendo pagar la deuda con China, debido a que la debacle económica no es fácil de remontar, "ese país incluso podría quedarse con las ganancias de infraestructura construida en Argentina, como pueden ser los puertos, algo que ya sucedió con otros países”, advierte. Sri Lanka, dependiente del intercambio de divisas con China, tuvo que acceder a alquilar por 99 años el puerto estratégico de Hambantota a la estatal China Merchants Ports Holdings por retrasos en el pago de su deuda.

Dado que China es uno de los mayores acreedores bilaterales a nivel mundial, preocupan sus condiciones de crédito, que incluyen prioridad de cobro y excluyen reestructuraciones colectivas. Y Argentina no solo es el principal deudor del FMI, sino, entre otros 24 países en vías de desarrollo, uno de los principales deudores de China.

Negocios con China, ¿un intento racional de frenar la crisis?

La deuda externa total de Argentina equivale actualmente al 82,2 % de su Producto Interno Bruto. Un panorama acuciante, ante el cual Alberto Fernández recurre a "un posicionamiento distinto, a favor de China”, explica a DW Eduardo Daniel Oviedo, investigador principal del CONICET y profesor de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario. Pero la agenda marcada con China demuestra, según el experto, "una clara asimetría, y más la creciente dependencia que Argentina tiene con China, que una suerte de autonomía de Estados Unidos”.

De acuerdo con Oviedo, hay, entre otros, proyectos de represas en el sur argentino y un parque solar en la provincia norteña de Jujuy, generados con préstamos de China. Una deuda a futuro que, si Argentina no crece, "evidentemente no podrá pagar, dejándole a las generaciones posteriores un futuro con una incertidumbre mayor aún”. Es decir, que en lugar de evitar más endeudamiento, Argentina hace lo contrario. "Claro que la versión del gobierno es otra”, señala el catedrático, que hizo su maestría de Derecho en la Universidad de Pekín.

Los argentinos enfrentan un 50,9% de inflación, y la pobreza aumenta.
Los argentinos enfrentan un 50,9% de inflación, y la pobreza aumenta.Imagen: Roberto Almeida Aveledo/ZUMA Wire/imago images

Para Eduardo Oviedo, "la situación financiera de Argentina no amerita tomar nuevos préstamos”. Según él, algunos proyectos de China en Argentina "incluso son cuestionables, como la construcción de la cuarta central de energía nuclear, Atucha III, iniciada en 2014, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, y pospuesta por el expresidente Mauricio Macri.

"Allí veo más un interés de China que de Argentina”, subraya el experto, indicando que "es obvio que los chinos quieren que se termine el proyecto”. Un proyecto a contrapelo de la tendencia a abandonar la energía nuclear, que "no es sustentable, por su alto costo, y genera no solo una gran dependencia financiera, porque ese préstamo hay que pagarlo, sino también una gran dependencia tecnológica de China”, puntualiza Oviedo. También es una gran muestra de la incursión china en la región, ya que sería la primera central construida por China en América Latina. Si bien Argentina no tiene tantos proyectos chinos, "va en la dirección de Venezuela o Ecuador, donde sí hay varios”, explica. A los peligros financieros para Argentina, se suman los daños al medioambiente que podrían surgir de los proyectos, "algo de lo que el gobierno argentino no habla”, indica Federico Foders.

(ers)