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Asesinato pone en primer plano la corrupción en Eslovaquia

Keno Verseck
27 de febrero de 2018

En Eslovaquia fueron asesinados el periodista Jan Kuciak y su novia. El caso es excepcional. No obstante, pone en evidencia los problemas eslovacos con el periodismo independiente y con la corrupción.

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Slowakei Mord an den Journalisten Jan Kuciak Trauer
Imagen: Getty Images/AFP/V. Simicel

Eslovaquia es considerado un país modelo entre sus vecinos. A diferencia de lo que ocurre en Polonia, la República Checa o Hungría, la corriente populista se mantiene allí dentro de ciertos límites. El primer ministro Robert Fico destaca continuamente que, pese a diferencias en materia de política de refugiados, su país pertenece al núcleo de la UE y desempeña un papel constructivo en ese marco. No hay en esa región otra economía  más engarzada con la UE que la eslovaca, que asumió exitosamente el euro en 2009.

Pero ahora se agrieta la imagen: en la noche del domingo, el periodista Jan Kuciak y su novia fueron encontrados muertos en su domicilio en un pueblo a 60 kilómetros de Bratislava, asesinados con disparos en el pecho y la cabeza. Este crimen ha estremecido profundamente al país, porque a todas luces  tiene conexión con las investigaciones periodísticas de Kuciak.

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Las autoridades eslovacas se mostraron horrorizadas. Fico habló de un "ataque sin precedentes contra la libertad de prensa y la democracia”. Su gobierno ofreció de inmediato un millón de euros por informaciones que conduzcan a encontrar a los asesinos. El jefe de la Policía, Tibor Gaspar, calificó lo ocurrido como una "ejecución profesional”, a todas luces relacionada con el trabajo de Kuciak. En consecuencia, Eslovaquia figura ahora entre los países donde los periodistas incómodos no solo son intimidados, sino eliminados, como en Rusia, Ucrania, algunos Estados balcánicos, o también Malta, donde la periodista investigativa Daphne Caruana Galizia fue asesinada en octubre de 2017.

Distintas versiones

Todavía no se sabe quiénes están tras los asesinatos de Eslovaquia. Los motivos aparentemente abundan. El redactor del portal Aktuality.sk había informado en los últimos meses sobre los vínculos del partido gobernante SMER con empresarios corruptos y con el crimen organizado. Por eso había sido amenazado por Marián Kocner, conocido por sus dudosos negocios inmobiliarios. También circula otra versión, según la cual el crimen podría haber sido perpetrado por la mafia italiana: el periodista eslovaco-británico Tom Nicholson informó a la prensa que él y Kuciak habían investigado paralelamente sobre negocios fraudulentos de la mafia italiana con dineros de la UE en Eslovaquia.

Manifestación contra la corrupción en Bratislava, en abril de 2017.
Manifestación contra la corrupción en Bratislava, en abril de 2017.Imagen: Getty Images/AFP/V. Simicek

"Independientemente de quién esté detrás, es un asesinato terrible que pone un gran signo de interrogación al complejo camino de Eslovaquia hacia un Estado de Derecho”, dijo a DW el politólogo Grigorij Meseznikov, del Instituto de Asuntos Públicos de Bratislava.

Desde la independencia de Eslovaquia, en 1993, nunca un periodista había sido asesinado allí debido a su labor. Pero la lista de ataques contra la prensa es larga. Uno de los últimos casos más bullados fue el atentado incendiario contra el auto del periodista Milos Majko, en junio de 2016. Otros dos periodistas desaparecieron sin dejar rastro en 2008 y 2015, respectivamente.

El problema de la corrupción

El actual jefe de gobierno socialdemócrata tiene una relación complicada con los periodistas críticos y la prensa independiente. Fico ha calificado a periodistas de "idiotas”, "hienas” o "prostitutas anti-eslovacas” y en ocasiones excluyó a redactores del periódico Sme de sus conferencias de prensa. Tales reacciones por lo general fueron detonadas por investigaciones periodísticas sobre escándalos de corrupción suyos o de su partido.

Y hay varios. Por ejemplo, el ministro del Interior Robert Kalinak está bajo presión por haber encubierto presuntamente un fraude tributario. Pese a masivas manifestaciones contra la corrupción y a mociones de censura de la oposición, Kalinak se ha negado a renunciar. También otros casos, que en parte se remontan muchos años atrás, siguen sin haber sido resueltos.

Con el asesinato de Jan Kuciak y su novia, estos escándalos de corrupción vuelven al primer plano y, según Meseznikov, podrían volverse peligrosos para los actuales gobernantes. A su juicio, "si el Gobierno no hace rápidamente lo que esté a su alcance” para esclarecer este crimen, podría verse el mismo sometido a presiones para que renuncie.