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Basura: la materia prima del futuro

8 de febrero de 2011

La basura forma parte del bienestar humano. Desperdicios domésticos y aparatos eléctricos llegan por toneladas a los vertederos. No todos los desechos carecen de valor. Algunos son fuentes potenciales de materias primas.

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Las personas generan una enorme cantidad de desechos.Imagen: CC / Fruggo
Müllverbrennungsanlage, Spillepengen, Malmö, Schweden
Planta incineradora: basura como fuente de energía.Imagen: CC / jorchr

Las personas generamos una ingente cantidad de desperdicios a lo largo del tiempo. En Alemania, por ejemplo, cada habitante produce alrededor de media tonelada de basura cada año, es decir, cerca de 1,4 kilos diarios. Según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Estados Unidos encabeza el ranking a nivel mundial, con 730 kilos por persona y año. La pregunta es obligada: ¿qué hacer con tal cantidad de desechos? Mientras hay sitio disponible, la basura se acumula en los vertederos. Sin embargo, éstos no sólo afean el paisaje, sino que pueden suponer también un peligro para el medio ambiente y la salud de las personas. Además, en la basura se acumulan recursos valiosos que no se aprovechan. Los expertos ven en ellos la materia prima del futuro.

Young Afghan Children Collect Waste
La recogida de basura como forma de supervivencia.Imagen: UN Photo/Shehzad Noorani

Separación e incineración de basuras

El primer paso lo constituye el reciclaje, a través del cual se separan materias primas como plástico, vidrio y papel para volver a procesarlas de forma individual. La basura sobrante que no puede ser reciclada se incinera en instalaciones especiales en las que se genera electricidad y calor.

Son muchos los países emergentes y en vías de desarrollo que también han descubierto el potencial del reciclaje de residuos. Günther Wehenpohl trabaja actualmente para la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ, por las siglas en alemán) -anteriormente GTZ- en Costa Rica. Wehenpohl trabaja por orden del gobierno alemán en la mejora de la gestión de residuos en la región. Una tarea de la cual puede mostrar ya los primeros logros: "Antes, las botellas de plástico usadas se exportaban a Asia para fabricar productos textiles, como por ejemplo forros polares. Ahora, el material se queda aquí y se utiliza para producir nuevas botellas, lo cual es substancialmente más eficiente", explica Wehenpohl. La sensibilidad existente y las nuevas leyes se ocupan de que la recuperación de desechos reciclables juegue un papel más importante.

En otros países se emplean los residuos orgánicos para producir compost. Por ejemplo, en la isla indonesia de Bali. El centenar de habitantes de la aldea de Temesi consiguen de esa manera mantener a raya el problema de los desechos y sus consecuencias sobre el medio ambiente. Y es que las montañas de residuos generan metano, un gas de efecto invernadero mucho más dañino que el CO2. El experto de la GIZ Günther Wehenpohl constata: "El reciclaje tiene la misma importancia para la producción de materias primas como para el medio ambiente".

La chatarra electrónica es una mina de oro

Cell phone pile
Los teléfonos móviles usados son una fuente de materias primas.Imagen: CC / ario_

Los expertos ven un enorme potencial en los electrodomésticos usados. Según cálculos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), cada año se generan en todo el mundo 40 millones de toneladas de chatarra electrónica. Chatarra que alberga metales preciosos como oro, plata o cobre. Por ejemplo, 40 teléfonos móviles contienen aproximadamente la misma cantidad de oro que una tonelada de mineral de oro, según los cálculos del Programa Medioambiental de Naciones Unidas (UNEP). Sin embargo, enormes cantidades de materias primas se pierden en montañas de basura y, con ellas, varios miles de millones de euros. Sólo en China, según el UNEP, cuatro toneladas de oro, 28 toneladas de plata y 6.000 toneladas de cobre anuales.

La basura como ciencia

Mientras tanto, los investigadores estudian cómo aprovechar de la mejor forma dichos tesoros latentes. Stefan Gäth, de la Universidad de Gießen, estudia desde hace algún tiempo tres vertederos en Hesse y Baden-Wurtemberg por encargo del Ministerio de Medio Ambiente alemán y de diversos ayuntamientos. Su lema: "Ideas para los desechos". Calcula que solamente el vertedero de Reiskirchen (en el estado federado de Hesse), de tamaño medio, alberga materias primas por valor de entre 65 y 120 millones de euros. "Sin embargo, la obtención de materias primas sigue sin ser lucrativa desde el punto de vista económico", afirma Gäth. El motivo hay que buscarlo en la falta de avances técnicos y, sobre todo, en los precios de las materias primas. A pesar de los valores récord de determinados metales preciosos, los costes de recuperarlos siguen siendo superiores.

Anlieferung von Leichtverpackungen in Sortieranlage
Los expertos ven en los residuos la fuente de materias primas del mañana.Imagen: Der Grüne Punkt – Duales System Deutschland GmbH

"Reconocer la basura como materia prima"

Pese a todo, el investigador de la Universidad de Gießen observa un potencial en la denominada "Urban Mining" -"minería urbana", la extracción de materias primas de las montañas de residuos. Eso sí, debe producirse un cambio de mentalidad que empiece por el propio consumidor, que debe ser consciente del valor de las materias primas empleadas en la fabricación de los diferentes productos. "Debe saber cuánto oro y cobre hay en su teléfono móvil. Igual que existe la denominada 'huella de carbono', que mide la cantidad de gases de efecto invernadero que se generan en la fabricación de un producto, debe existir también una especie de 'huella de materias primas'". Una opción, según Gäth, pasaría por introducir en los electrodomésticos un sistema como el que se emplea para la reutilización de los envases. Así, tras ser utilizados, las neveras o los televisores serían devueltos a los fabricantes para su reciclaje. El experto de la GIZ, Günther Wehenpohl, comparte esta perspectiva: hay que crear incentivos para que los materiales reciclables que han sido utilizados vuelvan a entrar en el circuito productivo.

Stefan Gäth va un paso más allá y propone un almacenamiento de aparatos usados. "Podrían sacarse del almacén y ser reciclados cuando suban los precios de las materias primas", explica. "En resumidas cuentas, reciclar quizás no merezca la pena en cada caso particular", afirma Günther Wehenpohl. Pero desde el punto de vista macroeconómico, los países pueden sacar provecho de ello, "porque el tesoro se esconde en el cubo de la basura".

Autor: Po Keung Cheung
Redacción: Emili Vinagre