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Bonos pandémicos: qué son y por qué ahora nadie los quiere

Arthur Sullivan
26 de febrero de 2020

Los bonos pandémicos fueron creados por el Banco Mundial para ayudar a las economías en desarrollo. Contra todo pronóstico, el brote de coronavirus puede hacer que los inversionistas pierdan dinero con ellos.

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Tokio Börsen mit Verlusten
Imagen: Imago Images/Kyodo News

¿Una pandemia global? Mejor no apostar contra eso. Ese parece ser el veredicto de los mercados bursátiles del mundo, especialmente cuando se trata de un instrumento financiero inusual, como los llamados "bonos pandémicos”.

En junio de 2017, el Banco Mundial –la institución financiera que da préstamos a los países más pobres–, vendió alrededor de 391 millones de euros en bonos con el fin de entregar apoyo financiero a los países en desarrollo que enfrentan el peligro de una pandemia. Los inversionistas que compraron los bonos solo perderían dinero si se cumplieran ciertas condiciones relacionadas con el brote.

Si esas condiciones se dieran, los bonos no se reembolsarían en su totalidad y el dinero sería usado, en cambio, para ayudar a abordar la crisis en los países en desarrollo. El creciente brote de coronavirus ha llevado a muchos inversores que compraron los bonos a tratar de venderlos, ya que cada vez se ve como más probable el escenario impensado: que se cumplan las condiciones para que los bonos no sean devueltos.

Condiciones estrictas

Hasta el momento, nunca se han cumplido esos requisitos. Ahora, sin embargo, parece que sí ocurrirá. Por ejemplo, el tramo menos riesgoso de los bonos no se devolverá si hay más de 2.500 muertes en los países en desarrollo como resultado de una pandemia. Aunque China ha registrado más muertos que 2.500, para el Banco Mundial el gigante asiático no es un país en desarrollo.

El virus llegó a Italia, donde se han reportado más de 300 casos.
El virus llegó a Italia, donde se han reportado más de 300 casos.Imagen: picture-alliance/dpa/abaca/Ipa

Con mucho el más riesgoso de los dos bonos es el "Clase B”. Para ellos se estipula que si la enfermedad cruza una frontera internacional y genera al menos 20 muertes en ese segundo país, el dinero de los inversionistas quedará en manos de los países en desarrollo que enfrentan la emergencia.

Aunque hasta la fecha, 26 de febrero de 2020, ningún país ha reportado más de 20 muertes aparte de China, lo cierto es que Irán, Italia y Corea del Sur se acercan a la decena, y las cifras no parecen detenerse. Otra condición es que haya 250 muertes en el país de origen (lo que pasó hace tiempo ya en China) y que hayan pasado 12 semanas desde el comienzo del brote, plazo que se cumple el 23 de marzo.

Instrumento de ayuda controvertido

Aunque los bonos pandémicos parecen servir para entregar fondos a los países en desarrollo, los críticos del método estiman que las condiciones son demasiado estrictas y que los inversionistas ya han ganado dinero con ellos gracias a los cupones de pago regulares que ya han recibido.

Bodo Ellmers, director del programa de financiamiento para desarrollo sustentable del Foro de Política Global dijo al Financial Times que el instrumento era "inútil”, porque los países beneficiarios solo reciben dinero "cuando ya tenemos una pandemia”.

Olga Jones, que trabajó como economista en el Banco Mundial durante tres décadas, dijo que era absurdo que ya hayan comenzado las discusiones para una segunda ronda de bonos, porque en realidad fueron "diseñados para fallar”. Muchos critican también que el grave brote de ébola que afectó a la República Democrática del Congo en 2018 no reunió las condiciones para generar el pago de los bonos pandémicos a pesar de que casi 500 personas murieron y que se trató de uno de los más graves reportados.

Muchos critican que los bonos no se pagaron tras el brote de ébola que afectó a la República Democrática del Congo.
Muchos critican que los bonos no se pagaron tras el brote de ébola que afectó a la República Democrática del Congo. Imagen: picture-alliance/dpa/J. Delay

La venta de los bonos del Banco Mundial superó en un 200 por ciento las expectativas, lo que significa que los inversores vieron una oportunidad de ganar dinero. La mayoría de los compradores procedían de Europa e incluían a inversionistas especializados en bonos de catástrofe, así como gestores de activos y fondos de pensiones. Según Bloomberg, administradores de activos como Bailie Gifford, Amundi y Stone Ridge Asset Management se encuentran entre los que poseen los bonos de Clase B.

Los bonos de la Clase A tienen una tasa de interés del 7 por ciento, mientras que la tasa de los bonos de la Clase B es del 11 por ciento. Hasta agosto de 2019 se habían pagado alrededor de 75,5 millones a los tenedores de bonos en forma de primas. No se ha revelado el monto total pagado en intereses y cupones. Los bonos vencerán en julio de 2020.

Ricos y pobres

Incluso si algún país en desarrollo termina recibiendo dinero de estos bonos, se tratará de sumas triviales en comparación con algunas estimaciones de los daños económicos que generaría una pandemia sostenida de coronavirus. Un grupo de expertos de Oxford Economics estimó la semana pasada que la propagación de la enfermedad fuera de Asia reduciría en un 1,3 por ciento el crecimiento mundial en 2020.

Una clara muestra de las distintas capacidades si comparamos las economías ricas con las pobres nos la da el caso de Hong Kong, cuyo gobierno otorgará 1.200 euros a los residentes permanentes cuyas finanzas se vean afectadas por la crisis del coronavirus.  Eso equivale a 10.000 millones de dólares en aportes en efectivo, muchísimo más que la cantidad de dinero que recibirían los países en vías de desarrollo gracias al pago de los bonos pandémicos. (dz/ers)

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