Burda: el rostro del milagro alemán
3 de noviembre de 2005
Como "la reina del patrón" se conoció a Aenne Burda, que creó todo un imperio mediático de revistas de moda con patrones para coser en casa. Burda no sólo fue una editora: fue una gran empresaria y una de las pocas mujeres cuyos negocios se inscriben dentro del boom económico y del "milagro alemán" de los años de posguerra.
La historia de una editorial
Nacida bajo el nombre de Magdalena Lemminger, la futura editora se casó en 1931 con Franz Burda, que había heredado una imprenta de su padre. La señora Burda tomó las riendas de la empresa de su marido y en 1950, finalizada la II Guerra Mundial, apareció con una tirada de 100.000 ejemplares la primera publicación de Burda Moden (Burda Modas).
La editorial creció durante los años cincuenta basándose en el revolucionario concepto de "moda para hacer uno mismo". Los patrones de Burda Moden forman parte de la cultura alemana de posguerra. Cambiaron los hábitos de la sociedad, influyeron en las tendencias de moda y son inseparables de la imagen de la Alemania de aquellos años.
Después vino Burda International (Burda Internacional) y Burda Kochstudio (Burda Estudio de Cocina). La expansión de Burda Moden más allá de las fronteras alemanas comenzó curiosamente en la Unión Soviética. En 1987 el magacín se convirtió en la primera revista occidental en ruso, y se podía comprar en los kioscos soviéticos.
Burda es hoy un consorcio mediático internacional, cuyas ganancias rondan los 1.500 millones de euros y en el que trabajan más de 7.400 personas. Las revistas de la casa Burda no se restringen sólo a la moda. En 1993, por ejemplo, el grupo compro Focus, una publicación de contenido político. En total, Burda edita 241 revistas en 16 idiomas y 89 países.
Muere una luchadora
A la edad de 96 años ha muerto en Múnich Aenne Burda. "Hacerse mayor es gracia divina. Mantenerse joven es un arte", fue el lema personal con el que vivió Bruda, ya jubilada, los últimos años de su vida.
Burda fue "la cara femenina del milagro alemán": así la describió Edmund Stoiber, primer ministro de Baviera, región en la que residió Burda hasta su fallecimiento. Una mujer en tiempos de hombres, cuyo éxito puede equipararse según muchos al de otras grandes figuras como Coco Chanel, Estée Lauder o Helena Rubinstein.
"Dormí y soñé que la vida era alegría. Me desperté y vi que la vida era obligación. Así que actué en consecuencia y descubrí que la obligación era alegría", dijo Burda.