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Cambiando el curso de (la política de) los ríos

23 de agosto de 2002

Más allá de que sigan siendo titular, las inundaciones en Alemania han llevado a un replanteamiento, aún en ciernes, del curso a tomar en el tema de las vías fluviales.

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El Danubio, en días menos aciagos.Imagen: Illuscope

La riada del siglo en Alemania, que afecta desde hace casi dos semanas los diversos estados federados por los que atraviesa el río Elba, sigue generando titulares: el número de víctimas en Sajonia se eleva a 19; los primeros análisis hablan de que entre un 5 y un 10% de la población sajona ha sido afectado; en Baviera, el apoyo económico está siendo distribuido de manera ordenada y poco burocrática; la industria ha donado más de 70 millones de euros a los damnificados por esta catástrofe natural...

Una catástrofe poco natural

¿Natural? Este atributo ha causado controversias, especialmente en las huestes ecologistas. Esta catástrofe no es necesariamente natural, sino producto de los desvíos, enderezamientos y excavaciones a los que se han sometido los ríos. Si "natural" es que el criterio económico impere por sobre el ecológico, esta catástrofe es, efectivamente, natural. Si no lo fuera, sólo queda calificarla de catástrofe humana, pues, según declaraciones de BUND, la Asociación Alemana para la Protección de la Naturaleza y el Medio Ambiente, "es un producto más de la ignorancia y los desatinos del pasado".

Tanto el estrechamiento de los ríos, con el fin de hacerlos más profundos, como su enderezamiento, para facilitar la navegación, implican graves peligros para el medio ambiente, pues convierten a los ríos en una autopista acuática. Eso hizo posible, por ejemplo, que la riada lograra en dos días los 120 kilómetros que dista Dresde de Praga.

Demandas ecologistas

El río Elba es hoy 100 kilómetros más corto que hace 150 años y ha perdido el 85% de la vegetación al borde de sus riberas. La consecuencia es que el río no tiene espacio para sus riadas y su corriente es mucho más rápida. Eso, según BUND, constaba ya en un informe del Instituto Federal de Medio Ambiente, al cual, sin embargo, nadie parece haber hecho caso. "Demandamos del canciller Gerhard Schöder y del candidato Edmund Stoiber hacer de esto una prioridad y parar los planes de construcción en los ríos Elba y Danubio. Protección contra futuras riadas significa darles a los ríos el espacio que necesitan", declaró el gerente de la organización ecologista, Gerhard Timm, quien además propuso que los mil millones de euros planificados para el enderezamiento de los ríos, sean utilizados para la reconstrucción de diques y de riberas.

Fin a los oídos sordos

Por su parte, el ministro de Transporte, Kurt Bodewig, ha convocado a una conferencia nacional con el tema de los ríos. A ella deberán asistir los estados federados, las comunas y también asociaciones ecologistas. La fecha aún no está fijada, pero la idea básica es "protección contra las inundaciones". Los planes para el enderezamiento y profundización del Elba, según declaraciones del ministro, se someterán a revisión. Lo mismo sucede con las construcciones previstas para el río Danubio. "Es preferible que las aguas inunden las riberas, a que aneguen los sótanos" declaró el ministro de Medio Ambiente, Jürgen Trittin, del partido de Los Verdes.