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Sociedad

Caníbal de Rotemburgo condenado a cadena perpetua

José Ospina-Valencia
9 de mayo de 2006

El Caníbal de Rotemburgo recibió la mayor condena del sistema penal alemán. Armin Meiwes tiene, según el fallo, que cumplir cadena perpetua por homicidio sádico, que en Alemania significan "sólo" 15 años de cárcel.

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Armin Meiwes, condenado por crímen con estupro.Imagen: AP

Un elemento tan clave como cuestionable del veredicto es que Meiwes podrá quedar en libertad, tan pronto cumpla el tiempo de cautiverio, que puede ser antes de los mismos 15 años, en caso de buena conducta. Ésto porque el juez no pudo establecer una culpabilidad agravada que justificara la retención de Meiwes hasta el fin de sus días.

El Caníbal de Rotemburgo sale así más mal librado que durante el primer proceso por cuanto la pena inicialmente dictada hubiera sido apenas la mitad de la vigente a partir de este 9 de mayo de 2006. Armin Meiwes es culpable, según el juzgado de la Corte mayor de Fráncfort del Meno, de "homicidio con estupro", una figura de la justicia penal que contempla el grado de sadismo con el que el criminal cometió el asesinato de un congénere para satisfacer placeres sexuales y antropófagos.

Profanación de los muertos

Armin Meiwes, de 43 años de edad, descuartizó y consumió partes de la carne de un berlinés que había aprobado su sacrificio y consecuente "preparación para el consumo". Aún así, la corte condenó también a Meiwes por "profanación de la paz de los muertos".

En el primer proceso, la corte distrital de Kassel había condenado el 30 de enero de 2004 a Armin Meiwes por asesinato a apenas 8 años y medio de prisión. Una decisión contra la que la Corte Federal de Justicia presentó recurso de revisión obligando así a la ejecución de un segundo juicio, el que concluyó este 9 de mayo.

Su pasión: ingerir carne masculina

La sustentación del dictamen proferido por el juez titular, Klaus Drescher, precisa que Meiwes cometió el crimen y lo grabó como una especie de "película mental" para luego complacerse con los recuerdos y satisfacer sus impulsos sexuales. "La carne masculina es para Meiwes una fetiche", aclaró Drescher.

El juez contradijo además, los reportes sobre que el canibalismo no estaba contemplado en la ley penal alemana. Según Drescher, "ingerir carne de otro humano es violar su paz sepulcral convirtiéndolo en un animal de carne para el consumo". Amén del "irrespeto" a los sentimientos de piedad de la comunidad.

Un muy cuerdo "enfermo mental"

La "muerte a petición", un argumento de la defensa, no fue considerada por la corte. Una condición para ello hubiera sido que el autor hubiera matado a la otra persona sólo porque esta así lo deseaba. Meiwes en cambio, asegura el juez titular, "asesinó a su víctima porque él la quería descuartizar y luego devorársela".

El condenado, según la Corte de Fráncfort del Meno, estaba en pleno uso de las facultades mentales. Y aunque puede catalogarse como "enfermo mental", sabía exactamente lo que hacía. Por eso mismo, el Caníbal de Rotemburgo no podrá ser recluido en un hospital psiquiátrico.