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Inminentes maniobras militares de Venezuela

4 de febrero de 2019

Las inminentes maniobras militares del régimen chavista le servirán para exhibir su capacidad de fuego. Pero, ¿busca Maduro impresionar a sus enemigos en el extranjero o intimidar a sus opositores dentro de Venezuela?

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Venezuela Symbolbild Spannungen mit Kolumbien
Un uniformado venezolano cerca de la frontera colombiana. (Archivo)Imagen: picture-alliance/Photoshot/Str

Entre el 10 y el 15 de febrero tendrán lugar “los ejercicios militares más importantes en la historia de Venezuela”. Eso dijo el hombre fuerte de Caracas, Nicolás Maduro, en un acto celebrado el 27 de enero en la ciudad de Valencia. Frente a la 41ª Brigada de Blindados del Batallón Paramacay, el dirigente chavista acusó al Ejecutivo colombiano de pretender dividir a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), a la Casa Blanca de planear una invasión para derrocarlo y a ambos de apoyar a Juan Guaidó, el diputado opositor que, tras asumir la presidencia del Parlamento local (5.1.2019), se autoproclamó jefe de Estado interino (23.1.2019).

El segundo mandato de Maduro (2019-2025) es considerado inconstitucional por buena parte de las democracias occidentales debido al amaño con que éste ganó los comicios del 20 de mayo de 2018 y cada vez más países tienden a reconocer a Guaidó como presidente encargado. Mientras tanto, el establishment chavista insiste en que está siendo objeto de un “golpe de Estado imperialista” e invoca la lealtad de la FANB para salvaguardar la soberanía nacional. Es de suponer que las maniobras militares pautadas para la próxima semana les servirán a los "revolucionarios bolivarianos” para ostentar su capacidad de fuego.

Pero el problema de Maduro no radica en la potencia de su arsenal. “Una cosa es que los militares venezolanos se muestren subordinados bajo la vigilancia de la contrainteligencia cubana y otra cosa es que cumplan la orden de encarar a los soldados gringos”, arguye Evan Ellis, profesor del Instituto de Estudios Estratégicos (SSI) del Army War College de Estados Unidos, al ser consultado por DW. “Maduro y su entorno carecen de liderazgo y autoridad moral; por eso no pueden esperar obediencia. Sólo les queda confiar en la Milicia Nacional Bolivariana, integrada por civiles sin mayor preparación”, sostiene, por su parte, la periodista Sebastiana Barráez en entrevista con DW. Barráez cubre la fuente castrense desde hace tres décadas y escribe para medios como el semanario Quinto Día y el sitio informativo Punto de Corte.

Lealtad, un bien escaso

Este domingo (3.2.2019), Maduro puso a circular un mensaje por la red social Twitter que refuerza la verosimilitud del argumento de Barráez: “Ordené incorporar a los milicianos y milicianas como oficiales y soldados activos de nuestra gloriosa #FANB. ¡Si queremos paz, preparémonos para defenderla!”. Según la Red de Seguridad y Defensa de América Latina (RESDAL), la Milicia Nacional Bolivariana contaba con 365.046 miembros hasta hace dos años. Sus integrantes sólo acatan órdenes directas del presidente de la República y, hasta nuevo aviso, para la mayoría de ellos, el presidente de la República no es Juan Guaidó, sino Maduro.

El último Atlas Comparativo de la Defensa en América Latina y Caribe de RESDAL indica que la FANB tenía 365.315 miembros en 2016 y que su presupuesto ascendía a 8,5 mil millones de dólares. Sin embargo, esos datos varían de una fuente a otra debido a la opacidad con que es administrada esa información. El sitio web GlobalFirePower.com señala que, actualmente, la FANB tiene un total de 123.000 hombres y mujeres en sus filas, y maneja un presupuesto de 4 mil millones de dólares. Ambas cifras palidecen frente a las de las Fuerzas Armadas estadounidenses, con sus 2.083.100 agentes y su presupuesto de 647 mil millones de dólares.

En el ranking de 136 Estados de GlobalFirePower.com, el gigante norteamericano figura como el país más robusto militarmente y Venezuela aparece en el puesto 46. ¿Podría Maduro “dar la pelea” si se consumara el escenario de la intervención estadounidense? Víctor Mijares, profesor de Ciencia Política en la Universidad de los Andes de Colombia, lo cree improbable. “La FANB tiene poca experiencia de combate; se ha impuesto ante civiles desarmados, pero el grupo guerrillero colombiano ELN masacró a soldados venezolanos hace poco para hacerse del control de unas minas de oro en el sur de Venezuela”, le comenta el investigador docente a DW.

Venezuela Soldaten Militär Armee
Soldados venezolanos cerca de la frontera colombiana. (Archivo)Imagen: Getty Images/F. Parra

Armas chinas, rusas… y estadounidenses                      

“Si bien la FANB ha adquirido armas rusas relativamente sofisticadas en los últimos diez años, éstas no parecen haber sido puestas a prueba hasta ahora; eso despierta dudas sobre las condiciones en las cuales se encuentran”, apunta desde Bogotá el experto de la Uniandes, subrayando, eso sí, que los militares estadounidenses no estarían exentos de riesgos si incursionaran hostilmente en territorio venezolano. “Lo que genera mayor aprehensión es la capacidad de defensa antiaérea de Venezuela: sus sistemas S-300, diseñados por los rusos para derribar aviones de la OTAN, y sus sistemas de defensa aérea portátiles”, añade.

En su análisis Soft Balancing the Titans, publicado en la revista Latin American Policy en diciembre de 2017, el politólogo cita un reporte del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI) según el cual los Gobiernos de Hugo Chávez (1999-2013) y Maduro (2013-2019) compraron grandes cantidades de armamento y vehículos de uso bélico en la última década. “Venezuela tiene entre cinco mil y siete mil MANPADS, que pueden ser manejados por una sola persona en casi cualquier lugar, y recibió dos mil misiles tierra-aire portátiles Igla-S/SA-24 en 2009 y 2010; usados correctamente, cada cohete puede derribar un helicóptero o un avión de combate”, explica Mijares.

China, Rusia y Estados Unidos han sido sus principales proveedores. Tras doce años sin intercambio comercial en el mercado armamentista, el régimen chavista le compró a Estados Unidos dieciséis helicópteros ligeros TH-28/480 en 2015. En otras palabras, Maduro tiene músculos que exhibir en los ejercicios militares de febrero. “La pregunta de rigor es con qué fin. No creo que el simulacro anunciado por Maduro busque disuadir al Gobierno de Donald Trump, sino más bien intimidar a la población civil de Venezuela, que vuelve a tomar las calles para protestar, y sugerir que la FANB está cohesionada y alineada con el chavismo”, esgrime Mijares.

Evan Romero-Castillo

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