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CDU: un partido bajo la marca de Angela Merkel

Luna Bolívar Manaut2 de diciembre de 2008

A unos meses de las elecciones generales en Alemania, la Unión Democratacristiana celebra en la ciudad de Stuttgart su vigésimo segundo congreso. En él, Angela Merkel ha sido reelegida jefa por abrumadora mayoría.

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La canciller, Angela Merkel, pronuncia un discurso en el 22° congreso de la CDU.Imagen: AP

2009 es año de elecciones en Alemania. Pero si los pronósticos no fallan, 2009 será también año de crisis económica en todo el mundo. Con estos dos factores a la vista, la Unión Democratacristiana (CDU) modela su discurso y adecua a las circunstancias el mensaje que, directamente desde Stuttgart, envía al ciudadano. La CDU es un partido fuerte, unido, reza la consigna, y preparado para hacer frente a cualquier desafío.

CDU Parteitag Angela Merkel
Angela Merkel en Stuttgart.Imagen: AP

Los 1.000 delegados reunidos en el congreso democratacristiano apuntalan con pruebas la idea de que entre los conservadores las filas están cerradas. La primera señal de infranqueable unidad ha sido la reelección de Angela Merkel como jefa de la CDU con el 94,8% de los votos. La otra fueron los cinco minutos de sonoro aplauso con los que el partido respondió al discurso, más bien lacio, de la canciller.

Pero bajo la eufórica superficie y unos índices de popularidad envidiables, a Merkel la persiguen en este encuentro las mismas sombras que la llevan cubriendo toda la legislatura. La diferencia entre ahora y los últimos cuatro años se llama recesión.

Todas las opciones abiertas

En sus congresos, los partidos hablan de muchas cosas. En Stuttgart, la CDU ha aprobado exigir que se reforme la Constitución para que el documento incluya la frase “el idioma de la República Federal Alemana es el alemán”, y se ha pronunciado a favor de que se restrinjan los exámenes genéticos durante el embarazo. Los democratacristianos inician además un proceso de mea culpa y se enfrentan al papel que jugaron en la antigua República Democrática Alemana, y aprovechan el momento para criticar a la socialdemocracia por sus coqueteos con los ex comunistas del partido La Izquierda.

Pero, como otras tantas veces en los congresos de los partidos, ni la lengua, ni la genética, ni la historia deciden la nota final. La asignatura clave son las matemáticas. Y aquí la mayor parte de la prensa alemana coincide en suspender a Merkel: no porque a la canciller le falte el estudio, sino porque ni siquiera se ha presentado al examen. Ante la crisis financiera, Merkel decide no decidir nada: ni bajadas de impuestos ni paquetes para reforzar la coyuntura. Y, por si acaso el plan saliera mal, siguiendo la línea de su tradicional diplomacia, Merkel comunicó a los suyos que dejaba “abiertas todas las opciones”.

“Angela mutlos”, “Angela sin valentía”, titula en portada el magazín político Der Spiegel. “Una cosa está clara”, escribe el diario Neue Ruhr Zeitung, “los ciudadanos no pueden esperar de esta CDU una dirección firme”. “Esto no se parece en nada a actuar con determinación”, coincide el periódico Thüringische Landeszeitung.

Bundeskanzlerin Angela Merkel spricht am Montag, 1. Dez. 2008, beim CDU Parteitag in Stuttgart. (AP Photo/Thomas Kienzle) --- German Chancellor Angela Merkel delivers her speech during the party congr
Cinco minutos de aplauso recibió la canciller Merkel por su discurso en Stuttgart.Imagen: AP

La canciller es el partido

Un aplauso de similares decibelios al que recibió Merkel lo obtuvo también su compañero Friedirch Merz, y eso que proponía lo que la canciller acababa de descartar: rebajas fiscales a partir de 2009. También el “partido hermano” de los democratacristianos, la CSU bávara, y los socios de coalición tradicionales, los liberales del FDP, piden que no se espere más para menguar los efectos de la crisis financiera reactivando el consumo a través de una reducción de los impuestos.

Los sindicatos y la socialdemocracia quieren que el Gobierno alemán ponga en marcha medidas concretas para reactivar la economía y, sin usar la palabra “programa”, el director del grupo parlamentario de la CDU/CSU en el Bundestag, Volker Kauder, habló en su discurso de “inversiones en escuelas, carreteras y hospitales” como método rápido para crear puestos de trabajo al tiempo que se mejora la infraestructura.

Pero Merkel conserva la calma. La canciller reparte algunos guiños, abre algunas puertas, y al mismo tiempo no se mueve un ápice de su postura inicial, consistente en “no caer en la locura de los millones que van y vienen”. Merkel sabe que el partido lo tiene bajo control. “Sólo los que no quieren llegar a nada se atreven a decir algo: como Friedrich Merz, el mejor hombre del que pronto va a prescindir la CDU”, comenta el rotativo Westdeutsche Zeitung.

A día de hoy, la CDU sigue siendo un “Kanzlerpartei”, un partido unido entorno a su canciller. Es el fenómeno Merkel, que ha neutralizado a sus enemigos y ensombrecido a los “viejos barones”. “La canciller se comporta como una verdadera operaria del poder […] Moderación, nada de experimentos […] son los principios”, opina el Berliner Zeitung. El efecto negativo de la estrategia es que los contornos políticos del partido se difuminan tanto como los de la propia Merkel, hasta el punto de que en 2009 muchos alemanes podrían hacerse la misma pregunta que se plantea el diario capitalino: “¿por qué debería seguir siendo canciller esta mujer?".