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"Chalecos amarillos" inspiran protestas en Cercano Oriente

Kersten Knipp
13 de diciembre de 2018

El mundo árabe mira con atención el movimiento de protesta francés. En algunos países árabes, los jóvenes se han echado a las calles con diversas reivindicaciones y los Gobiernos de la región están nerviosos.

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Imagen: picture-alliance/AP Photo/N. al-Jurani

En Egipto, los chalecos amarillos están estrictamente prohibidos. No se pueden llevar puestos y, por supuesto, tampoco se pueden vender. Desde hace unos días, el amarillo es también en aquel país el color de las protestas y la insurrección. El movimiento de los "chalecos amarillos”, que se ha rebelado contra los planes de Macron de elevar el impuesto sobre los combustibles, podría prender la chispa entre los egipcios.

Eso es al menos lo que temen las autoridades del país norafricano, que han desplegado previsoramente a la policía en las calles, aunque de momento solo para patrullar delante de las empresas que fabrican ropa de trabajo. Entre otras prendas, producen chalecos amarillos, que en Egipto también se utilizan en trabajos peligrosos, sobre todo en la regulación del tráfico. Un vendedor de El Cairo dijo a la cadena de televisión Al-Yazeera a principios de esta semana que los policías los habían conminado a no vender más chalecos amarillos. "Cuando preguntamos por qué, nos respondieron que esas eran las órdenes”. Otro vendedor explicó que el Gobierno egipcio parecía temer que revivieran las protestas de 2011, inspiradas por las escenas de Francia.

"Francia ha cambiado"

La prensa árabe observa con atención el movimiento francés de los "chalecos amarillos”. El diario de perfil liberal Al-Araby al-jadeed, que se publica en Londres, restringe el perfil de las protestas a las reivindicaciones sociales y muestra simpatía hacia los manifestantes, pero, en vista de la magnitud de la protesta, escribe: "Francia ha cambiado y el resto de Europa podría seguir sus pasos”. 

Egipto teme una insurrección en su propio país y los diarios, subordinados al Estado, comentan de forma crítica las protestas en Francia. Al-Ahram dice que "están urdidas por manos ocultas”. El mensaje es claro: las protestas de 2011 en Egipto fueron obra de saboteadores extranjeros, como ahora las de Francia, por lo que el diario deduce tácitamente que su legitimidad es dudosa. 

Reivindicaciones que se amplían

Las autoridades egipcias están alarmadas por las protestas en Francia sobre todo por una razón”, dice el politólogo egipcio Ammar Ali Hassan en conversación con DW. "Ambos movimientos, tanto el de los chalecos amarillos como el que tuvo lugar en Egipto en 2011, han surgido fuera de las tradicionales organizaciones políticas”. Ali Hassan ve además otros paralelos: "Ninguno de los dos movimientos tiene líderes identificables. Y ambos plantean primero reivindicaciones políticas y sociales, y después continúan con otras exigencias, como la dimisión del presidente Mubarak en 2011 y la de Macron en 2018. Ambos parecieron empezar de forma pacífica y después se volvieron violentos”.

Jordanien Amman Anti Regierungsproteste
Protestas en Jordania el pasado 6 de diciembre de 2018. Imagen: picture-alliance/AA/L. Joneidi

El papel de los Hermanos Musulmanes

El diario egipcio Al-Masry al-youm va un paso más allá y aventura que detrás de las protestas en Francia se esconde el movimiento de los Hermanos Musulmanes, considerado en Egipto como terrorista. "Los Hermanos Musulmanes desean que se produzca una ‘primavera europea' como la ‘primavera árabe‘ de 2011”, escribe la publicación.

"Es cierto que los Hermanos Musulmanes no se han quedado de brazos cruzados”, dice el politólogo” Ali Hassan. "Han intentado inspirar a los egipcios con las manifestaciones francesas. Y, para hacerlo, se han concentrado en la creciente subida de los precios”, continúa. En 2011 quedó claro cómo las reivindicaciones sociales se pueden transformar rápidamente en una agenda política radical.

Protestas en Túnez, Jordania e Irak

En Túnez, los manifestantes no fueron ataviados con chalecos amarillos, sino con chaquetas rojas a la protesta convocada a mitad de esta semana. El malestar se dirige allí contra el alto costo de la vida, aunque esa no es la única razón. Los manifestantes denuncian también el desempleo, la corrupción y la ineficiencia de las autoridades: "Somos un grupo de jóvenes tunecinos que nos rebelamos contra la falta de credibilidad y de ideas de la clase política”, dice un joven a la cadena "Sky News Arabyia".

Basora, en el sur de Irak, lleva tiempo siendo escenario de encendidas protestas sociales. Desde hace unos días, los manifestantes de Basora también llevan puestos chalecos amarillos. Al igual que los tunecinos, se rebelan contra la corrupción, el deterioro de los servicios municipales y la falta de perspectivas laborales. En Jordania también ha habido concentraciones de protesta. 

"Las reivindicaciones de los manifestantes árabes pueden parecerse”, admite el politólogo Ali Hassan, pero sostiene que las reacciones del Estado se diferencian claramente: "A pesar de toda la violencia empleada por la Policía francesa, en el país europeo no ha habido disparos ni muertos en las protestas. Los detenidos fueron rápidamente puestos en libertad. Nadie quedó retenido sin proceso judicial ni nadie pasa meses ni años en la cárcel sin juicio. Además, el Gobierno francés se mostró rápidamente dispuesto al diálogo. Por el contrario, la actitud de los Gobiernos árabes es arrogante y brutal”, sentencia el politólogo.

(ms/ers)

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