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Chile: “La gente no quiere más AFP”

Diego Zúñiga
16 de julio de 2020

La aprobación en la Cámara de Diputados de una reforma que permitiría sacar el 10 por ciento de los ahorros previsionales ha exacerbado el debate sobre un sistema de pensiones que muchos chilenos consideran injusto.

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Protestas en Chile contra el sistema privado de pensiones.
Protestas en Chile contra el sistema privado de pensiones.Imagen: picture-alliance/dpa/E. Gonzalez

El miércoles 15 de julio volvieron a sonar fuerte las cacerolas en distintas ciudades de Chile. Sin embargo, esta vez había una diferencia: el ruido no era de protesta, sino de celebración. En horas de la tarde, la Cámara de Diputados había aprobado una modificación constitucional que permitiría a los chilenos sacar hasta un 10 por ciento de sus ahorros previsionales para hacer frente a la crisis económica desatada por el coronavirus. Se trató de una votación histórica, donde parte del oficialismo se alineó con la oposición, pese a las gestiones personales desplegadas por el mismísimo presidente Sebastián Piñera.

Aunque falta la discusión en el Senado, lo ocurrido "se celebró como uno de los grandes triunfos del estallido social, porque para la gran mayoría de la gente ese 10 por ciento significaría poder sobrevivir una crisis atroz”, dice a DW Ingrid Wehr, representante para el Cono Sur de la fundación alemana Heinrich Böll, vinculada a Los Verdes. Y sobre la advertencia de que sacar dinero del fondo podría afectar los montos de pensiones que se pagarán en el futuro, Wehr sostiene que "la gente no ve una amenaza en ello, porque ya saben que el sistema no funciona”. "A la gente no le importa porque las pensiones de todas maneras son de miseria, incluso en el caso de quien haya cotizado toda su vida”, complementa Alejandra Matus, periodista y autora del libro "Mitos y verdades de las AFP”.

Las cacerolas sonaron para festejar el primer avance legislativo de la propuesta para acceder al 10 por ciento de los fondos de pensiones.
Las cacerolas sonaron para festejar el primer avance legislativo de la propuesta para acceder al 10 por ciento de los fondos de pensiones. Imagen: picture-alliance/dpa/C. Escobar

"La demanda de terminar con el sistema de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) es uno de los ejes del estallido social del 18 de octubre de 2019”, recuerda Wehr. "Sabemos que la promesa del gran milagro del sistema de pensiones chileno se derrumbó. El año pasado 127.000 personas se pensionaron con apenas 49.000 pesos mensuales (55 euros). El promedio que paga el sistema es de 225 euros al mes, incluyendo el aporte del Estado, llamado pilar solidario. Sin él, las pensiones serían de 160 euros al mes”, explica la doctora en Ciencias Políticas de la Universidad de Friburgo.

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Las dos grandes caídas de los últimos 12 meses: una tras el estallido social y otra por la crisis del coronavirus. Esta volatilidad afecta directamente a los montos de las pensiones.

¿Y qué son las AFP?

¿Por qué este sistema genera tanto encono en la sociedad chilena? Matus explica a DW desde Nueva York, donde vive mientras cursa una maestría en la New York University (NYU), que el problema de las AFP es de origen: es un sistema impuesto en dictadura, del que quedaron excluidos los miembros de las Fuerzas Armadas y cuyo fin no es la seguridad social. "No es un fondo de pensiones, es un fondo de acumulación de capital, y como tal ha sido eficiente, porque ha permitido a la banca, el retail y a las distintas operaciones financieras crecer de una manera que habría sido imposible sin esa inyección de capital fresco”.

Matus recuerda que leyó las actas de la dictadura de Augusto Pinochet donde se dejó registro de las discusiones sobre la creación de este nuevo sistema. Allí queda claro que Pinochet no quería que los militares ingresaran en él. "Entre las promesas del nuevo sistema estaba que iba a ser más eficiente y otorgaría mejores pensiones. En las actas, José Piñera, que es hermano del actual presidente y entonces era ministro del Trabajo, habla de tasas de reemplazo de 70-80 por ciento. La otra promesa era que al Estado le iba a costar cero. Pinochet no se tragó esto y, bien asesorado por sus expertos, entendió que los trabajadores iban a salir perjudicados. Por eso dejó fuera del sistema a las Fuerzas Armadas”.

En Chile, las Fuerzas Armadas disfrutan de un sistema de reparto que aumenta las diferencias y enciende el malestar ciudadano. Según cifras de la Fundación Sol, el Estado pagó 2.080 millones de dólares para subvencionar las pensiones básicas de 1.571.000 chilenos, y 2.399 millones para el sistema previsional de 174.650 militares pensionados. Los primeros reciben en promedio 180 euros de pensión. Los militares, en cambio, reciben entre 1.000 y 2.300 euros mensuales. "Obviamente eso genera malestar, porque se dijo hace 40 años que con las AFP la gente jubilaría con el 80 por ciento de su salario, y ahora vemos que es un fracaso total y que hubo privilegiados que se quedaron en el sistema anterior”, explica Wehr.

80 por ciento del PIB de Chile

La representante de la Fundación Heinrich Boll explica que las AFP terminaron siendo un mal negocio para el Estado, porque éste ha debido seguir financiando el pago de las pensiones, para evitar que los jubilados queden en la absoluta miseria. Además, destaca que se trata de un sistema que solo descansa en el aporte del trabajador, liberando al empleador de esa responsabilidad. "Es  un sistema que monopoliza ganancias y socializa pérdidas. Además, por ser de ahorro personal castiga a las mujeres, que suelen realizar trabajos cuidando a familiares sin recibir remuneración por ello”, explica. Y sin remuneración, no hay ahorros previsionales.

"Con las AFP, una persona que cotizó toda su vida con un buen sueldo obtiene una pensión, en el mejor de los casos, de un 35 por ciento de lo que ganaba. Eso, versus el 50 por ciento que paga el peor sistema de reparto del mundo. Pero la verdad es que el promedio que pagan las AFP es de un 20 por ciento de lo que ganaba el jubilado cuando estaba activo”, revela Matus. "Y las dos promesas no se cumplieron: no hay mejores pensiones y el Estado subvenciona actualmente el 70 por ciento de las pensiones”, agrega.

"De 100 pesos que reciben las AFP, 30 pesos los usan para pagar pensiones y el resto se acumula, por eso el fondo siempre va aumentando, y actualmente suma el equivalente al 80 por ciento del PIB de Chile. Es un fondo enorme del que dependen la banca, el retail y los supermercados. Las grandes fortunas se financian con ese capital, hacen sus negocios, y prestan dinero a los mismos trabajadores, cobrándoles intereses más altos”, explica Matus. En su opinión, el gobierno ahora buscará hacer reformas al sistema, pues las AFP saben que el panorama se les pondrá más difícil si llega a aprobarse el cambio de la Constitución. ¿Por qué? Porque "el deseo de la gente es que las AFP no existan más”. (ers)

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