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Nueva plataforma conecta al servicio europeo de inteligencia

Christopher  Nehring 
8 de abril de 2020

Como el coronavirus está eclipsando todo el año 2020, para muchos pasó desapercibido que 21 países de la UE, así como Reino Unido y Noruega, iniciaron una nueva cooperación como servicio de inteligencia.

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Frankreich Präsident Emmanuel Macron
Macron durante la sesión de clausura de la reunión del Colegio de Inteligencia en Europa en el Ministerio de Asuntos Exteriores en París (05.03.2019).Imagen: picture-alliance/dpa/MAXPPP/C. Liewig

A finales de febrero, 23 países europeos crearon una nueva cooperación de inteligencia: el Intelligence College in Europe, Colegio de Inteligencia en Europa (ICE, por sus siglas en inglés). Pero ¿qué está haciendo esta nueva plataforma y qué otras cooperaciones de servicios secretos europeos existen?

Una iniciativa francesa

El ICE es el resultado de una iniciativa del presidente francés Emmanuel Macron. En un discurso en la Universidad de la Sorbona en París en septiembre de 2017, sugirió una nueva cooperación entre los servicios de inteligencia europeos. Su objetivo entonces era que los europeos, en el sector de inteligencia, fueran más independientes de la información y del conocimiento de las grandes potencias, como EE. UU., China o Rusia.

El ICE se fundó oficialmente en París en mayo de 2019. Aunque todos los miembros de la UE fueron invitados a participar, solo 21 países de la Unión Europea (UE), más Noruega y el Reino Unido, firmaron la Carta de Intención el 26 de febrero de 2020 en Zagreb. Bulgaria, Eslovaquia, Polonia, Luxemburgo y Grecia no están incluidos, por el momento. Según informes no confirmados, estos cinco países de la UE, además de Suiza, asumirían un estatus de socio flexible en el futuro. 

Intercambio intelectual en lugar de espionaje

Después de la fundación oficial del ICE aún hay algunas incógnitas. En la Carta de Intención se aclara lo que el ICE no debería ser y no lo que realmente debería hacer: no se convertirá en una plataforma para el intercambio de información secreta o para planificar operaciones de servicios secretos. Tampoco tiene forma legal ni ubicación fija, pero sí cuenta con un consejo de administración y otro de supervisión. Todos los resultados, productos, declaraciones o publicaciones que resulten del ICE no deben ser vinculantes. Hasta ahora, como se puede comprobar, la información es un tanto difusa. 

En cambio, el ICE está diseñado como plataforma flexible, que varios países miembros deben organizar tres veces al año con conferencias y seminarios, donde se encontrarán empleados del servicio secreto, funcionarios gubernamentales, políticos, expertos y científicos. Las reuniones y seminarios tienen por objeto promover el diálogo de la comunidad de inteligencia con los responsables de la toma de decisiones y los expertos, y promover el intercambio intelectual. El presidente Macron instó explícitamente al desarrollo de una "cultura de la inteligencia estratégica" común.

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El Club Berner y la cuestión del control democrático

El ICE no es la única plataforma de inteligencia europea. El llamado "Berner Club" (Club de Berna) fue fundado en 1969 y tenía la intención de ser una plataforma de intercambio flexible para los jefes de las agencias de inteligencia europeas. Sin embargo, en marzo de 2020, periodistas austriacos y suizos revelaron que su labor va mucho más allá. El club aparentemente tiene sus propias bases de datos y sistemas de información, en los cuales se guardan informaciones personales.

En 2019, un equipo adicional de seguridad del club visitó el Servicio de Nacional de Inteligencia austríaco y realizó un control de seguridad en sus instalaciones. El escándalo que se desencadenó no solo se produjo porque los vieneses no cumplían con los requisitos mínimos de seguridad y confidencialidad, sino porque se permitió al Club de Berna llevar a cabo tales controles. Al igual que el nuevo Colegio de Inteligencia en Europa, ese club no tiene ni forma ni base jurídica y, como plataforma no perteneciente a la UE, no puede ejercer ningún control democrático. Esto significa que no tenía la necesaria competencia oficial, para verificar locales e información de una autoridad austriaca. Las bases de datos antiterroristas de dicho centro, que se encuentran al menos en parte en el Servicio de Inteligencia holandés en La Haya, también tienen el mismo problema. Se dice que la información almacenada allí también benefició a los servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes, que asistieron repetidamente a las reuniones del club como "observadores".

Aumenta la cifra de cooperaciones entre servicios secretos

De hecho, también hay variantes oficiales de cooperación del servicio de inteligencia en la UE. Además de Europol, existe el Centro de Análisis de Inteligencia INCTEN (hasta 2012 SitCen). INCTEN no es un "servicio secreto de la UE". En cambio, los Estados miembros de la UE envían personal de enlace a INCTEN, en Bruselas. Allí, la información obtenida de los servicios de inteligencia de los Estados miembros se comparte, analiza y pasa a las instituciones de la UE. En sí, INCTEN es más un centro de análisis que una agencia de inteligencia. Dado que los tratados de la UE dejan las cuestiones de política de seguridad en manos de los propios Estados miembros. Por eso, en el futuro será casi imposible que haya un "servicio de inteligencia de la UE".

El futuro dirá como se consolidará el nuevo Colegio de Inteligencia en Europa en medio de las numerosas cooperaciones de servicios secretos europeos. (rmr/few)

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