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En busca de la alianza

Louise Osborne (lab/EL)23 de septiembre de 2014

Durante años, científicos y comunidades indígenas han tenido sus diferencias a la hora de proteger a la naturaleza. Según Maurizio Ferrari, es hora de tomar en cuenta las tradiciones y conocimiento de los nativos.

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Imagen: picture alliance/WILDLIFE

Desde hace más de un siglo, incluso desde antes de que el primer parque nacional del mundo se creara en Yellowstone, EE.UU, en 1872, el conservacionismo occidental se basa en la idea de que la humanidad es dañina para la naturaleza, y de que la única manera de que esta permanezca intacta es manteniéndola alejada de los hombres y expulsando a las comunidades indígenas.

En consecuencia, millones de personas han tenido que dejar sus hogares tradicionales cuando los grupos conservacionistas decidían establecer parques nacionales en sus territorios, que no debían “estar materialmente a alterados por la explotación y ocupación humana”, según un informe publicado en el diario forestal de la Organización de Alimentación y Agricultura de la ONU.

No obstante, en las últimas décadas han surgido nuevas ideas, y ahora varias organizaciones ecologistas tratan de colaborar con las comunidades locales para proteger el entorno en el que estas viven, trabajando bajo los artículos establecidos en la Convención de Diversidad Biológica. La Conferencia Mundial sobre Comunidades Indígenas de la ONU que tiene lugar en los días 22 y 23 de septiembre tratará los asuntos que afectan a los cerca de 370 millones de personas consideradas indígenas en países de todo el mundo. Se espera que incluyendo el conocimiento de las tradiciones y hábitos de estas personas al debate principal se consigan cambios en las políticas actuales y una mayor participación de comunidades indígenas en la toma de decisiones.

A pesar de ello, Maurizio Farhan Ferrari, coordinador medioambiental en el programa Forest Peoples Programme, que apoya las iniciativas y derechos de comunidades indígenas, afirma en entrevista con Global Ideas que las agencias de conservación globales deberían hacer más para que estas resoluciones se implementaran a la hora de poner los proyectos en práctica. Según él, esto ayudaría a conseguir un respeto mutuo entre conservacionistas y comunidades indígenas.

Maurizio Ferrari
Maurizio FerrariImagen: Maurizio Ferrari

Global Ideas: ¿Por qué se han dado tantas diferencias entre organizaciones conservacionistas y comunidades indígenas a la hora de colaborar para proteger ciertas regiones?

Maurizio Ferrari: Lamentablemente, creo que se debe a que muchas organizaciones conservacionistas han fallado a entender que las comunidades indígenas tienen muchísimos conocimientos sobre el entorno en el que se han desarrollado durante siglos o milenios. Este conocimiento tradicional debería ser reconocido y tenido en cuenta cada vez que se crea un proyecto de conservación, al igual que el derecho a sus recursos y territorio.

¿Qué errores cree que se están cometiendo cuando organizaciones no gubernamentales tratan de trabajar con comunidades indígenas?

Hay una gran diferencia entre lo que las agencias de conservación mundiales, tanto gubernamentales como no gubernamentales, adoptan, aprueban y apoyan a nivel internacional, y lo que implementa a nivel nacional y local. En la Convención de Diversidad Biológica se dieron muchas decisiones positivas respecto a los derechos, participación y apoyo de comunidades indígenas en áreas de conservación. Aún así, la diferencia sigue existiendo entre las políticas de nivel internacional y la implementación real. El canal de comunicación parece no ser muy efectivo, de modo que se debe hacer un esfuerzo mucho más grande por parte de estas organizaciones para que los mensajes lleguen en a los niveles nacionales y locales de forma íntegra.

¿Qué efectos tiene esto en la práctica?

Todavía hay muchos casos en los que recibimos información sobre comunidades que se deben desplazar cuando se establecen nuevas áreas protegidas. Hace poco recibimos noticias de una reserva en India donde la gente recibió amenazas de expulsión y de recortes en sus medios de subsistencia. También estamos comprometidos con un proyecto en Kenia, donde hace unos pocos meses se quemaron varias casas de nativos porque, supuestamente, se encontraban en un bosque protegido, que en realidad se había establecido como tal mucho más tarde de que la gente empezara a vivir allí. Cuando este tipo de cosas ocurren, las comunidades dejan de tener acceso a los recursos para su subsistencia, y por supuesto no tienen otra opción que desplazarse o luchar, y en muchos casos esto acaba en conflicto.

¿Cómo actúa el Forest Peoples Program con las comunidades indígenas para combatir este tipo de casos?

Hemos organizado una serie de proyectos en los últimos años en los que nos hemos involucrado en estos casos. Un ejemplo de ello es el caso del parque nacionalOb Luang, en el norte de Tailandia. Allí se dio un serio conflicto entre el parque nacional y las organizaciones conservacionistas por un lado, y las tribus de las montañas Karen y Hmong por el otro. Algunos de ellos recibieron amenazas de expulsión de sus hogares en las tierras altas y reasentamiento en las tierras bajas, y por ello acudieron a nosotros, para que les ayudáramos a documentar su gestión tradicional y uso de las tierras altas, bosques y lagos. Nosotros les facilitamos apoyo técnico para un proyecto cartográfico de la comunidad que comenzó en 2003, y para el año 2006 ya habían creado sofisticados mapas de la comunidad en cerca de 40 aldeas con los que pudieron demostrar que el uso tradicional del ecosistema de bosques y lagos era perfectamente compatible con el uso sostenible de biodiversidad y conservación.

La sociedad Jumma de Bangladesh lucha desde hace tiempo por conservar sus hogares en sus territorios tradicionales ante las amenazas del ejército.
La sociedad Jumma de Bangladesh lucha desde hace tiempo por conservar sus hogares en sus territorios tradicionales ante las amenazas del ejército.Imagen: M. McEvoy/Survival

Las autoridades del parque nacional tuvieron que reconocer el papel positivo de las comunidades, y ahora hay un proyecto de gestión colaborativo en el que todos se sientan alrededor de la mesa y contribuyen a la gestión sostenible y conservación del área. Esto se ha documentado como parte de un proceso para lanzar el Mecanismo Whakatane en el próximo Congreso Mundial de Parques de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en Sídney el próximo mes de noviembre.

¿Cree que las organizaciones conservacionistas están mejorando en la colaboración con comunidades indígenas? ¿Y qué pueden hacer para mejorar?

Definitivamente, se han dado avances positivos. Incluso hay una red de organizaciones, una iniciativa conservacionista de derechos humanos; por tanto, muchas de ellas son conscientes de estos asuntos y han actuado en consecuencia. Cada vez hay más gente dentro de las organizaciones que aceptan un nuevo paradigma de conservación basado en el reconocimiento y respeto de los derechos de las sociedades indígenas y comunidades locales, así como sus papeles y participación en la protección de la naturaleza. Pero todavía queda mucho por hacer. Aunque se ha progresado en lo referente a desarrollo de políticas y resoluciones, todavía quedan muchos problemas que se deben tratar en términos de implementación en muchas áreas.

La tribu Awa, en Brasil, es una de los cientos de comunidades que quedan en la cuenca del Amazonas.
La tribu Awa, en Brasil, es una de los cientos de comunidades que quedan en la cuenca del Amazonas.Imagen: Survival International/Domenico Pugliese

¿Diría usted que las comunidades indígenas se muestran ahora más abiertas a las organizaciones de conservación?

Hace 10 ó 15 años, muy pocos grupos indígenas habrían aceptado a organizaciones conservacionistas en su territorio. Muchos de ellos ya habían desarrollado por aquel entonces actitudes de escepticismo a causa del comportamiento de las propias organizaciones en las pasadas décadas. Hay organizaciones indígenas que creen que la conservación es una forma de usar la tierra impuesta por occidente y las clases medias, y que lo que realmente deberían promover es el uso sostenible de la naturaleza y biodiversidad basándonos en el conocimiento tradicional. Pero aproximadamente desde 2003, que es cuando se celebró el último Congreso Mundial de Parques de laUICN en Durban, se ha podido observar un fuerte movimiento hacia discusiones más profundas y una mayor apreciación del impacto social y los asuntos relacionados con la conservación. Desde entonces se ha dado un mejor entendimiento entre las diferentes partes, y las sociedades indígenas han empezado a pensar que las agencias de conservación podrían ser potenciales aliados, si estas realmente muestran respeto.

Autora: Louise Osborne (lab/EL)