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Control fronterizo sueco inquieta a sus vecinos

3 de enero de 2016
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Este lunes (4.1.2016), las autoridades suecas implantarán controles en su frontera con Dinamarca para tratar de frenar la llegada de refugiados por esa vía, cuestión que inquieta tanto a sus vecinos daneses como a Alemania. La medida, anunciada por Estocolmo en diciembre pasado, tuvo ya una clara respuesta desde Copenhague con el mensaje de Fin de Año del primer ministro, el liberal Lars Lokke Rasmussen, quien señaló que esa medida derivaría "probablemente" a hacer lo mismo en su frontera con Alemania. "No queremos volver a tener colas de refugiados e inmigrantes en nuestras autopistas. Queremos asegurarnos calma y tranquilidad", advirtió, en referencia a la posibilidad de que queden atrapados en su territorio los peticionarios de asilo en tránsito que entren desde Alemania con intención de llegar a Suecia. Esta situación se produjo ya en los meses anteriores, a raíz de los primeros controles de fronteras aún esporádicos, pero ahora se teme un efecto continuado cuando la Policía sueca pase a negar la entrada a todo viajero que entre por Dinamarca y no pueda presentar la documentación en regla. "Por primera vez desde los años cincuenta habrá que identificarse para cruzar por Örensund. Es mucho lo que está en juego. Eso puede llevarnos a tener que establecer controles en Alemania por el bien de Dinamarca", prosiguió el jefe del Gobierno danés. El punto álgido es el citado puente de Örensund, entre Copenhague y la ciudad sueca de Malmö, inaugurado hace 15 años como vía ágil de comunicación entre ambos países y por el que cruzan a diario decenas de miles de ciudadanos, en ambas direcciones. Todo viajero estará obligado a presentar su documentación a partir del 4 de enero y se multará a los vehículos que traten de transportar a personas indocumentadas. Los controles se realizarán tanto a los automóviles privados como a autocares y trenes, lo que amenaza con derivar, no solo en incomodidades para los viajeros, sino también en roces bilaterales entre Estocolmo y Copenhague. (EFE)