1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

El fuego como parte de la naturaleza

3 de septiembre de 2013

Johann Georg Goldammer, del Centro Mundial de Monitoreo de Incendios que diseña estrategias para prevenir los incendios forestales, explica que no todos los incendios son iguales y que hay ecosistemas que los necesitan.

https://p.dw.com/p/19bCj
Imagen: DW/Jürgen Schneider

Los bosques y selvas de todo el mundo corren el peligro de quemarse. Por lo general, el fuego es muy perjudicial para el medio ambiente ya que genera grandes cantidades de CO2 y libera gases dañinos a la atmósfera. Muchos de estos incendios son causados ​​por la gente, por descuido, o por hacer fuego sin la autorización necesaria. Menos del cinco por ciento de los incendios tienen causas naturales. Pero el fuego es también una parte importante de la naturaleza - muchos paisajes, como las sabanas, sólo existen porque se queman con regularidad. Gracias a los incendios surge el espacio para la renovación.

En el "Centro Mundial de Monitoreo de Incendios" con sede en Friburgo, Alemania, se recolectan datos sobre los incendios forestales en todo el mundo. El Profesor Georg Goldammer ha desarrollado por encargo de las Naciones Unidas estrategias para combatir los incendios forestales. El especialista en el tema dijo sin embargo que no se trata de eliminarlos del todo sino más bien, de luchar por el derecho a existir que le corresponde al fuego en el mundo, aún en tiempos de cambio climático. La entrevista que realizamos con Goldhamber se realizó en la sabana brasileña del Cerrado. La existencia de esta región está constantemente amenazada por la tala y quema árboles por parte de los agricultores. Sin embargo, el Cerrado es el hogar del fuego, como lo describe el profesor Goldammer.

Global Ideas: ¿Es el fuego un enemigo del medio ambiente?

Johann Georg Goldammer: Los incendios que ocurren en la vegetación en el Cerrado no son enemigos del medio ambiente. El verdadero enemigo es el fuego en las cámaras de combustión industriales, es decir, donde se queman los combustibles fósiles de nuestro pasado geológico. Bajo la superficie de la tierra se encuentran los depósitos de carbón, petróleo y gas. El traerlos a la superficie y quemarlos para hacer funcionar la calefacción de nuestros hogares, nuestros automóviles y a la industria es más dañino que los incendios. Desde hace millones de años que existen incendios sobre la superficie de la tierra. Se han encontrado incluso evidencias de incendios que ocurrieron hace más de 400 millones de años. Se trata de incendios forestales que se pueden identificar en las antiguas vetas de carbón, que se produjo a partir de estos bosques enterrados. En el Brasil, incluso se puede encontrar carbón incrustado en la tierra. El fuego ha jugado un papel importante en el desarrollo de estos paisajes.

Prof. Johann Georg Goldammer busca en el centro „Global Fire Monitoring Centre“ en Friburgo las mejores estrategias para lidiar con los incendios.
Prof. Johann Georg Goldammer busca en el centro „Global Fire Monitoring Centre“ en Friburgo las mejores estrategias para lidiar con los incendios.Imagen: Johann Georg Goldammer

¿Es entonces el fuego, una especie de incentivo para una mayor biodiversidad?

"Si observamos al fuego en su relación con la vegetación y el paisaje desde la perspectiva de los ecólogos especializados en los incendios, y no desde la perspectiva de los bomberos, se distinguen diferentes tipos de ecosistemas. Hay ecosistemas sensibles al fuego como, por ejemplo, las selvas tropicales lluviosas donde el fuego no tiene lugar ni razón de ser ya que puede eliminar todas las especies animales y vegetales. Sin embargo, existen otros ecosistemas que toleran el fuego y pueden controlarlo. Además, existe una forma más extrema: los ecosistemas o las especies individuales que dependen del fuego y que no podrían existir sin él.

Si observamos los paisajes sujetos a la intervención humana en la naturaleza durante cientos o miles de años a través de la agricultura, el pastoreo, y el uso del fuego, veremos que el fuego abre el paisaje y lo mantiene abierto. Allí viven especies de plantas y animales diferentes a los que viven por ejemplo en la selva cerrada. Curiosamente, estos ecosistemas no solo existen en Brasil sino también en América del Norte y Europa central.

¿Cómo funciona el manejo del fuego en un mundo altamente desarrollado como el nuestro?

Debemos tratar de encontrar un equilibrio. El fuego siempre ha estado ahí, en diferentes dimensiones, en distintos intervalos de la historia y en los diferentes paisajes de la tierra. Ahora bien, si ahora el ser humano ha colonizado estas regiones propensas a los incendios, da lugar a un conflicto y hay que encontrar un equilibrio. Por un lado, hay que intentar respetar los mecanismos y ciclos naturales de destrucción y regeneración de estos paisajes. Por otra parte, están las demandas de las personas a un medio ambiente sin la exposición al humo y sin el peligro de perder sus viviendas. Es un desafío al que nos enfrentamos todos, no solo en Brasil, sino también en Norteamérica y en Europa.

¿Qué conflictos se presentan?

"Los problemas se presentan, por ejemplo, cuando los agricultores modifican la vegetación natural creando pastizales o plantaciones. Ahí surge la primera zona de conflicto pero también hay muchas otras más. Por ejemplo, en muchos países la gente ya está cansada de vivir en las grandes ciudades y decide construir viviendas en zonas donde el fuego “está en su casa”, por así decirlo. En Norteamérica, por ejemplo, existen asentamientos de casas en áreas donde generalmente ocurren estos incendios que suponen una seria amenaza. Estamos entonces ante una zona de conflicto, y es aquí donde el manejo y control de incendios entra en escena.

¿En qué consiste su trabajo? ¿Significa que solamente apagan incendios, o también los provocan?

"Efectivamente, antes se consideraba al fuego como un enemigo y por lo tanto, siempre se trataba de eliminarlo. Pero esto generó una serie de problemas. Hoy en día sabemos que algunos incendios tienen la función de limpiar las superficies forestales y por ello ocurren en ciclos naturales desde hace muchos siglos. Estos incendios ocurren para eliminar los residuos que son un material altamente combustible y de modo que el fuego se mantenga en dimensiones limitadas.
Si se aplica una política de eliminación y prevención absoluta de incendios durante muchos años, esto da lugar a que se acumule mucho material residual combustible en los bosques y selvas que tiene un gran potencial energético y que inevitablemente generará incendios incontrolables.

Entonces, ¿cuál sería la manera razonable de hacerle frente al fuego en el futuro?

"Por el momento, el debate sobre los incendios naturales y el uso del fuego controlado está siendo influenciado en gran medida por el tema del cambio climático. Se argumenta que los incendios producen emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero. Sin embargo, esto siempre ha sido así. El fuego tiene, por así decirlo, un derecho adquirido para producir estas emisiones. Hoy en día, cuando es el hombre quien extrae y quema los combustibles fósiles de la tierra y genera los gases de efecto invernadero, se sigue echando culpa a los incendios naturales. Ahora, nuestra tarea consiste en explicar el significado de los incendios forestales en el Cerrado del Brasil, en Siberia y América del Norte, así como los incendios controlados en las reservas forestales de Europa Central, y no simplemente eliminarlos. El miedo que hace 50 años se tenía al fuego, se tiene hoy al cambio climático".

Entrevista: Jürgen Schneider / CS

Apagar los incendios no siempre es algo sensato, la naturaleza a veces necesita el fuego para deshacerse de los restos viejos de vegetación.
Apagar los incendios no siempre es algo sensato, la naturaleza a veces necesita el fuego para deshacerse de los restos viejos de vegetación.Imagen: DW/Jürgen Schneider
Muchas veces es el ser humano quien provoca estos incendios, por ejemplo para abrir superficies para la agricultura.
Muchas veces es el ser humano quien provoca estos incendios, por ejemplo para abrir superficies para la agricultura.Imagen: DW/Jürgen Schneider

Editor: Emilia Rojas Sasse