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Cuando los católicos hablan de sexo

Luna Bolívar Manaut27 de junio de 2005

Los jóvenes que acuden a la Jornada Mundial de la Juventud tienen entre 16 y 30 años. También a ellos les interesa el sexo y de sexo va hablarse. De sexo a la católica, claro.

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Sexo seguro es vida


En el tema de las relaciones sexuales, la palabra del Vaticano es sagrada. Aquí no hay lugar para críticas o posturas a medio camino entre lo que dice la jerarquía y lo que dice la calle. Quien quiera sentirse seguro ante el SIDA, que espere al matrimonio para iniciarse sexualmente, y sea fiel. Quien no quiera hijos, que no tenga sexo. Ningún grupo no católico trata la cuestión en las Jornadas, por lo que la versión oficial reina sobre todas las cosas.

Anticonceptivos: no gracias

"Los métodos anticonceptivos entorpecen la relación sexual, son una barrera entre el hombre y la mujer", dijo a DW-WORLD Elisabeth Peshal, del grupo "Teen Star International". "Y la pídora", continúa Peshal, "va contra la voluntad de Dios y tiene muchos efectos secundarios para la mujer". Como solución para prevenir el embarazo, Peshal propone otras fórmulas, según ella seguras, como medir la temperatura vaginal.

"Teen Star International" es una organización católica internacional que trabaja con chicos y chicas a partir de los once años. "La promoción del uso de anticonceptivos sólo sirve para facilitar el acto sexual, y al final las niñas acaban yéndose a la cama con cualquiera", explica Peshal. "Cuánto más jóvenes empiecen a participar en nuestras reuniones mejor, porque hay mucha desinformación. Es increíble las cosas que piensan los chicos cuando llegan a nosotros", dice Peshal.

Los miembros del "Programa de Prevención del SIDA/ VIH/ ITS en Jóvenes", de la República Dominicana, también vienen dispuestos a tratar el tema. Este grupo lleva ocho años trabajando en un programa de prevención del SIDA que no incluye la promoción del preservativo. Para los miembros del Programa de Prevención, el preservativo es una forma de promover la sexualidad irresponsable y el aborto encubierto.

Y el SIDA, ¿qué?

"Que los preservativos sirven para protegerse del SIDA es una mentira que se está difundiendo a los jóvenes", dice Peshal.

Para el Programa de Prevención dominicano, la lucha contra el SIDA promoviendo el uso del preservativo ha sido un fracaso. "En nuestro país se habla constantemente del condón y aún así continuamos con una tasa altísima de infectados de SIDA, así que nosotros proponemos otra vía para protegerse del SIDA ", dijo a DW-WORLD la doctora Paola Marte, coordinadora del Proyecto. Esa vía consiste en seguir los valores cristianos de la abstinencia y la fidelidad.

Que el problema resida en el no uso de esos condones que tanto se publicitan, no es una posibilidad que quepa dentro de tan estrechos esquemas. Formar una juventud consciente de los peligros pero libre para disfrutar su sexualidad, tampoco. El Programa de Prevención consiste, según Marte, en dar información a los jóvenes para que puedan elegir libremente. Esa información no incluye hablar sobre anticonceptivos o sobre opciones que se salgan de lo que dicta la Iglesia. Y así se delimita la libertad de elección que le queda al joven católico.

El sexo, el matrimonio, la homosexualidad

"Cuando una mujer decide tener relaciones sexuales, necesita la seguridad de saber que al día siguiente el hombre seguirá ahí", dice Elisabeth Peshal. Esa seguridad, que la parecer sólo es importante para la mujer, sólo puede según Peshal encontrarse dentro del matrimonio. Por eso recomienda a las niñas que acuden a sus clases que esperen. "Les enseñamos a decir no", dice Peshal. "La experiencia nos ha enseñado, que cuando confrontamos a un chico y una chica que son pareja y quieren tener relaciones sexuales, la chica siempre acaba dudando mientras que el chico sólo piensa en el sexo", continúa Peshal.

La visión de la doctora Marte es más pragmática: "Nosotros les decimos a los jóvenes que posterguen el acto sexual hasta que estén lo suficientemente maduros para aceptar sus consecuencias. Ese momento no tiene que ser sólo el matrimonio".

Mujeres fuertes con capacidad de decidir si quieren o no hacer el amor con su pareja no es lo que crearán estas ideas, sino chicas temerosas, con miedo a ser acusadas de "fáciles" o a que, una vez conseguido lo que buscaba, su novio las abandone.

Los chicos no salen mejor parados. Esos jóvenes románticos y enamorados que quieren compartir con los primeros amores de su vida hasta lo más íntimo, no existen dentro de la visión católica. Para la Iglesia, sólo cuentan los que se abstienen, y los que no quieren nada más que sexo.

Otro tema espinoso es la homosexualidad. "Nosotros no discriminamos a los homosexuales. También ellos son criaturas de Dios y no tenemos porqué juzgarlos", dijo la doctora Marte. Del mismo modo, "Teen Star International" no quiere hablar de discriminación: "la homosexualidad es una enfermedad, una desviación, que puede curarse. Hay ejemplos de terapias muy efectivas en este sentido".