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Culcha Candela

16 de mayo de 2011

Que los alemanes no tienen sentido del ritmo ni son capaces de mover las caderas no es más que un cliché. Larsito, el cantante de Culcha Candela, les demuestra que "el ritmo es vida".

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Larsito durante un seminario de ritmo: ''El ritmo es vida''.
Larsito durante un seminario de ritmo: ''El ritmo es vida''.Imagen: M.Röhlig

Larsito es cantante y percusionista del grupo Culcha Candela y, en su taller, transmite el ritmo a través de congas y otros instrumentos. Los alumnos, a su vez, devuelven el ritmo que sienten tamborileando con los dedos sobre los hombros de sus compañeros, como jugando al ‘teléfono descompuesto', mientras Larsito observa y escucha el sonido que hace cada uno. “Lo seguiremos haciendo hasta que salga bien”, dice Larsito mientras camina por las filas de participantes del taller de ritmo “Rhythm is life”.


Una estrella con dos vidas

Larsito, o Lars, de Culcha Candela, es un alemán con raíces colombianas.
Larsito, o Lars, de Culcha Candela, es un alemán con raíces colombianas.Imagen: M. Röhlig

“Quien quiera ser estrella de la música pop debe estar dispuesto a trabajar más allá de la diversión”, dice Larsito. No basta con cantar y ensayar un par de veces. El que quiera llegar a los primeros puestos del ranking tiene que levantarse bien temprano y pasar no pocas noches durmiendo en el ómnibus que lleva al grupo de gira. Y tiene que aceptar que tendrá dos vidas.

‘Larsito', su nombre artístico, es una marca que usa Lars –ese es su verdadero nombre- cuando se sube a un escenario, trabaja en un estudio de sonido o se presenta ante los medios en una conferencia de prensa. El apodo se lo dio su padre cuando era chico, y, según Lars, “describe perfectamente mi identidad germano-colombiana”. Su nombre artístico es un puente entre lo privado y lo público, entre la vida personal y la vida sobre el escenario. Y la edad, el apellido y la historia familiar son exclusivos de la persona que se oculta detrás del artista. “Pero lo que hago -lo que canto, el mensaje que transmito a través de Culcha Candela- todo eso es auténtico”, dice Larsito.

La banda Culcha Candela es un fenómeno del pop alemán. Existen como grupo desde hace diez años y hacen música, a veces hip-hop, a veces reggae, y algo de salsa. Y siempre con buena onda y un poco de crítica social, ingredientes que resultaron en canciones exitosas como “Hamma!”, que ocupó el primer puesto en el ránking alemán durante seis semanas, y cuyos discos de platino el grupo exhibe con orgullo.

El sonido de Culcha Candela es tan colorido como los seis integrantes del grupo, cuyas raíces están en Corea, Polonia, Uganda y Colombia, pero nacieron y crecieron en Alemania. Los textos de sus canciones, eso sí, son en alemán. “Eso es lo que entienden nuestros fans y esa es la cultura que queremos representar”, dice Larsito.

Folklore alemán: más que música de marcha y trombones

Todos pueden aprender a reconocer y vivir el ritmo, dice Larsito.
Todos pueden aprender a reconocer y vivir el ritmo, dice Larsito.Imagen: M.Röhlig

Hace tiempo que la música pop dejó de ser un fenómeno exclusivo de EE. UU, dice Larsito. Y en Alemania se desarrolló un estilo propio en los últimos diez años: el pop alemán, lo suficientemente osado como para combinar ritmos de todo el mundo y textos en alemán. “Pero todavía hay mucho por hacer”, dice Larsito. En otros países, el folklore está mucho más presente en el acervo cultural, señala el músico. Los EE. UU. tienen el jazz, Brasil la samba. Y cuando se piensa en Alemania, se piensa sólo en marcha militar e instrumentos de viento. Pero el hecho de que se emitan más canciones alemanas por radio es un paso adelante, para Larsito, “una evolución que comienza a producirse lentamente”.

Claro que Culcha Candela es parte de esa evolución. Larsito trae al grup sus genes musicales colombianos. Su padre, también músico, llegó a fines de los años 70 de gira a Berlín, conoció a una joven alemana, se enamoró y se quedó. Su hijo creció en Berlín como “alemán con raíces colombianas”, un alemán que define su relación con el ritmo de la siguiente manera: “En Colombia bailan los niños ya a los tres, cuatro años, y se escucha música las 24 horas del día”. ¿Y en Alemania? También se vive rodeado de ritmos, aunque sean las fases del semáforo, las horas extra en la oficina o la tabla de la Bundesliga, explica Larsito. “El ritmo está por todas partes”, dice, con lo cual el cliché del alemán duro para moverse deja de ser válido, ya que “encontrar el ritmo depende de la disciplina personal, no del origen”, concluye el integrante de Culcha Candela.

Larsito con los participantes de su seminario de ritmo.
Larsito con los participantes de su seminario de ritmo.Imagen: M.Röhlig


“El ritmo es vida”

El grupo que asiste al taller de Larsito emprende la búsqueda de nuevos ritmos. Cada uno tiene un instrumento: congas, campanas de salsa o cascabeles. “Vamos a improvisar un poco”, dice Larsito. Los participantes provienen de diversos barrios de Berlín, también de los más problemáticos, como Wedding, y de los más ricos, como Charlottenburg y Schöneberg. Una chica lleva puesta una camiseta hecha por ella misma, con la inscripción “Rythm is life”, el logo del taller y una foto de Larsito. Pero no se describiría a sí misma como una fan, sino que está allí porque le gusta la idea de conocer a un miembro de Culcha Candela de cerca, ver que es una persona como todas las demás. Algunos llaman al profesor de ritmo por su nombre de pila, y, otros, por su apodo.

Lars bei Percussion mit Workshop-Teilnehmern Foto Marc Röhlig 2011
"El ritmo es vida".Imagen: M.Röhlig

Para Lars, o Larsito, lo importante es la relación con sus participantes, y la idea del taller de ritmo no es de Culcha Candela, sino propia. Hace diez años, Larsito comenzó a impartir cursos, al comienzo, para pedagogos, profesores de danza y colegas músicos. Actualmente, da clases de percusión a jóvenes, que se conectan con él sobre todo a través de su página en Facebook, y también a ejecutivos, en un seminario de “Gestión exitosa por medio del ritmo”. Su taller ha evolucionado en los últimos diez años, ya que los alumnos no sólo aprenden de su música, sino también de la experiencia de Lars sobre el escenario. Y dentro y fuera de él, tanto para Larsito como para Lars, “el ritmo es vida”.

Autor: Marc Röhlig/ Cristina Papaleo

Editora: Emilia Rojas-Sasse