De Facto 08.12.2011 | De Facto | DW | 09.12.2011
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De Facto

De Facto 08.12.2011

En Bruselas, los miembros de la eurozona pactaron una unión fiscal, a la que se sumarían casi todos los países de la UE. La gran excepción: Gran Bretaña. Menos novedades hubo en otra conferencia, dedicada a Afganistán.

Alemania quedó satisfecha con la cumbre de Bruselas.

Alemania quedó satisfecha con la cumbre de Bruselas.

El futuro de Afganistán fue el tema de una conferencia internacional de alto nivel celebrada el lunes en Bonn, con la presencia del presidente afgano, Hamid Karsai, y la secretaria de estado norteamericana, Hillary Clinton, entre otros. El mensaje fue claro: la comunidad internacional está dispuesta a seguir dando su apoyo, más allá de la fecha prevista para la retirada de las tropas de combate, en 2014. Pero la situación sigue siendo preocupante, como advirtió Karsai: “Al Qaeda y otras organizaciones terroristas están notoriamente debilitadas. Pero con frecuencia se ha desconocido la dimensión del problema, de modo que los terroristas siguen librando su guerra contra la gente y ponen en peligro el futuro de Afganistán“.

Conferencia sobre Afganistán, en Bonn.

Conferencia sobre Afganistán, en Bonn.

Confianza en la eurozona

También la canciller alemana, Angela Merkel, intervino en la conferencia de Bonn. Pero el punto central de su agenda de la semana fue una vez más el combate contra la crisis de la eurozona. El mismo lunes, Merkel se reunió en París con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para afinar su propuesta conjunta de efectuar reformas con miras a una unión fiscal. La meta: recuperar la confianza de los mercados, según subrayó la propia Merkel: “Muchos se preguntan con precupación si pueden confiar en nosotros y por eso lo principal en la reunión del jueves y viernes será recuperar una porción de credibilidad y reforzar el carácter vinculante de nuestros compromisos“.

La falta de confianza quedó expresada de manera explícita en el anuncio realizado esta semana por la agencia Standard & Poor's de que se propone revisar la calificación de deuda de todos los países de la eurozona; es decir, también la de Alemania y Francia.

Aunque la canciller Merkel reaccionó restándole dramatismo al asunto, su ministro de economía, Philipp Rösler, no disimuló su disgusto. “Alemania no se impresiona con una calificación de muy corto alcance temporal realizada por una agencia de rating. No damos importancia a tales amenazas. Todos los entendidos saben que nuestra economía está absolutamente intacta. No tenemos ningún tipo de dificultad en los mercados financieros. Somos y seguiremos siendo el ancla de estabilidad en Europa“, afirmó el ministro.

Konzernzentrale von Standard and Poors in New York USA

La central de Standard & Poor's en Nueva York.

Freno a la deuda

Pero es la eurozona en su conjunto la que está en la mira de esta crisis, con epicentro en Atenas. Allí, el parlamento aprobó por amplia mayoría el nuevo presupuesto, que contempla drásticos recortes de gasto público y aumentos tributarios. Un paso imprescindible, como subrayó el nuevo primer ministro, Lukas Papademos, apuntado: “Las deudas estatales se elevaron este año a 30.000 euros por cada uno de los griegos. Es evidente que esta tendencia debe ser frenada de inmediato“.

Precisamente para evitar que vuelvan a producirse descalabros presupuestarios como el griego es que se planteó en la UE la necesidad de adoptar mecanismos eficaces para sancionar a los países que se endeuden excesivamente. La propuesta germano-francesa de reformar los tratados europeos se topó con la negativa de Gran Bretaña, que demandaba condiciones especiales para la plaza bancaria de Londres. El premier David Cameron fue tajante: “Nunca nos sumaremos al euro. Nunca cederemos la soberanía a la que esos países tienen que renunciar para integrar una unión fiscal“, aseguró.

David Cameron.

David Cameron se quedó solo en Bruselas.

En definitiva fue sin embargo Cameron el que quedó virtualmente aislado. Porque todos los demás países de la UE se mostraron en principio dispuestos a participar en una unión fiscal; eso implica someterse a un severo control de sus presupuestos y poner un tope máximo a su nuevo endeudamiento. Además, se establecerán saciones prácticamente automáticas para las transgresiones.

Autora: Emilia Rojas

Editor: Pablo Kummetz

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