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Decepcionan los latinoamericanos de Schalke 04

Daniel Martínez (jov)21 de diciembre de 2008

Ningún equipo de la Bundesliga tiene en su plantel tantos latinoamericanos como el Schalke, sin embargo la mayoría de ellos han decepcionado y varios están a punto de despedirse del club.

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El peruano Jefferson Farfán, del Schalke 04.Imagen: picture-alliance/ dpa

En total son 9, contando al delantero brasilero-panameño-alemán Kevin Kuranyi, los jugadores latinoamericanos del Schalke 04; más de una tercera parte del plantel, que suma 28 futbolistas, compuesta por: Marcelo Bordón, Rafinha y Zé Roberto (Brasil); Gustavo Varela, Vicente Sánchez y Carlos Grossmueller (Uruguay); Carlos Zambrano y Jefferson Farfán (Perú).

Y si bien Bordón es uno de los pilares defensivos del equipo, líder indiscutible entre sus compañeros y capitán, su actitud y rendimiento, no siempre impecable a lo largo de los casi 5 años que lleva en el Schalke, poco ayudan a mejorar el balance de los latinoamericanos, que se dividen en dos grupos, los que de alguna forma han justificado su contratación, y los que no lograron siquiera hacerla conocer.

Los que sí

Bordón es el primero de ellos, seguido del caso peculiar de Kevin Kuranyi, su compatriota y ex integrante de la selección alemana, de la cual fue expulsado luego de haberse escapado de un partido, en una acción muy emocional generada por la frustración de no ser tenido en cuenta por el entrenador nacional Joachim Löw.

Kuranyi, ex compañero de Bordón en el Stuttgart, club del cual ambos llegaron al Schalke, es una figura que divide a la afición: es amado y odiado, pero como es el mayor anotador del equipo es por todos respetado. Sin embargo, el delantero, y en especial sus representantes, consideran que le llegó la hora de buscar nuevos horizontes.

Rafinha es otro de los pocos que se ha impuesto, a la edad de 19 años, en el 2005, llegó al Schalke y se hizo no sólo a la posición como lateral sino que también logró dar el salto a la selección del Brasil con la cual estuvo en la Copa América del 2007 y los Juegos Olímpicos, aunque la participación en estos último, en contra de las ordenes de las directivas del club (se escapó sin autorización abandonando la pre temporada), dejaron profundas heridas en la afición que aún no sanan del todo.

Fussball Bundesliga 2008 Mannschaftsbild FC Schalke 04
La familia 2008 del Schalke 04Imagen: picture-alliance /dpa

El último de los que lo ha logrado, casi por obligación, pues una adquisición tan cara tiene que funcionar, es el peruano Jefferson Farfán, quien llegó este verano proveniente del Eindhoven de Holanda, al que se estima se le pagaron 14 millones de euro por su pase. Con apenas 5 goles a lo largo de la primera parte de la temporada, Farfán es para muchos una gran frustración que aún no rinde lo que costó.

Los que no

Carlos Zambrano, del Perú, encabeza esta lista, aunque el joven defensor de apenas 19 años merecería más suerte; su promoción de las divisiones inferiores al plantel profesional sólo ha funcionado en el papel pues aún no ha debutado, y tampoco parece que lo hará en un futuro cercano, pues en la plantilla de reserva el Schalke cuenta con una nomina de lujo.

A continuación viene Zé Roberto, a quien, para diferenciarlo del homónimo del Bayern Múnich, llaman “el segundo”, quien en enero de este año llegó a Alemania como una de las grandes contrataciones del mercado invernal sin que hasta diciembre haya tenido la oportunidad de mostrar lo que convenció a los directivos del Schalke para hacerse a sus servicios. Esos mismos directivos ya anunciaron que Zé II no regresará a Alemania en el 2009.

Los tres restantes son los Uruguayos Gustavo Varela, Carlos Grossmueller y Vicente Sánchez, todos ellos representados por Paco Casal, un habilidoso hombre de negocios que tiene en su portafolio a las ex estrellas David Trezeguet y Álvaro Recoba, a quien el Schalke le cree a pesar de su estruendosos fracasos.

Varela, quien ya estuvo a punto de abandonar el Schalke este verano, después de 6 años de permanencia, pero al final, poco antes de iniciar el campeonato, le renovaron el contrato por un año más, definitivamente dejará el equipo y a partir de enero vestirá una nueva camiseta, seguramente en su natal Uruguay, a donde también regresará Carlos Grossmueller, quien no consiguió adaptarse al fútbol alemán.

El volante contó con el respaldo del ex entrenador Mirko Slomka, quien le dio bastantes oportunidades, incluso en juegos de Champions League, para asumir, sin éxito, la dirección de la zona medular del Schalke. Bajo la dirección del nuevo técnico Fred Rutten no recibió apoyo pues este no encontró divertido que al poco tiempo de su llegada Mueller se lesionara al andar de paseo con su moto Harley Davidson; tras recuperarse Rutten lo mandó a jugar con las inferiores, y desde enero próximo a casa.

El único de los pupilos uruguayos de Casal en el Schalke al cual se le ampliará el compás de espera es al delantero Vicente Sánchez, uno que a pesar de no haber marcado goles, ni terminar de convencer, se le abona en el club “buena voluntad”.