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¿Dimitirá Dimitri?

DW WORLD11 de diciembre de 2007

Con la designación de su posible sucesor, Vladimir Putin ha conseguido suficiente margen de maniobra por si después se arrepiente de dejar la presidencia rusa.

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Dimitri Medvedev.
Dimitri Medvedev.Imagen: AP

Sobre la designación de Dimitri Medvedev como posible sucesor de Vladimir Putin en la presidencia de Rusia, el Corriere della Sera, de Milán, dice lo siguiente: „Muchos esperaban que Putin nominara a algún representante del nacionalismo duro, como el viceprimer ministro Ivanov. O que el elegido fuera un don nadie que pudiera ser reemplazado en caso de que Putin se decidiera a regresar al Kremlin antes del 2012. Pero Dimitri Medvedev no corresponde a ninguno de estos rasgos. Por su posición ejecutiva en el consorcio Gazprom, Occidente no sólo lo conoce sino que lo aprecia. Y pese a su corta edad, juega un papel demasiado fuerte en la nomenklatura de Moscú como para que sirva de marioneta.”

Control de los medios

El periódico húngaro Nepszabadsag, editado en Budapest, coincide: “Putin no se decidió por una marioneta anónima sino por un individuo bien adiestrado intelectualmente. Está claro que sus aspiraciones coinciden con las del actual presidente; ha criticado en años pasados a los centralismos administrativos, a los rivales políticos y a las organizaciones sociales, a las cuales les ha hecho la vida difícil. Esto incluye a los medios de comunicación. Periódicos, estaciones de radio y emisoras televisivas han pasado a manos del monopolio gasero estatal Gazprom. Pero será el futuro el que dirá si Medvedev se guiará únicamente por la lealtad hacia su mentor político, o si es capaz de aportar ideas nuevas y originales.”

Poder absoluto

Desde el lugar mismo de los acontecimientos, Moscú, el diario Gaseta señala: “Con Medvedev, Putin podrá conservar el control del país. No hace mucho, el jefe del Kremlin aún mencionaba la posibilidad de prolongar el mandato presidencial a siete años. Tras la elección de Medvedev, Putin podría conseguir este propósito. Actualmente, el marco jurídico ruso sólo permite alargar el periodo parlamentario o el mandato del presidente si la Duma se disuelve o si el presidente renuncia. Vistas así las cosas, Putin podría resurgir tras una renuncia voluntaria de Medvedev. Lo que no está claro es quién convencerá a éste de dimitir cuando goce del poder absoluto.”

Margen de maniobra

En Londres, The Guardian ve la situación desde una perspectiva similar: “Quizá algunos gobiernos occidentales respiren hoy tranquilos al enterarse de que Dimitri Medvedev no es un antiguo miembro de la KGB, y que no pertenece a ningún clan de los que se disputan el poder en el Kremlin. Pero nadie sabe qué clase de trabajo realizará Vladimir Putin cuando abandone la oficina presidencial. Ciertamente, el mandatario ha obtenido margen de maniobra al designar a un hombre leal. Incluso podría dar marcha atrás en sus decisiones, en caso de que no esté satisfecho con el rumbo de la economía. Medvedev entonces se vería orillado a renunciar y habría nuevas elecciones. Quizá Putin abandone la oficina presidencial, pero ciertamente no se aleja del poder.”